Hezonja y el Madrid están muy vivos

El Madrid llevaba 13 años sin quedarse fuera del playoff, desde 2012 tras un triple empate diabólico con el Siena y el Bilbao. Y la cuenta sigue abierta, la racha continúa, porque este año también disputará los cuartos después de barrer este Viernes Santo a un Bayern (93-71) que llegó exhausto emocional y físicamente de la batalla con prórroga del martes frente al Estrella Roja. Los blancos, no. Quizá más acostumbrados a estas lides, pasaron página rápido de lo que les había liado el gran TJ Shorts y su París Basketball. Lección repasada y aprendida, lo demostraron en el parqué con un alumno ejemplar, Mario Hezonja, que llegó al Movistar Arena en calma espiritual y con todos los deberes hechos: 19 puntos (7 de 9 en lanzamientos de campo), 7 rebotes y 24 de valoración. Y, de nuevo, con un magnífico Facundo Campazzo (12 y 5 asistencias para 22 créditos). Y Alberto Abalde.

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​Los blancos pasan por encima del Bayern y se clasifican para un playoff al que no faltan desde 2012. Partidazo de Supermario. Y de Campazzo y Abalde. En cuartos, el Olympiacos.  

El Madrid llevaba 13 años sin quedarse fuera del playoff, desde 2012 tras un triple empate diabólico con el Siena y el Bilbao. Y la cuenta sigue abierta, la racha continúa, porque este año también disputará los cuartos después de barrer este Viernes Santo a un Bayern (93-71) que llegó exhausto emocional y físicamente de la batalla con prórroga del martes frente al Estrella Roja. Los blancos, no. Quizá más acostumbrados a estas lides, pasaron página rápido de lo que les había liado el gran TJ Shorts y su París Basketball. Lección repasada y aprendida, lo demostraron en el parqué con un alumno ejemplar, Mario Hezonja, que llegó al Movistar Arena en calma espiritual y con todos los deberes hechos: 19 puntos (7 de 9 en lanzamientos de campo), 7 rebotes y 24 de valoración. Y, de nuevo, con un magnífico Facundo Campazzo (12 y 5 asistencias para 22 créditos). Y Alberto Abalde.

El Real jugará el playoffsin ventaja de cancha contra el líder de la fase regular, que siempre ha avanzado a la Final Four. El reto ante el Olympiacos es gigante y comenzará el próximo miércoles 23 en El Pireo (20:30 horas), con el segundo asalto el viernes en el mismo escenario (formato 2-2-1). Muy difícil; no imposible. En Atenas hubieran preferido otro adversario, no a su verdugo en las dos últimas Final Four. El Madrid está muy vivo todavía después de pasearse en las últimas 72 horas por el borde del abismo.

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El Bayern es una destacada escuadra ofensiva, tercero en puntos anotados y primero en triples, que sabe correr, en la que sus pívots abren el campo con su manita… Pero cuando uno viene de lidiar con la locura del París de Splitter, lo más anárquico de otros puede sonar a una melodía convencional. No es solo la diferencia en cómo te atacan, sino en cómo te defienden.

El Madrid se sintió aliviado y, dado que llegaba escarmentado, su salida de tacos resultó impecable. Pisaba pintura, circulaba el balón, encontraba a los tiradores liberados y… a diferencia de tantas otras veces, las metía todas. Literal. A los diez minutos y 30 segundos, Garuba clavaba desde el lado derecho el ¡octavo triple de nueve intentos! Para frotarse los ojos: +17, 36-19. El Bayern podía resquebrajarse, buscaba un referente sin Carsen Edwards (baja de última hora por una lesión en la espalda), y apareció Shabazz Napier (19 puntos), el de más calidad en los muniqueses con bote y el que iba más fuerte al aro. Se abría un paréntesis de malas decisiones y peores tiros que benefició al visitante: 36-26 y tiempo muerto de urgencia.

Supermario en volandas

Chus Mateo recompuso a los suyos, que volvieron a la versión inicial, a compartir el balón. Hezonja sacaba tres tiros libres con una finta impecable de puro talento y Tavares machaba a pase de Deck tras una circulación magnífica. Y Supermario recuperaba la bola y culminaba de campo a campo. El croata andaba centradísimo, todos sus tiros tocaban en el momento de ejecutarlos y cerró la primera parte en la cresta de una crecida monumental que lo llevó en volandas al vestuario. Del minuto 15 al 20 descerrajó 10 de los 15 tantos que sumaba al descanso. Un empujón vital para los suyos: 52-33. Los blancos habían lanzado con un 64% de tres y repartido 11 asistencias en medio duelo. Un Campazzo muy incisivo agarraba con firmeza el timón (9 y 2 asistencias) y Tavares aguantaba el tipo con dos faltas. Enfrente, su par, Devin Booker, clavaba dos de tres, pero no era suficiente para agitar el avispero.

Primera parte merengue soñada. Quedaba rematar. Un premio tan grande como el playoff merecía mantener una concentración extrema. El Madrid lo hizo, siguió moviendo la bolita y un triple de Campazzo elevaba el +24: 67-43. Abalde completaba una actuación redonda (13 puntos con tres triples sin fallo y tres asistencias) y Musa (16) apilaba acciones ofensivas de mérito. Hasta 15 triples (54%), 24 asistencias y 119 de valoración. El final más plácido del curso con ese +22 (a solo uno del +23 ante el Estrella Roja en octubre) en una de las jornadas más importantes. En cinco días, otra historia en La Paz y la Amistad.

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