Deporte Motor
Red Bull asume responsabilidades
Después de dominar el Mundial de Fórmula 1 de manera arrolladora en los últimos cuatro años, la historia se ha transformado para Red Bull. El cambio de tendencia con un monoplaza cada vez menos competitivo comenzó a apreciarse durante la segunda mitad de 2024, pero en Bahréin la escudería energética demostró su peor versión. Al maquillaje que había puesto Max Verstappen al resto de resultados de la temporada (llegando incluso a lograr la victoria en Japón), en Sakhir le fue imposible ocultar la realidad.
Horner hace autocrítica después de uno de los peores fines de semana para los energéticos en la F1: “Sabemos dónde están los problemas, pero llevará tiempo”.
Después de dominar el Mundial de Fórmula 1 de manera arrolladora en los últimos cuatro años, la historia se ha transformado para Red Bull. El cambio de tendencia con un monoplaza cada vez menos competitivo comenzó a apreciarse durante la segunda mitad de 2024, pero en Bahréin la escudería energética demostró su peor versión. Al maquillaje que había puesto Max Verstappen al resto de resultados de la temporada (llegando incluso a lograr la victoria en Japón), en Sakhir le fue imposible ocultar la realidad.
Los de Milton Keynes firmaron uno de los peores fines de semana de los últimos tiempos, a pesar de que acabaron con los dos monoplazas dentro de la zona de puntos (Tsunoda fue 9º). Y aunque la sexta posición del vigente campeón no parece para tanto, los más de 34 segundos de diferencia con el ganador (Piastri) son lo realmente preocupante. Es cierto, que antes de que la acción arrancase en Bahréin, Verstappen advirtió de que no sería un fin de semana sencillo para ellos. Pero la falta de ritmo hizo muestra de una realidad desgarradora. Que ni siquiera Christian Horner, jefe del equipo, es capaz de ocultar: “Nada nos salió bien desde el inicio de la carrera. Hemos tenido dos problemas clave: uno de frenos y otro de desequilibrio. Y cuando eso pasa, la degradación de neumáticos se multiplica”.
La escasa degradación en Japón fue una gran aliada para Verstappen y su Red Bull. Pero el trazado japonés es una de esas excepciones a la regla. Lo sucedido en Suzuka fue un asterisco a su favor, pero la tendencia en Milton Keynes es evidente: el monoplaza no responde. “Esta carrera ha puesto de manifiesto algunos problemas que tenemos muy claramente y que debemos solucionar rápidamente. Entendemos dónde están, sin embargo, implementar las soluciones lleva más tiempo”, admitía un Horner con tanta urgencia como sinceridad. Porque revertir la situación no será cosa de un fin de semana.
El próximo escenario que le espera a Red Bull es el de un GP de Arabia Saudí (del 18 al 20 de abril) donde hace tan solo un año, firmaron un doblete que lideró Verstappen. Pero su crisis actual es tan evidente, que en este nuevo curso se ven incapaces de plantar cara a McLaren, Mercedes y Ferrari. “Este año somos aún peores con los neumáticos. Lo hace todo muy complicado”, se lamentó Max, en un momento donde la falta de rendimiento en el RB21 le puede llevar a buscar otras alternativas. Aunque Horner, a pesar de haber perdido a la figura de Adrian Newey, prefiere creer: “Hemos fabricado algunos de los mejores monoplazas del mundo en los últimos años. Podemos revertir la situación”.