En junio de 1994, Thelma Howard falleció en una residencia de ancianos de Santa Mónica a 16 días de cumplir 80 años. Cuando leyeron el testamento se encontraron con varias sorpresas. Nadie sabía que había trabajado como ama de llaves de Walt Disney durante más de tres décadas, por lo que descubrir que tenía una fortuna de 9,5 millones de dólares en acciones de Disney fue totalmente inesperado. La siguiente sorpresa vino después, cuando vieron que había legado la mitad de su patrimonio a niños desfavorecidos.
Thelma fue la segunda hija de una familia de granjeros de Idaho y vivió una vida dura y cruel como las de antes. Fueron cinco hermanos en total, pero dos murieron siendo niños. La madre de Thelma falleció cuando ella tenía 6 años mientras daba a luz. Pronto quiso prosperar y se inscribió en la universidad de negocios de Spokane, Washington, pero tuvo que dejarlo por falta de dinero.
Ya en 1931 se mudó a Los Ángeles, donde trabajó en una fuente de soda, una oficina y limpiando casas. 20 años después, en 1951, aceptó un trabajo en la finca de la familia Disney y se ganó el cariño de todos. «La ama de llaves antes de Thelma nos desterró a mi hermana y a mí de la cocina. Pero cuando llegó Thelma, pasábamos todo el tiempo allí. Podía preparar una cena completa con un asado y un pastel fresco y tener a los niños dibujando imágenes en la mesa de la cocina«, declaró la hija de Walt Disney, Diane, en una entrevista a People.
Thelma hizo de la casa de Holmby Hills un verdadero hogar. Una de sus tareas era asegurarse de que la nevera estaba llena de salchichas, la merienda favorita del magnate del entretenimiento. Cuando llegaba a casa lo primero que hacía era agarrar una para él y otra para su perrita. Walt Disney le estaba muy agradecido por ello y, como recompensa, cada Navidad le daba acciones de la compañía. Tras tres décadas de trabajo acabó acumulando 193.000 acciones.
Jubilación en un modesto bungalow de dos habitaciones
La ama de llaves tuvo un pasado antes de servir a los Disney y fruto de ello fue su hijo Michael. Tuvo una infancia rebelde que lo llevó a estar internado en la Escuela McKinley. Cuando cumplió 16 años, mintió sobre su edad para poder alistarse a la Marina. Michael visitaba la finca donde trabajaba su madre a menudo, pero siempre siguiendo las estrictas normas que establecía Thelma. Según este artículo de LA Times, ella siempre se arrepintió de haber pasado tan poco tiempo junto a su hijo cuando era pequeño, así que en los últimos años de su vida se dedicó a él.
Thelma Howard se jubiló en 1981 y se trasladó a un modesto bungalow de dos habitaciones en el oeste de Los Ángeles. Su salud empezó a empeorar y se mudó a una residencia de ancianos en Santa Mónica. Su sobrina, Cheryl Wallace, desveló a LA times que descubrió que un hombre que decía estar casado con su tía le había dicho al asilo de ancianos que ella no tenía familia y estaba tratando de obtener el control de su patrimonio. Nunca pudieron demostrar el matrimonio.
Diane Disney, la niña a la que tanto había cuidado Thelma, descubrió por sorpresa que ésta se encontraba en una residencia. Cuando la encontró, fue trasladada a otra residencia donde tenía una habitación privada y la visitaban con frecuencia. Cuando su testamento salió a la luz y comprobaron que iba a dejar una auténtica fortuna a los niños desfavorecidos -una parte fue a parar a su hijo, que a sus 55 años se encontraba en un hogar para personas con discapacidades del desarrollo- nadie se sorprendió. «Había tanto dolor y tragedia en la vida de mi tía que creo que sentía que extrañaba su juventud. Quería devolver algo a los niños», aseguró su sobrina.