Tenis
La medallista olímpica con la sincro que antes lo ganó todo en tenis
Decir polifacética es poco en el caso de Thaïs Henríquez, hija de baloncestistas (Mariló Torres y Juan Antonio Henríquez), abogada especializada en asesoría y gestión tributaria, graduada en Educación Física, ’speaker‘, asesora mental, incluso cantante (concursó el año pasado en el ‘reality’ Factor X) y, sobre todo, doble medallista olímpica en natación sincronizada, ahora llamada artística. Y, aun así, tenía un as escondido bajo la manga.
Thais Henríquez, que el sábado participó del sorteo del Conde de Godó, fue tenista durante dos años, en los que venció en los cinco torneos que jugó.
Decir polifacética es poco en el caso de Thaïs Henríquez, hija de baloncestistas (Mariló Torres y Juan Antonio Henríquez), abogada especializada en asesoría y gestión tributaria, graduada en Educación Física, ’speaker‘, asesora mental, incluso cantante (concursó el año pasado en el ‘reality’ Factor X) y, sobre todo, doble medallista olímpica en natación sincronizada, ahora llamada artística. Y, aun así, tenía un as escondido bajo la manga.
Porque Henríquez, que el pasado sábado participaba como mano inocente junto a Casper Ruud en el sorteo del cuadro principal del Torneo Conde de Godó, explicó lo que ella consideraba “un secreto”, y no es otro que su faceta menos conocida como tenista. “Me dediqué dos años al tenis profesional, hice cinco torneos mixtos que me fueron bien, porque gané. Pero me tiraba mucho el agua y me decanté”, narró la canaria, de 42 años y vocal de la junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol, así como miembro de su Comisión de Igualdad.
En efecto, y tras dar sus primeros pasos en ese baloncesto que le venía de familia, a los 11 años Henríquez se pasó al tenis, en el CN Metropole, con el que disputó cinco torneos. Y todos los ganó. Fue a los 13 cuando descubrió la natación sincronizada en esa misma entidad. Y compaginó ambos deportes durante un año, hasta que tuvo claro que la piscina era su hábitat.
Alberto Iranzo
No se equivocaba la expupila de Anna Tarrés, plata olímpica en Pekín 2008 y bronce en Londres 2012, además de un oro y ocho podios mundiales, entre otros muchos éxitos y distinciones. Pero sin abandonar su pasión tenística. “Esta es una cita que tienes que apuntar esperando qué semana de abril toca el Godó para disfrutar de la magia que se crea en Barcelona”, asegura.
“Viene gente de muchos sitios diferentes, para el mundo del tenis y para muchos más tiene esa magia, un buen ambiente que se respira, la ilusión, siempre es duro por las ganas que todo el mundo tiene de llevarse el torneo. Este año disfrutaremos mucho”, afirmó Thaïs Henríquez, la medallista olímpica que también fue tenista.
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