3 equipos de la Ligue 1 podrían declararse en quiebra: así es la ruina financiera de la liga francesa

El fútbol francés se ha sumergido en una crisis económica sin precedentes que podría amenazar la tesorería de varios clubes del campeonato y que podría, incluso, recrudecerse durante los próximos ejercicios. El marasmo económico que zarandea actualmente la liga francesa se ha acrecentado recientemente, principalmente por el conflicto televisivo entre la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y DAZN, lo que aboca al fútbol galo a un escenario pesimista cuyo desenlace es incierto.

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 El fútbol francés atraviesa una crisis sin precedentes que podría recrudecerse en las próximas temporadas. Los derechos televisivos, en vilo.  

El fútbol francés se ha sumergido en una crisis económica sin precedentes que podría amenazar la tesorería de varios clubes del campeonato y que podría, incluso, recrudecerse durante los próximos ejercicios. El marasmo económico que zarandea actualmente la liga francesa se ha acrecentado recientemente, principalmente por el conflicto televisivo entre la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y DAZN, lo que aboca al fútbol galo a un escenario pesimista cuyo desenlace es incierto.

Son varios los países que siguen de cerca la situación de un campeonato cuyos ingresos han decaído ostensiblemente en los últimos ejercicios. Entre ellos, Inglaterra, concretamente el Guardian, que dedicó un extenso análisis a los resultados económicos del fútbol francés. El tabloide inglés destacó que, durante el último año, a pesar de haber registrado un superávit de 830 millones de euros en concepto de traspasos, las pérdidas de la liga francesa aumentaron a 250 millones de euros, números que podrían incrementarse, superando los 1.000 millones en el escenario más pesimista.

El acuerdo con CVC, por el cual el fondo de inversión ingresó 1.500 millones de euros en las arcas de todos los clubes profesionales de la Ligue 1, a cambio de un 13 % de los ingresos ordinarios de los mismos, no ha sido suficiente para subsanar la crisis, sino más bien lo contrario. Porque, mientras los ingresos por derechos televisivos se reducen drásticamente, CVC Partners recibe un 13 % de todo lo generado por los equipos de la liga francesa, en un acuerdo que, además, ha sido objeto de recientes investigaciones, entre ellas una comisión del senado, ya que se firmó con celeridad debido a las necesidades imperantes de los clubes de recibir dinero tras la crisis provocada por el coronavirus.

En este escenario, ominoso para muchos, hay tres equipos, Montpellier, Le Havre y Angers, cuyos ingresos están supeditados mayoritariamente a las televisiones, que podrían verse abocados, en el peor de los escenarios, tal y como informa Guardian, a la bancarrota. Varios históricos del fútbol francés ya han acusado la recesión, siendo el epítome el Girondins de Burdeos, uno de los clubes más importantes de Francia, que descendió la temporada pasada a National 2, cuarta división, después de que su propietario, el polémico Gerard Lopez, se declarara en quiebra y fuera incapaz de asumir todas las deudas que había acumulado durante los últimos años. El Montpellier, recién descendido a segunda, campeón de la Ligue 1 en 2012, en el primer año de Qatar en París, deberá vender a muchos de los jugadores de la plantilla si no quiere atravesar una situación idéntica.

El Olympique de Lyon es otro de los clubes que han sufrido las consecuencias de una gestión inédita por parte de los dirigentes de la LFP. Ganador de siete ligas consecutivas a comienzos de siglo, récord en Francia, la DNCG, el organismo financiero del fútbol francés, dictaminó en noviembre su descenso provisional a la Ligue 2, decisión que podría ratificarse el próximo 31 de mayo, si no consigue reunir su propietario, el norteamericano John Textor, más de 150 millones de euros. Un primer augurio después de haber gestionado al la entidad del Ródano de una forma más que cuestionable desde que asumió las riendas de la propiedad en 2023.

El conflicto televisivo en el que está inmerso la liga francesa podría agravar todavía más la crisis económica. En abril, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) decidió resolver el contrato televisivo que firmó en agosto con DAZN, a razón de 400 millones de euros por temporada, 375 el primer año, debido a un contencioso entre ambas partes que acabará resolviendo un tribunal en los próximos meses. La empresa británica, que retransmite ocho de nueve partidos por jornada, reclamó, en febrero, 573 millones de euros por “incumplimiento de contrato”, achacándole a la Ligue 1 su omisión en la lucha contra la piratería y la manipulación de las cifras de negocio.

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DAZN, contraria a firmar la resolución del contrato, que aboga por la reducción del mismo, aduciendo que sus pérdidas oscilan entre 200 y 250 millones de euros, cuando lanzó oficialmente su servicio de streaming, era superar el millón en sus primeros meses. La LFP quiere lanzar su propio canal si finalmente consigue su propósito, resolver con la empresa británica, pero no tiene la sartén por el mango, ya que no puede hasta diciembre romper unilateralmente la relación contractual y DAZN ha rechazado salir sin una indemnización. Una concatenación de malas decisiones que, sin duda, tienen en vilo a muchos equipos de la liga francesa, no así al PSG, gigante con un ingente capital de dinero gracias a la inversión de Qatar.

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