Este Inter sí que da miedo

El Inter de Inzaghi está demostrando que también puede vencer al peso de la historia. El Bayern siempre había ganado en San Siro, pero esta vez no pudo con los chicos de Simone, que selló una merecida semifinal con un 2-2 de sufrimiento, sí, pero también de calidad y resiliencia. Los italianos golpearon antes y después de su peor momento, y llegan a la eliminatoria con el Barça aún más conscientes de su enorme fuerza.

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 Los nerazzurri rompieron la maldición del Bayern, que siempre había ganado en San Siro, con un 2-2 que vale la décima semifinal de su historia tras el 1-2 de la ida.  

El Inter de Inzaghi está demostrando que también puede vencer al peso de la historia. El Bayern siempre había ganado en San Siro, pero esta vez no pudo con los chicos de Simone, que selló una merecida semifinal con un 2-2 de sufrimiento, sí, pero también de calidad y resiliencia. Los italianos golpearon antes y después de su peor momento, y llegan a la eliminatoria con el Barça aún más conscientes de su enorme fuerza.

Los de Kompany, que finalmente optó por Sané y no por Gnabry, dejaron clara su misión en el Meazza desde el primer minuto. Los bávaros encerraron a los locales en su campo con una presión asfixiante, llegando al descanso con un 61% de posesión y nueve remates. El muro interista, que antes de este choque solo había encajado tres goles en once partidos europeos, respondió con solidez. Pavard, Acerbi y Bastoni (que detuvo sin falta a Olise cuando se iba solo hacia Sommer) desquiciaron a Kane, que apenas apareció, y también a Müller. La única gran ocasión de los alemanes llegó poco antes del descanso, cuando Sané culminó una melé en el área con un disparo bien detenido por Sommer.

Los nerazzurri, en cambio, hacían daño cada vez que superaban la presión en mediocampo. Los centrales del Bayern, Kim y Dier, terminaron la primera mitad amonestados, y San Siro estuvo a punto de cantar el gol de la sentencia en tres ocasiones: con un remate de Dimarco que no se coordinó en el momento clave, con Acerbi, que no aprovechó una falta botada por el lateral, y con Calhanoglu, cuyo disparo desde la frontal rozó el larguero.

La primera parte fue intensa, pero la segunda estalló con fuegos artificiales. Laimer frenó a Thuram cuando se iba solo hacia Urbig, que poco después desvió con reflejos un centrochut de Dimarco. Justo cuando San Siro empezaba a oler el 1-0, Kane reapareció. Tras 52 minutos sin protagonismo, el inglés, al que Dimarco dejó demasiado espacio, fulminó a Sommer con un remate cruzado. Poco después, llegó el momento que pudo cambiar la historia de la eliminatoria: Müller, tras una jugada de Olise, recibió totalmente solo en el área para prolongar su última aventura en Champions con el club de su vida. Surosca se fue fuera, y ese fallo marcó el renacer del Inter. Dos minutos más tarde, en el 58′, Lautaro incendió San Siro al recibir un córner de Dimarco: intentó cabecear, recogió el rechace y marcó el 1-1, su gol número 21 del curso.

La euforia del Meazza empujó a los italianos como el fuerte viento que soplaba en Milán, y tres minutos después llegó también el 2-1. Esta vez fue Pavard, en otro córner (sacado por Calhanoglu), quien marcó su primer gol como interista, justo ante el equipo en el que militó entre 2019 y 2023. Un cabezazo de Dier en el 76′ asustó a San Siro, abriendo el asalto final del Bayern, que terminó en el 93′ con un disparo desviado de Kane. El inglés abandonó el césped entre lágrimas y el Inter, mientras, celebraba otra hazaña. El sueño de su segundo triplete sigue vivo.

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