Alcaraz llega a la Caja Mágica en un mar de dudas

Con más dudas que certezas, aunque estas últimas pasen porque, sea en el contexto que sea, es uno de los grandes favoritos a ganar el Madrid Open, comparece esta semana Carlitos Alcaraz en la Caja Mágica.

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​El murciano comparece en el Madrid Open tocado por segundo año seguido. Este lunes se sometió a una resonancia y el sábado debutará ante Nishioka o Bergs.  

Con más dudas que certezas, aunque estas últimas pasen porque, sea en el contexto que sea, es uno de los grandes favoritos a ganar elMadrid Open, comparece esta semana Carlitos Alcaraz en la Caja Mágica.

Llega al recinto madrileño el murciano de 21 años entre algodones, sin saberse recuperado al 100% de los problemas físicos que le mermaron en la final del Godó perdida el domingo. Fue en los primeros compases del segundo set cuando Charly encendió las alarmas solicitando asistencia médica tras sentir un pinchazo en la zona interior del muslo derecho. Salió de allí acompañado de Ángel Ruiz-Cotorro, jefe de los servicios médicos del torneo y anteriormente el galeno de cabecera de Rafa Nadal, y pudo retornar para completar el partido, pero no porque el percance estuviese solucionado, más bien por pundonor.

“Hubo dos carreras en las que noté algo en el abductor o el psoas derecho. Si notas molestias, te alarmas. Es difícil mantenerte centrado en el juego, te preocupas más por el físico y la salud”, explicaría después él mismo. “Confío en que no me perjudique para Madrid”, añadió. Este lunes se sometió a una resonancia para conocer el estado actual de la zona afectada. La prueba que determinará si está en condiciones de afrontar dos semanas en una parada del circuito especialmente exigente, por el híbrido entre tierra y pista rápida en que la altura de Madrid convierte a esta superficie, y por la intensidad extra que confiere a todo lo que sucede dentro y fuera del terreno de juego el hecho de estar en casa, ante su gente.

El cuadro que le ha deparado el sorteo celebrado ayer no es precisamente ligero, además. Tras estrenarse el sábado en segunda ronda ante el ganador del duelo entre el japonés Yoshihito Nishioka y el belga Zizou Bergs, el segundo cabeza de serie de la cita (la ausencia de Sinner por su sanción le otorga esa condición y al alemán Zverev, que le adelantó en el ranking a cuenta de su derrota en Barcelona, la de número uno) se encontraría con Martín Landaluce, en duelo fratricida, o el británico Cameron Norrie a continuación.

Después de eso, la hipotética hoja de ruta incluiría al checo Jiri Lehecka en tercera; a otro checo, Tomas Machac, o al búlgaro Grigor Dimitrov en octavos de final; a una terna muy peligrosa con el australiano Alex De Miñaur, el italiano Lorenzo Musetti o el danés Holger Rune, a la sazón su verdugo en Barcelona, todos en el top-11 de la ATP, ya para cuartos ; y al ‘coco’ entre ‘cocos’, el serbio Novak Djokovic, en unas semifinales que, de producirse, serían reedición de las que ya protagonizaron ambos en 2022.

Se diría que a Carlitos se le atraganta la temporada de tierra en el aspecto fisiológico. Ya el año pasado llegó tocado a este torneo, entonces con unas molestias en un antebrazo. Al 100% desde aquello, casi un año después parecían quedar en el olvido los percances que han marcado en cierta manera las primeras temporadas en la élite del de El Palmar. Pero el calendario es apretado, no perdona a nadie. Y en el que era su 10º partido en dos semanas contando con los disputados en Montecarlo, donde se proclamó campeón, su cuerpo volvió a mandarle un aviso. En ese sentido, él mismo apunta que cada vez se conoce mejor a sí mismo, y sabe identificar sensaciones que antes no conseguía traducir.

Más allá de eso, por unas cosas u otras, Carlitos no termina de alcanzar el cénit de mediados de 2024, con ese pico de juego que le llevó a enlazar el doblete Roland Garros-Wimbledon. Desde entonces ha mezclado rachas imperiales con resbalones inesperados. Y aun así, prueba del nivel que atesora, desde que tumbó a Djokovic en la final del All England, presenta un balance de 45 victorias, 12 derrotas y tres títulos. Salvo que su muslo derecho se interponga en el camino, en cualquiera de sus versiones recientes se antoja una apuesta segura verle la próxima semana frente a Djokovic en semifinales.

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