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Fíjate en el lateral de ‘Django desencadenado’: un extra se cae del caballo y es pisoteado, ¿pero fue accidental?

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En 1966, Sergio Corbucci dirigió una película mítica que marcaría época: Django, un spaghetti western que no solo fue un auténtico éxito, sino que supuso un boom de secuelas totalmente falsas con el nombre del protagonista, como Django dispara primero, Alambradas de violencia (A few dollars…

Artículo original publicado en SensaCine

​Quentin Tarantino probablemente dijo «Bueno, esto lo dejamos tal cual y ya estaría»  

Quentin Tarantino probablemente dijo «Bueno, esto lo dejamos tal cual y ya estaría»

En 1966, Sergio Corbucci dirigió una película mítica que marcaría época: Django, un spaghetti western que no solo fue un auténtico éxito, sino que supuso un boom de secuelas totalmente falsas con el nombre del protagonista, como Django dispara primero, Alambradas de violencia (A few dollars for Django) o El último pistolero (Django, the last killer). Finalmente, en 1982 después de más de treinta títulos con el nombre de su personaje, Franco Nero volvió a ponerse en su piel en la única secuela realmente oficial: El retorno del héroe (Django strikes again).

Vuelve Django, vuelve el dolor

No es de extrañar, pues, que Quentin Tarantino quisiera hacer un homenaje a Nero (que, de hecho, sale en la película en un cameo) con su obra maestra Django desencadenado, un spaghetti western donde pretendía no solo hacer justicia hacia el resto del género, sino también rendir tributo a Corbucci adecuando el punto de vista al racismo y la sociedad actual. El resultado ya lo conocemos: es absolutamente espectacular.

De hecho, hay una escena que ha pasado a la historia tanto del western como de la comedia más sarcástica: la del Ku Klux Klan, Después de años tratando con seriedad al grupo de encapuchados (desde que DW Griffith hiciera lo que hizo en El nacimiento de una nación), Tarantino se reía de ellos hasta el punto en el que, en su escena, uno de los extras se cayó del caballo y no solo no volvieron a rodar la escena, sino que decidieron dejarla en el montaje final.

Hay dudas al respecto, porque parte del chiste es que no pueden ver con el saco en los ojos, pero sí parece, viendo la escena, que uno de los extras en el lateral se la pega con todas las de la ley y después es arrollado por un caballo. Si es premeditado, es maravilloso. Si no, francamente, también. ¡Reírse de gente tan estúpida como los miembros del KKK siempre será positivo!

 

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