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Descubren en un museo británico un macabro libro ligado al célebre asesino del granero rojo

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¿Hasta dónde podía llegar la justicia en el siglo XIX? En un museo de Suffolk, dos libros encuadernados con la piel del mismo criminal revelan el oscuro destino que le esperaba a los condenados.

​¿Hasta dónde podía llegar la justicia en el siglo XIX? En un museo de Suffolk, dos libros encuadernados con la piel del mismo criminal revelan el oscuro destino que le esperaba a los condenados.  

Un escalofriante descubrimiento ha salido a la luz en el Museo Moyse’s Hall de Bury St Edmunds, Suffolk, en Inglaterra. Un segundo libro encuadernado con la piel del infame asesino William Corder, protagonista del tristemente célebre «asesinato del granero rojo» de 1827, ha sido hallado en una estantería de una oficina del museo, donde permaneció olvidado durante décadas.

El asesinato del granero rojo: el crimen que conmocionó a Inglaterra

William Corder, hijo de un granjero local y conocido por su reputación de estafador y mujeriego, tuvo una relación con Maria Marten, quien quedó embarazada y dio a luz a su hijo, aunque el bebé falleció posteriormente. El asesino atrajo posteriormente a su víctima al granero rojo de Polstead con la falsa promesa de fugarse a Ipswich para casarse. 

Según relata la historia, ese día fue la última vez que Maria fue vista con vida. Tras su desaparición, Corder fingió ante amigos y familiares que ambos se habían casado, inventando excusas para justificar la ausencia de Maria y asegurando que todo marchaba bien.

El caso dio un giro cuando, tras una serie de sueños inquietantes, la madrastra de Marten insistió en que el cuerpo de su hijastra se encontraba enterrado en el granero rojo. Sus presentimientos resultaron certeros: el cadáver de Maria fue descubierto oculto en el lugar.

El juicio de Corder tuvo lugar en 1828 en Shire Hall, Bury St Edmunds, donde fue declarado culpable. Según los registros de la época, entre 7.000 y 20.000 espectadores presenciaron su ejecución pública.

Representación gráfica del fatídico escenario donde William Corder atrajo a Maria Marten bajo falsas promesas, convirtiéndose en el tristemente célebre «asesinato del granero rojo» que conmocionó a Inglaterra en 1827.Imagen: Gemini/IMAGO

«Bibliopegia antropodérmica»

Pero la historia no terminó con su muerte. Como era costumbre con los criminales ejecutados de la época, el cuerpo de Corder fue sometido a disección anatómica. En un giro particularmente macabro, parte de su piel fue curtida y utilizada para encuadernar un relato de su crimen y juicio, una práctica conocida como «bibliopegia antropodérmica» que, según The Daily Mail, era relativamente común en el siglo XIX como forma de castigo adicional para presos ejecutados o como recuerdo para médicos.

Desde 1933, el Museo Moyse’s Hall ha exhibido un libro completamente encuadernado con la piel de Corder. Sin embargo, el año pasado se produjo un hallazgo sorprendente: un segundo ejemplar, olvidado en una estantería de la oficina del museo, que también contiene piel de Corder, aunque en este caso solo en el lomo y las esquinas, presumiblemente «restos sobrantes» del siniestro proceso de encuadernación, según aseguró Dan Clarke, responsable de patrimonio del museo.

De acuerdo con algunos medios, el segundo libro habría sido donado hace décadas por una familia vinculada al cirujano que anatomizó el cuerpo de Corder. A diferencia del primer volumen, este libro nunca fue registrado en la colección oficial del museo, lo que explica su olvido durante tanto tiempo.

«Tenemos cosas que se llaman pérdidas de museo, y suelen ser del siglo pasado, cosas que no se han visto en un par de décadas», comentó Clarke, según recoge Heritage Daily. Según el museo, «las comparaciones visuales entre la piel del primer y el segundo libro parecen sugerir que son uno y el mismo».

Debate sobre la exhibición de restos humanos

La exhibición de estos macabros artefactos no está exenta de polémica. Terry Deary, reconocido autor británico y creador de «Horrible Histories», ha expresado duras críticas contra su exposición pública, describiéndolos como «artefactos particularmente enfermos» cuya exhibición resulta inapropiada. Según recogió The Guardian, Deary considera esta muestra museística comparable a un degradante «espectáculo de fenómenos».

El autor, que en el pasado interpretó a Corder en obras teatrales, defiende que el asesino ha sido malentendido y que las pruebas de su condena fueron en gran parte circunstanciales.

El caso del granero rojo ha inspirado numerosas adaptaciones cinematográficas y teatrales durante casi dos siglos.Imagen: Moyse’s Hall Museum

Sin embargo, Dan Clarke defiende que los libros no son una atracción sensacionalista. Del mismo modo, defiende su valor histórico, señalando además que en sus 11 años en el museo nunca ha recibido una queja sobre la exposición del primer libro.

A su juicio, estos objetos permiten debatir sobre prácticas históricas como la disecación pública de criminales y el «código sangriento» (Bloody Code), el conjunto de leyes británicas que imponían la pena de muerte para numerosos delitos.

«No tratamos este tema como un artefacto salaz, sino como una ventana al pasado», explica Clarke. 

Abbie Smith, asistente de patrimonio del museo, ofrece una perspectiva adicional: «Si no se le dijera a la gente que está encuadernado en piel humana, no creo que se dieran cuenta».

El «asesinato del granero rojo» continúa cautivando la imaginación popular, habiendo inspirado numerosas adaptaciones cinematográficas, radiofónicas y teatrales a lo largo de casi dos siglos.

Actualmente, ambos libros se exhiben en el Museo Moyse’s Hall junto a una jaula de horca del siglo XVIII, ofreciendo un crudo testimonio de una época de castigos que hoy consideraríamos brutales.

Este caso se suma a otros similares que han generado controversia recientemente. En marzo de 2024, la Universidad de Harvard retiró un libro similar encuadernado con piel de una mujer fallecida en un hospital psiquiátrico francés, reconociendo errores históricos en su gestión.

Editado por Felipe Espinosa Wang con información de Heritage Daily, The Guardian y Daily Mail.

 

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