Connect with us
[adrotate banner="4"]

Espectáculo

La visión de Mario Vargas Llosa sobre la muerte

Published

on

El escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, falleció el domingo en Lima a los 89 años, dejando un legado literario que marcó la historia de las letras hispanoamericanas.

Además de su extensa obra, que abarca novelas, ensayos, teatro y memorias, Vargas Llosa compartió en vida reflexiones profundas sobre el sentido de la existencia y el lugar que ocupa la muerte en ella. 

En una de sus citas más conocidas afirmó: “La muerte a mí no me angustia. Hombre, la vida tiene eso de maravilloso: si viviéramos para siempre sería enormemente aburrida, mecánica. Si fuéramos eternos sería algo espantoso. Creo que la vida es tan maravillosa precisamente porque tiene un fin”.

Para el autor de “La ciudad y los perros”, la idea de la eternidad no representaba un anhelo, sino un riesgo. Consideraba que una vida sin final sería rutinaria, mecánica y carente de sentido.

Lejos de angustiarlo, el paso del tiempo y la certeza de la muerte eran elementos que, según él, dotaban de valor a la experiencia humana.

Filosofía en sus obras

Esta perspectiva no fue ajena a su obra. En novelas como “Travesuras de la niña mala” o “El paraíso en la otra esquina” exploró la fugacidad del deseo, la memoria y el envejecimiento

Más recientemente, en el cuentoLos vientos”, Vargas Llosa abordó de forma directa la vejez, la pérdida de la memoria y la cercanía con la muerte, a través del personaje principal.

El protagonista, un anciano de más de 100 años, ha perdido buena parte de su memoria, el dominio sobre su cuerpo y casi toda conexión con el presente. 

Desfasado de la tecnología y de las nuevas formas de pensar y vivir, el personaje oscila entre la nostalgia, la incomodidad frente a los cambios sociales y un cierto alivio ante la idea de morir, que, en lugar de infundirle miedo, le despierta una serena curiosidad.

En un pasaje del relato escribe: “Sentía que me iba hundiendo en algo viscoso y confuso, evidentemente no era el sueño sino los albores, la bienvenida de la muerte«.

Continúa: «No me consoló imaginar que dentro de pocos minutos (¿segundos?) sabría si existía Dios, si teníamos un alma que sobreviviera a la desaparición de esa energía corporal que tenía a mi corazón latiendo y a la sangre corriendo por mis venas, o si en el futuro sólo habría silencio y olvido”.

En una época marcada por el rechazo al envejecimiento y la búsqueda constante de prolongar la juventud, Vargas Llosa eligió una mirada distinta: aceptar el paso del tiempo como parte esencial de la vida. 

Su pensamiento sobre el tema, expresado tanto en entrevistas como en sus textos, deja una reflexión vigente: la conciencia de la muerte permite vivir con mayor intensidad.

 

Continue Reading
Advertisement
  • [adrotate banner=2]