En 1995, Kevin Costner estrenó la que hasta entonces era la película más cara de todos los tiempos. Un filme de ciencia ficción en el que planteaba un desolador futuro postapocalíptico que acabó costando 175 millones -una cifra jamás vista en los años 90 pero que dos años más tarde sería superada por Titanic-, pero que, pese a la expectación, acabó siendo un fracaso comercial que le hizo mucho daño a la imagen de Costner justo cuando estaba en el mejor momento de su carrera.
En Waterworld, una película ambientada en el año 2.500 en una versión distópica de la Tierra en la que los polos se han derretido y el mundo está cubierto de agua, Costner interpretaba a un personaje conocido como el Marinero, un solitario mutante con aspecto humano pero branquias que le permite respirar bajo el agua que vive mercadeando con lo poco que queda de la civilización, pequeñas comunidades flotantes.
Al contrario que los más esperanzados, el Marinero no cree en la existencia de la Tierra Seca, el último trozo de tierra firme que quedaría en el planeta, pero comienza un viaje con dos inesperadas compañeras, Helen (Jeanne Tripplehorn) y Enola (Tina Majorino), para encontrarla que no estará exento de amenazas y peligros.
Dirigida por Kevin Reynolds, Waterworld se emitirá esta noche en abierto a las 22:34 horas en el canal de cine de la TDT Be Mad, justo a continuación de El primer caballero protagonizada por Sean Connery y Richard Gere.
Los diez años anteriores a Waterworld habían sido los mejores de la carrera de Costner, que se convirtió en una estrella tras su trabajo a las órdenes de Brian de Palma en Los intocables de Eliot Ness en 1987, a la que seguirían éxitos como No hay salida o Campo de sueños. En 1990, Costner se lanzó a la dirección por todo lo alto con Bailando con lobos, que ganó el Oscar a Mejor película y también director para el actor con la que era su ópera prima.
Además, a principios de los 90 Costner arrasó con Robin Hood: Príncipe de ladrones, El guardaespaldas, o Un mundo perfecto de Clint Eastwood, por la que fue muy elogiado, pero el fracaso de Waterworld fue el comienzo del declive de su carrera.
La mala acogida de la película pese a sus grandes expectativas vino seguida del fracaso de su segunda película como director, Mensajero del futuro, por la que acabó llevándose los Razzies a Peor película, peor director y peor actor. Tras ella, Costner no volvió a dirigir hasta 2003 con Open Range.
Así, tras ser una de las estrellas más prometedoras de Hollywood durante casi una década, Costner pasó los siguientes 15 años con un perfil más bajo en los que experimentó tanto éxitos como fracasos hasta el resurgir de su carrera en la segunda década de los 2000, primero con la serie Hatfields & McCoys y ya en los últimos años con la elogiada Yellowstone y su regreso a la dirección con la ambiciosa saga de cuatro películas Horizon, aunque no haya tenido los resultados esperados en taquilla.