Tenis
El cobijo de Alcaraz, Tsitsipas y cía

En un engranaje que no se detiene en todo el año, por mucho que ante el gran público todo se resuelva en una semana, publicaba el Real Club de Tenis Barcelona en noviembre un anuncio para aquellos y aquellas nacidos entre 2008 y 2010 que quisieran hacer de ’ballkids‘, el anglicismo con que en el circuito tenístico se conoce a los recogepelotas, en el Torneo Conde de Godó. Un proceso que, por segunda edición consecutiva, tiene historia propia.
El Godó se distingue por segundo año consecutivo como el único torneo de todo el circuito ATP que cuenta con ‘ballkids’ con discapacidad intelectual: ellos son Alexandra y Dídac.
En un engranaje que no se detiene en todo el año, por mucho que ante el gran público todo se resuelva en una semana, publicaba el Real Club de Tenis Barcelona en noviembre un anuncio para aquellos y aquellas nacidos entre 2008 y 2010 que quisieran hacer de ’ballkids‘, el anglicismo con que en el circuito tenístico se conoce a los recogepelotas, en el Torneo Conde de Godó. Un proceso que, por segunda edición consecutiva, tiene historia propia.
En un circuito ATP donde se han eliminado los jueces de línea en favor de la tecnología, el Godó se presenta como el primer y único torneo en contar con ‘ballkids’ con discapacidad intelectual. En concreto, son dos, Alexandra y Dídac, quienes tienen como misión custodiar el parasol que cobija a los tenistas cuando, al inicio y al final de los partidos, y en los cambios de campo, se sientan en sus banquillos. Ellos son la sombra esta semana de Carlos Alcaraz, Casper Ruud, Stefanos Tsitsipas y compañía.

Fue el pasado 30 de enero cuando se inició la formación de todos estos recogepelotas, que han contado con dos meses de entrenamiento. “Se caracterizan Alexandra y Dídac por su disciplina, por ser extremadamente metódicos, con unos valores de los que han ido aprendiendo la mayoría de sus compañeros”, destacan desde la organización.
Tienen la Fundación Aura y la Fundació Tennis Barcelona buena parte de ‘culpa’ en esta iniciativa, que contribuye a que el Godó mantenga la máxima distinción que otorga la ATP a los mejores recogepelotas del circuito. Los cuales, fuera de la pista, también han podido gozar de momentos como un partido de ‘blind tennis’ el pasado sábado con el tenista español Jaume Munar.
Se trata de una de las múltiples actividades que rodean lo deportivo del Godó, como la donación de sangre o la posibilidad de ser ‘player’ de la Escola de Tennis Solidari, para ayudar a niños y niñas en riesgo de exclusión social.
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