Ryan Coogler dice que escribió Los pecadorescomo una carta de amor al cine que le cautivó cuando era un niño. Aunque no lo percibo en pantalla, lo que sí veo es un cariño monumental hacia su propio trabajo, lo que da como resultado una película muy atrevida y segura de sí misma. La venden como una película de vampiros, pero es mucho más que eso.
Es, para empezar, una de las propuestas más frescas que puedes encontrar actualmente en cartelera. Al frente del reparto está Michael B. Jordan interpretando a dos personajes al mismo tiempo, los gemelos Smoke y Stack. Siendo esta su quinta colaboración juntos, después de Fruitvale Station y las sagas Black Panther y Creed, queda confirmado que Coogler y Jordan se sienten tan a gusto trabajando mano a mano que pueden atreverse a hacer maravillas como esta que se estrena en cines el 11 de abril.
Ambientada en los años 30 en Estados Unidos, la cinta retrata la época de la Ley Seca y los últimos coletazos de la esclavitud. Los hermanos Smoke y Stack están de vuelta en Misisipi después de ganar mucho dinero trabajando para la mafia en Chicago. En su pueblo natal todos los conocen. Algunos por su mala reputación, otros por su historia personal en el pasado.
Su objetivo es fundar un club para que los negros de la zona puedan descansar al final de las largas jornadas de trabajo. Pero el ku klux klan aún anda vigilante y toma forma de una amenaza aún mayor que el ser humano: los vampiros.

Warner Bros.
Vamos a ser claros aquí. A priori, una película de vampiros en 2025 no es lo que más apetece. A pesar del éxito de Nosferatuhace tan solo unos meses, es un género tan manipulado que hemos terminado empachados. PeroLos pecadores no es solo una cinta de vampiros. Hay mucho donde rascar en la propuesta de Ryan Coogler, tanto de crítica social, como de amor por la música, el folclore y el cine en general.
Los pecadores es una película de terror, pero no tiene la pureza de otros títulos comoDrácula de Bram Stoker (1992) o Déjame entrar (2008). Si hubiese que comparar sería una especie de Abierto hasta el amanecer (1996) con un trasfondo racial y unos toques del Malditos bastardos(2009) de Tarantino. Porque la cinta de Coogler lo que es en realidad es una lucha con uñas y dientes por parte de un grupo racializado que es atacado brutalmente por los blancos del lugar.
Esta bacanal de violencia está bañada por una banda sonora impecable que tiene su sentido diegético. La película comienza avisando del poder de la música para abrir la puerta a otros mundos y Coogler lo utiliza para impulsar la trama sobrenatural. La guitarra de Sammie (Miles Caton) y su profunda voz provocan que todos los invitados de la noche se pongan a bailar y en este trance los seres de otros mundo ven su oportunidad de entrada.
Pero el director también usa la música para hacer un repaso por la cultura del blues del Delta del misisipi, el folclore irlandés, la música contemporánea y hasta la leyenda de Robert Johnson -o eso quise entender-. La película se acerca al género musical y contiene escenas realmente potentes, comenzando por el escalofriante coro de vampiros y terminando por las actuaciones que tienen lugar en el club de los hermanos Smoke-Stack -yo sigo pensando en el impresionante baile de Jayme Lawson-. Ryan Coogler ya ha comentado que creció escuchando blues con su tío y que esto tuvo un fuerte impacto en su vida.
Nada malo que decir acerca de Los pecadores. Tiene un ritmo impecable, unas actuaciones precisas y una propuesta honesta. Te lo pasarás en grande viéndola en el cine.