¡El Bilbao Basket, campeón de la FIBA Europe Cup!

El Bilbao Basket subió al Olimpo, al hogar de los dioses olímpicos, entra en la mitología con su primer título. El cielo del monte de los más grandes es negro. Porque sí, tiene los de LEB-2 y LEB en la prehistoria de campeonatos que han cambiado de denominación. Pero esos no son nada, migajas, comparando con este entorchado que le hace pasar a una nueva dimensión. La FIBA Europe Cup es el broche de oro a 25 años de historia de lo más intensos. Un club muy humilde, que casi se consume en cenizas devorado por delirios de grandeza, ha levantado el vuelo y ya está entre los elegidos, en ese cielo de entidades con un entorchado internacional. ¿Señores, que este equipo estaba desaparecido, finiquitado hace bien poco…! Segundo en Bizkaia que lo consigue tras el Bidaideak en silla de ruedas, en la Euroliga 1, segundo evento del Viejo Continente. Cuando todo parecía perdido, con 77-67, tras canasta y adicional de Katsivelis a 3:18 para acabar el choque, emergieron los héroes. Un triplazo para la eternidad de Frey y los tiros libres de Dragic pusieron la base para remontar. Esta carrera arrancó hace mucho, en septiembre, con una previa ante el Neptunas, con 47 pretendientes. Pasó por La Casilla, Miribilla, los milagros de Tofas y Dijon y, por fin, y el infierno heleno. Y se lo lleva el que más ansiaba la gloria. Hoy empieza una nueva era en Miribilla. Pantzar pasa a ser el nuevo ídolo de este grupo en el que Rabaseda levó la Orejona como capitán y suma otro título a su amplia nómina, con copas de todos los colores.

Seguir leyendo

​El equipo vizcaíno hace historia: primer título de la historia. Se sienta en el Olimpo ante el PAOK. Pantzar y Frey, estelares.  

El Bilbao Basket subió al Olimpo, al hogar de los dioses olímpicos, entra en la mitología con su primer título. El cielo del monte de los más grandes es negro. Porque sí, tiene los de LEB-2 y LEB en la prehistoria de campeonatos que han cambiado de denominación. Pero esos no son nada comparando con este entorchado que le hace pasar a una nueva dimensión. La FIBA Europe Cup es el broche de oro a 25 años de historia de lo más intensos. Un club muy humilde, que casi se consume en cenizas devorado por delirios de grandeza, ha levantado el vuelo y ya está entre los elegidos, en ese cielo de entidades con un entorchado internacional. Segundo en Bizkaia que lo consigue tras el Bidaideak en silla de ruedas. Cuando todo parecía perdido, con 77-67, tras canasta y adicional de Katsivelis a 3:18 para acabar el choque, emergieron los héroes. Un triplazo para la eternidad de Frey y los tiros libres de Dragic pusieron la base para remontar. Esta carrera arrancó hace mucho, con una previa ante el Neptunas, con 47 pretendientes. Y se lo lleva el que más ansiaba la gloria. Hoy empieza una nueva era en Miribilla. Pantzar pasa a ser el nuevo ídolo de este grupo en el que Rabaseda levó la Orejona como capitán y suma otro título a su amplia nómina, con copas de todos los colores.

Todo estaba en contra, menos la renta de la ida. Siete puntos que parecían una miseria en una pista tan caliente como el Palataki, que marcó territorio de inicio con la catarata de papel habitual. Eso retrasó el inicio del choque, había que retirar montañas de los rollos lanzados. Pero los ‘hombres de negro’ arrancaron con enorme personalidad, sin dejarse impresionar por semejantes llamas: 0-5. Eso sí, rápidamente el PAOK elevó su agresividad defensiva y Upson puso con un mate a los helenos en ventaja: 8-7. Frey empezó a impartir magisterio, buscando por dentro o con triples desde lejos. El Bilbao Basket iba sobreponiéndose a cada golpe, empezaba a dejar claro que no se iba a dejar comer el terreno. No pensó en el +7 sino en ganar y eso fue la base para silenciar la caja de resonancia. Todo acabó en tablas en el primer cuarto: empate a 24. El arma secreta era Hlinason. No pudo jugar en la ida por su lesión en el gemelo y la puesta en escena del gigante islandés lo cambió todo, porque el PAOK no tiene nadie que lo pueda parar. En el uno contra uno o distribuyendo desde el poste medio, causó estragos en las filas helenas. Y Gielo entró poco en juego, pero su producción era altísima.

El PAOK vivía del tiro libre, y el Bilbao Basket estaba acertado desde el arco. Pero las faltas personales le empezaban a agobiar, con Jones, Dragic, Hlinason y Sylla muy cargados. El juego fluía: Pantzar puso el 37-47 tras un aro pasado. Había puntos al contraataque, estaban muy serios y no se atisbaban lagunas. Pero estas llegaron tras el descanso, con un 5-0 de salida. El PAOK empezó a meter el miedo en el cuerpo y los hombres de negro se diluyeron, costaba encontrar tiros liberados, no circulaban la pelita e iban desapareciendo. El 74-67 de Kreuser a 4:40 para el cierre igualaba la eliminatoria e infundía una inquietud gigante. Se mascaba el drama. De Ridder falló con contraataque increíble y ya nadie apostaba un duro por este equipo. La diferencia se fue hasta los 10. Hasta que Frey decidió ponerse la capa de Supermán.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí