Fue muy difícil llevarla a cabo, pero en el año 1965 se estrenó en cines La historia más grande jamás contada, un ambicioso largometraje de temática religiosa que cuenta la historia bíblica de Jesús de Nazareth, desde su nacimiento hasta su ascensión a los cielos, y que pudo ser una realidad gracias a un enorme despliegue de medios, aunque finalmente no recogió el éxito esperado. Sin embargo, la historia de su producción está repleta de intrahistorias que afectaron en mayor y menor medida al resultado final del proyecto.
La historia de la película se remonta a 18 años antes de su estreno, cuando una serie de varios episodios radiofónica de 1947 dio lugar unos años más tarde a una novela Fulton Oursler que en 1954 sería adquirida por el estudio 20th Century Fox para hacer una película. El director George Stevens fue contratado para hacerse cargo del guion y dirigir la película y, aunque todavía tendrían que pasar unos años, finalmente puso el rodaje en marcha en 1962, ya no bajo el ala de Fox, sino de la compañía United Artists, que en aquella época era muy prolífica e importante.
George Stevens tenía entre sus manos, literalmente, «la historia más grande jamás contada», así que su ambición creativa era enorme en aquel momento. Sin embargo, lo que podía haber sido su mejor baza se convertiría en un problema, ya que estuvo asociada a grandes gastos. Sin ir más lejos, Stevens ya invirtió una enorme parte del presupuesto en el proceso de escritura de guion, puesto que el proceso incluía incluso una visita al Papa de aquellos años, Juan XXIII, mientras que el proceso de rodaje también se alargó y fue mucho más costoso de lo previsto inicialmente. Originalmente planeado para 20 semanas de rodaje, finalmente se extendió a nueve meses debido al trabajo meticuloso, perfeccionista (y lento) de Stevens y las peligrosas condiciones climáticas.
Una vez finalizado el rodaje, tendría que pasar un año y medio hasta que la película pudiese finalmente llegar a las salas de cine.La historia más grande jamás contada fue recortada de una primera versión de 260 minutos a alrededor de 220 minutos para el estreno mundial, pero después se crearon y representaron versiones aún más cortas, siendo la más simplificada la que duró 140 minutos, casi la mitad del corte original.
Puedes ver esa versión esta noche en abierto de la mano del canal de la TDT Trece, que emitirá La historia más grande jamás contada a las 22:30 horas.
En la película, el actor sueco Max von Sydow fue el encargado de interpretar a Jesucristo y la historia la conocemos bien: en la época del dominio romano sobre Judea, Jesús viaja por el imperio y reúne a doce discípulos a su alrededor. A través de su predicación del espíritu comunitario y de la bondad, llega a convertirse en el Mesías a los ojos del pueblo. La influencia resultante pone nerviosos a los gobernantes romanos, por lo que recurren a medidas brutales: hacen perseguir a Jesús, lo arrestan y lo condenan a muerte.
Además de Von Sydow, para quien era su primera película en inglés, aparecen otras numerosas leyendas del cine. Entre ellos se encuentran Charlton Heston, el actor secundario de Casablanca Claude Rains, Telly Savalas, Martin Landau, Donald Pleasence, Sidney Poitier, Angela Lansbury y John Wayne.
El rumor falso de John Wayne
En el caso de John Wayne, que entonces ya era la estrella de Hollywood más prolífica de la historia, su papel se redujo solo a una única frase en toda la película -incluido el corte original de más de 3 horas de duración- y, aunque estuvo a punto de no pronunciarla finalmente, acabó siendo una de las más importantes. Incluso se creó un rumor falso a su alrededor que sería desmentido con el tiempo.
El papel de John Wayne como centurión romano se trata tan solo de un breve cameo, pero su única frase resume el mensaje de la película: «Verdaderamente, este hombre era el Hijo de Dios», sentencia mientras Jesús exhala su último aliento.
Según se rumoreó durante mucho tiempo, Wayne habría pronunciado la frase hasta tres veces y ninguna habría satisfecho al director, que le pidió que le pusiera un poco más de emocioón sin conseguirlo. Sin embargo, tal y como recuerda ComingSoon, en la autobiografía John Wayne: El hombre detrás del mito Roddy McDowal contó que lo que pasó es que Stevens no tenía la intención inicial de usar la frase, ya que le avergonzaba haber usado tantos cameos de actores notables. Sin embargo, al final, decidió grabar su voz en el estudio.
«George estaba avergonzado de que le hubieran obligado a traer a tantas estrellas como extras. Después del rodaje, George decidió que necesitaba que el centurión dijera el diálogo, y llevó a Wayne a un estudio de sonido… Wayne le dijo: ‘No puedo hacer esto’. George le respondió: ‘Eres actor, ¿verdad? Eso es lo que has intentado demostrar todos estos años’. Y Wayne respondió: ‘No tengo nada a lo que reaccionar, así que si lo arruino, no me culpes'».
Su enorme colección de estrellas ayudó a la película a alcanzar una enorme fama y a día de hoy es una de las más conocidas películas de Pascua de todos los tiempos, pero no fue especialmente un éxito. De hecho, su recaudación en taquilla, 15 millones, se quedó lejos del presupuesto invertido. No obstante, el despliegue de la película le valió cinco nominaciones al Oscar por diseño de producción, fotografía, vestuario y efectos especiales, aunque no se llevó ninguno.