Denzel Washington es un nombre con poder en Hollywood. El actor es uno de los mejores en lo suyo y, a lo largo de su carrera, ha dejado muchos trabajos formidables. Nominado a los Oscar hasta en diez ocasiones, de las cuales salió vencedor en dos, hace 32 años interpretó un papel que le llevó a debutar en la categoría de Mejor actor. No se alzó con la estatuilla, pero es, sin duda, uno de sus mejores trabajos.
Hablamos de Malcolm X (1992), el ‘biopic’ dirigido por Spike Lee sobre el activista Macolm Little. Washington dio vida al protagonista en esta película que dramatiza los evenos clave de la vida de Malcolm X: su pasado como criminal y preso, su conversión al Islam, su ministerio dentro de la organización religiosa y sociopolítica Nación del Islam, su enfrentamiento con la organización, su peregrinación a La Meca, su matrimonio y su asesinato el 21 de febrero de 1965.
Malcolm X ha pasado a la historia como uno de los grandes trabajos de Washington y el actor también guarda un gran recuerdo de él. «Fue la primera película en la que no quise dejar de rodar», reconoció el actor en una entrevista de 1992 con el famoso crítico Roger Ebert. «Especialmente los discursos. Una vez que me acostumbré, seguía y seguia».
Como añadió:
Te pones delante de cien o mil personas y emprendes este viaje juntos y les das este estilo de predicación y es como una droga, una droga poderosa
El actor se preparó a fondo para dar vida al activista. «Vinieron algunos chicos de la Nación del Islam y tuvimos un curso de capacitación», reveló. «Spike lo tenía todo organizado: tiene edificios alrededor de su oficina principal, vestuario por aquí y utilería por allá. Ensayaba todo el día y a las seis empezaba las clases con la Nación del Islam, marchábamos y recitábamos, y nos disciplinaban. Finalmente, me hicieron levantarme y hablar, y eso me ayudó mucho. Eso me motivó, ponerme frente a la gente sin miedo, y rezar mucho«.
«Había un sentimiento oscuro en el set»

Universal Pictures
Washington reconoció que se metió muy de lleno en la piel de Malcolm X, tanto en el rodaje como fuera de él y que la escena más difícil fue la del asesianto de su personaje. «Había un sentimiento oscuro en el set y me sentí encadenado a ella», dijo sobre el día en el que interpretó ese momento.
«Viví la vida de Malcolm a lo largo de la película, con las cámaras encendidas o apagadas. Mis guardaespaldas me acompañaban a todas partes durante el día. Esa fue la única escena en la que perdí el control y sentí que había abandonado a mis amigos. Sobre todo a los que tuvieron que dispararme. En la primera toma, tuvimos que parar, algunos estaban llorando y desconsolados. Fueron un par de días muy emotivos», concluyó.
El esfuerzo valió la pena. Washington consiguió su primera nominación al Oscar en la categoría de Mejor actor después de dos anteriores en la de Mejor actor por reparto en 1988 por Grita libertad (1987) y en 1990 por Tiempos de gloria (1989) -ganó este último-. Sin embargo, no fue hasta 2002 cuando Washington se alzó con su segunda estatuilla -y la primera a Mejor actor- por Training Day (Día de entrenamiento) (2001).