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Flick avisa: ojo al balón parado
La Champions League aterriza en las semifinales, una instancia en la que los detalles comienzan a jugar una importancia decisiva. Y ahí, el Barça ha descuidado últimamente el asunto del balón parado. En los últimos seis partidos, ha encajado tres goles de saque de esquina. El de Natan, en el partido ante el Betis, después de un córner sacado por Lo Celso, impidió el triunfo azulgrana (1-1). El de Guirassy en Dortmund le puso un nudo en la garganta a los azulgrana, que en ese momento perdían por 2-0 y estaban cerca de complicarse la eliminatoria. Más dramático fue, incluso, el del pasado sábado en Sevilla, cuando Tchouameni remató el saque de esquina botado por Arda Güler. El Barça tuvo que sudar para darle la vuelta al marcador. Y tal vez también que plantearse si hay algo que hacer al respecto. Los mismos jugadores se quejaron en aquel partido ante el Betis de cierta falta de actitud e intensidad.
El Barça ha encajado tres goles de córner en los últimos seis partidos; y el Inter logró los dos de la vuelta de los cuartos contra el Bayern de esa manera. Los azulgrana, obligados a extremar los cuidados.
La Champions League aterriza en las semifinales, una instancia en la que los detalles comienzan a jugar una importancia decisiva. Y ahí, el Barça ha descuidado últimamente el asunto del balón parado. En los últimos seis partidos, ha encajado tres goles de saque de esquina. El de Natan, en el partido ante el Betis, después de un córner sacado por Lo Celso, impidió el triunfo azulgrana (1-1). El de Guirassy en Dortmund le puso un nudo en la garganta a los azulgrana, que en ese momento perdían por 2-0 y estaban cerca de complicarse la eliminatoria. Más dramático fue, incluso, el del pasado sábado en Sevilla, cuando Tchouameni remató el saque de esquina botado por Arda Güler. El Barça tuvo que sudar para darle la vuelta al marcador. Y tal vez también que plantearse si hay algo que hacer al respecto. Los mismos jugadores se quejaron en aquel partido ante el Betis de cierta falta de actitud e intensidad.
El asunto tiene su importancia, más si se admite que el Inter es un equipo potente a balón parado. Hace dos semanas, salvaron su pase a la semifinal de Champions con dos goles de saque de esquina. El primero, de Lautaro Martínez. El segundo, del francés Pavard. Es seguro que Flick va a hacer hincapié en los dos próximos días sobre la importancia de este aspecto específico del juego. El Barça no es un equipo excesivamente alto, y el sábado sufrió en cada balón parado del Madrid, que tenía a tres cabeceadores consumados como Bellingham, Rüdiger o Tchouameni. Ya sabe cuánto sufriría si llegase a una hipotética final y le tocase el Arsenal, que es uno de los mejores equipos del continente en esa suerte del juego. Pero, de momento, debe solventar la papeleta del Inter. Es una cuestión de concentración y mentalidad. Demasiadas cosas importantes en juego para pensar que el Barça le prestará la atención necesaria y tendrá la actitud correcta para evitar problemas.
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