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EXCLUSIVA: «El Jet Set se cayó. Y con él, una red de secretos, lujos y negligencias»
¿Accidente estructural o crimen social? ¿Quiénes sabían y callaron? La verdad que pocos se atreven a contar…
Santo Domingo, R.D. — El desplome mortal del techo de la discoteca Jet Set, el pasado 8 de abril, ha sacudido a la alta sociedad, al mundo político… y al oscuro engranaje de permisividad y silencio que permitió que una bomba de tiempo siguiera operando como templo del placer y la ostentación.
📌 Un edificio con historia… y con trampa
El inmueble, construido originalmente como un cine en los años 70, fue reconvertido en discoteca sin una evaluación estructural profunda. ¿La razón? El negocio era redondo. Según revela el informe técnico preliminar, la estructura de hormigón pretensado no fue diseñada para soportar ni el bullicio de las fiestas electrónicas, ni la avalancha de equipos pesados —aires industriales, transformadores, generadores— instalados en la cubierta. Una sobrecarga estimada de 4,000 kilos, justo encima del área que colapsó.
🔊 El beat que mató
Sí, así de literal. Las vibraciones producidas por los sistemas de sonido de alta potencia, sumadas a los efectos de humedad por filtraciones y acumulación de agua en el techo, generaron microfisuras que lentamente degradaron la resistencia del concreto. Una muerte anunciada. ¿Alguien hizo caso a las señales?
“El deterioro estructural venía de años. Había fisuras visibles, desprendimientos menores. Pero nadie quería arruinar la fiesta”, comenta bajo anonimato un exempleado del local.
💧 Agua, vibración, corrupción… y silencio
El informe habla claro: acumulación de agua en puntos bajos del techo, corrosión de las vigas, fallos por fatiga de materiales. Pero lo que no dice, y que se grita en pasillos, es que hubo denuncias internas ignoradas, inspecciones que nunca se hicieron y permisos que se otorgaron «sin mirar demasiado».
¿Quién firmó? ¿Quién aprobó? ¿Quién cobró?
👥 La noche del horror. Y las llamadas que estremecen al Palacio
Las filtraciones no solo venían del techo. Según versiones aún no confirmadas, la Gobernadora de Montecristi, presente en el evento, habría llamado al propio Presidente minutos antes de morir atrapada bajo los escombros, pidiendo ayuda. La llamada se habría cortado en seco, y lo que siguió fue el caos.
🔍 ¿Qué sabían las autoridades?
El local operaba con un aforo superior al permitido. El peso de los equipos violaba normas básicas de ingeniería. La remodelación no fue supervisada adecuadamente. Y a pesar de todo, seguía operando como uno de los lugares más exclusivos del país, frecuentado por políticos, empresarios y personalidades del entretenimiento.
🤐 Los chismes que la élite no quiere que sepas
Se rumora que una figura del espectáculo nacional estaba en la cabina VIP segundos antes del colapso.
Varios funcionarios vinculados al Ministerio de Obras Públicas habrían asistido regularmente a fiestas en el lugar.
Una licitación para reforzar el techo habría sido «engavetada» desde hace un año.
🛑 ¿Quién será el chivo expiatorio?
Con los reflectores encima, ya se habla de posibles acusaciones contra el ingeniero encargado del mantenimiento, el gerente del local y el proveedor de los sistemas eléctricos. Pero las verdaderas preguntas siguen sin responderse:
¿Quién permitió la transformación del edificio sin estudios estructurales actualizados?
¿Por qué no se clausuró el lugar cuando ya había señales visibles de deterioro?
¿Cuántos más callaron por miedo… o por dinero?
📣 Una tragedia que se pudo evitar
El informe técnico es lapidario: la combinación de sobrecarga, vibraciones y humedad formó un cóctel letal. La negligencia estructural se mezcló con una cultura de permisividad institucional.
Y mientras tanto, el país llora a las víctimas… y empieza a preguntarse si la tragedia del Jet Set es solo la punta de un iceberg que esconde años de descuido, corrupción y favores entre amigos
