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Los príncipes Guillermo y Harry fueron a Disneyworld cuando eran pequeños e hicieron cola como todo el mundo

Cuando Disneyland abrió sus puertas, las colas eran como en cualquier otro lugar que te puedas imaginar: un pasillo gigante haciendo zig-zag con la gente bien al descubierto, pasando calor, o esperando entre las paredes grises del recinto. Sin embargo, en una visita a Knott’s Berry Farm, un parque…
Artículo original publicado en SensaCine
¡Ni sangre azul, ni nada!
Cuando Disneyland abrió sus puertas, las colas eran como en cualquier otro lugar que te puedas imaginar: un pasillo gigante haciendo zig-zag con la gente bien al descubierto, pasando calor, o esperando entre las paredes grises del recinto. Sin embargo, en una visita a Knott’s Berry Farm, un parque de atracciones cercano, Walt Disney encontró la solución al problema de esperar en una nueva atracción: el público iba viendo distintas formaciones que ponían la atracción en contexto e incluso añadían detalles a la «historia» de la misma. Desde entonces, la zona de cola de los parques Disney se convirtió en un lugar que añadía puntos a la experiencia final.
Es real, princesa
Uno suele pensar que la gente con mucho dinero podrá cerrar los parques Disney solo para ellos, o comprarse FastPass ilimitados para poder montarse en las atracciones sin tener que aguantar al vulgo. Y, en su mayoría, es así. Pero la Princesa Diana de Gales estaba convencida de que sus hijos, William y Harry, debían aprender a comportarse como personas normales para cuando llegara el momento de reinar. Por ejemplo, fue con ellos a pedir hamburguesas en McDonald’s, les montó en el autobús y en el metro, se saltó el protocolo de vestimenta y les puso las ropas de un chaval normal, etcétera. Obviamente, ¿qué iba a pasar en Disneyworld?
En 1993, Diana llevó a sus hijos al parque Disney más famoso del mundo y, para montarse en las atracciones, les hizo ponerse en la cola como cualquier persona. No solo eso: para que tuvieran una infancia lo más normal posible, además de las obligatorias visitas a Splash Mountain y el Pabellón de los Muppets, el Príncipe Guillermo participó en el musical Hoop-De-Doo, que lleva celebrándose 50 años.

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Todos sabemos en lo que terminó esta disgresión de los usos y maneras de la corona británica que tan bien se explican en la fabulosa Spencer: Diana de Gales acabó divorciada y la persecución de los paparazzi acabó con su vida el 31 de agosto de 1997. A día de hoy sigue siendo recordada y honrada en Reino Unido como si hubiera reinado. Y no todo el mundo tiene ese honor.