Cine
Se llamaba Devon Staples, era Gastón en Disney World y murió al intentar lanzar un fuego artificial desde su cabeza

Cuando Disney World abrió sus puertas en 1971, los empleados fueron recibidos como algo más que simples currantes a sueldo: se les llamó «Miembros del reparto» porque, al fin y al cabo, todo allí es una gigantesca obra de teatro para que los visitantes se sientan realmente en el lugar más feliz…
Artículo original publicado en SensaCine
Gastón es un as, los demás del montón
Cuando Disney World abrió sus puertas en 1971, los empleados fueron recibidos como algo más que simples currantes a sueldo: se les llamó «Miembros del reparto» porque, al fin y al cabo, todo allí es una gigantesca obra de teatro para que los visitantes se sientan realmente en el lugar más feliz de la Tierra. Por aquel entonces había 5500 miembros. Hoy en día, se calcula que el parque da trabajo a más de 77000 personas cada año, aunque eso no significa, claro, que todas ellas lleguen a tener la posibilidad de hacer de un personaje Disney.
Un gran tipo, Gastón
Una de las claves de Disney World no fue solo que los fans pudieran hacerse fotos con personas disfrazadas como los personajes, sino que estos personajes parecieran sacados de las películas. Para ello, entrenan su improvisación y están siempre al lado de alguien que les ayuda a interactuar en caso de que se salgan demasiado del personaje o se encuentren con alguien agresivo o que tenga conductas inapropiadas con ellos (por ejemplo, se sabe que pueden montarse en las atracciones con los visitantes, pero no pueden tocarles).
Una persona que se sabía muy bien las reglas era Devon Staples, conocido mundialmente por hacer de Gastón, el malvado y bobo personaje de La bella y la bestia, en Disney World: sus comentarios sarcásticos le hacían tener siempre una gran cola y se convirtió rápidamente en un miembro del reparto básico en el parque. Hasta el 4 de julio de 2015, donde el muchacho decidió, en plena barbacoa con amigos, que iba a encenderse fuegos artificiales en la cabeza.
Sus amigos le trataron de convencer de lo contrario, pero Staples lo tenía muy claro: iba a ser increíble y épico. Spoiler: murió de manera instantánea. El actor hacía también de Goofy, y se le echó de menos durante años en Disney World. Descanse en paz, sí, pero ya sabéis la moraleja de esta historia: no hagáis algo tremendamente estúpido si queréis que tenga consecuencias tremendamente estúpidas.