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Márquez solo tiene una cruz

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Antes de empezar el año, Marc Márquez decidió guiarse por los resultados que dictó la pretemporada. El invierno dejaba a dos aspirantes destacados en MotoGP (Álex completaba la ecuación) y de nuevo, una Ducati superior con la que brillaban los favoritos. Una condición de la que nunca rehuyó el octocampeón, aunque siempre miraba y señalaba hacia el otro lado del box. El recién llegado al equipo oficial delegaba responsabilidades en un Pecco Bagnaia, que había dominado dos de los tres últimos cursos y que además conocía la Desmosedici a la perfección. Pero al mismo tiempo sabía que vestir de rojo, le exigía su mejor versión. Y la sacó desde el primer momento, plantando cara al piloto que había llevado la voz cantante en Borgo Panigale.

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“Otro fin de semana perfecto”, destaca tras el GP de Qatar el español, que ha dominado todo lo que estaba en juego esta temporada salvo la carrera de Austin.  

Antes de empezar el año, Marc Márquez decidió guiarse por los resultados que dictó la pretemporada. El invierno dejaba a dos aspirantes destacados en MotoGP (Álex completaba la ecuación) y de nuevo, una Ducati superior con la que brillaban los favoritos. Una condición de la que nunca rehuyó el octocampeón, aunque siempre miraba y señalaba hacia el otro lado del box. El recién llegado al equipo oficial delegaba responsabilidades en un Pecco Bagnaia, que había dominado dos de los tres últimos cursos y que además conocía la Desmosedici a la perfección. Pero al mismo tiempo sabía que vestir de rojo, le exigía su mejor versión. Y la sacó desde el primer momento, plantando cara al piloto que había llevado la voz cantante en Borgo Panigale.

Bagnaia siempre fue un valor seguro para Ducati. Pero Marc llegó al garaje del Lenovo como un huracán dispuesto a arrasar con todo, y solo ha necesitado cuatro grandes premios para igualar el número de triunfos (3) de Enea Bastianini y Jack Miller (antiguos compañeros de Pecco) en dos temporadas completas frente al italiano. Incluso después de haber fallado en GP de Las Américas, a causa de una caída cuando lideraba. Esa actuación repetía la de un 2019 en el que acabó coronándose campeón. Entonces, en toda la temporada, el cero de Texas fue la única cruz (el resto de resultados se debatieron entre la victoria y la segunda plaza) de un piloto que, en sus primeros pasos como oficial de la fábrica italiana, solo ha vuelto a penar en Austin. Porque salvo la carrera dominical en el trazado americano, el español ha dominado todo lo que está en juego.

Pole, esprint, vuelta rápida y carrera. En cuatro grandes premios celebrados, Márquez solo ha dejado pasar el triunfo en Austin; donde incluso le dio tiempo a sellar el mejor giro antes de irse al suelo. Paradójicamente, en este 2025 Marc ha ganado todas las carreras en las que ha liderado otro piloto y se cayó en la única que lidero él todo el tiempo. Pero eso tan solo son coincidencias en la nueva versión de un piloto más listo, más tranquilo y con una capacidad superior a la hora de aprender de los errores, que parece tenerlo todo bajo control. La lesión del húmero derecho fue un calvario para el octocampeón, pero también una oportunidad brillante de demostrar que sigue siendo el número uno. O al menos eso es lo que dice el marcador, después de que firmase en Qatar “otro fin de semana perfecto, una vez más”.

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El propio Marc se encarga de poner adjetivos a su actuación bajo los focos de Losail, a donde llegaba con un punto de desventaja en la general frente a Álex (se marcha con 17 a su favor)como resultado de su caída en Austin. Sin embargo, después del esprint, el liderato volvía a ser suyo. Pero seguía siendo igual de exigente. “Las cosas que no funcionaban bien, han ido a peor. Pero lo importante es que volvemos a ser líderes”, comentaba Márquez con su equipo en la celebración de esa cuarta victoria en sábado, como captaron las cámaras de DAZN.

Márquez tira “de cabeza”

La carrera corta dejó deberes por hacer y se aprobaron con nota el domingo, en un gran premio donde “he tirado más de cabeza que de instinto”. “Pilotando aquí por instinto, me cuesta (ser competitivo), sobre todo en las curvas rápidas de derechas”, admitía el español que, dificultades aparte, acabó saliéndose con la suya una vez más. Porque en un escenario donde no vencía desde 2014 (también acabó el año como campeón y ganó las diez primeras carreras de manera consecutiva), volvió a subrayar su gran estado de forma tras otra clase magistral.

 

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