Baloncesto
Un poquito de Bronny antes de lo que se viene

Se acabó: la regular season llegó al final de sus 82 partidos superando una última jornada mayormente aburrida, en la que se sabía todo en la Conferencia Este y el único duelo de altura en el Oeste era el de los Warriors y los Clippers en el Chase Center. El resto, nada. Tampoco para unos Lakers que hicieron los deberes en los dos partidos anteriores: primero en Dallas, en el retorno de Luka Doncic, que fue de un enorme peso emocional. Y luego en casa ante los Rockets, con el esloveno de nuevo inconmensurable, liderando la victoria ante un rival que no se jugaba nada y permitiendo que el último partido fuera para descansar. Y así pasó, no sólo con el base y con LeBron James, sino con los más habituales. Los angelinos jugaron en Portland un partido intrascendente, en el que los Blazers tampoco tenían nada por lo que luchar, sin los ya mencionados, pero también sin Dorian Finney-Smith, Gabe Vincent, Rui Hachimura, Austin Reaves o Jarred Vanderbilt. Que vieron tranquilamente en el banquillo cómo se desarrollaban los acontecimientos mientras tenían la vista puesta en el resto de partidos, que resolverían el monumental atasco del Oeste y les daría rival para la primera ronda de playoffs.
Los Lakers, que reservaron a todos sus principales jugadores, perdieron un partido intrascendente en Portland con minutos para los menos habituales. Próxima parada: los playoffs de la NBA.
Se acabó: la regular season llegó al final de sus 82 partidos superando una última jornada mayormente aburrida, en la que se sabía todo en la Conferencia Este y el único duelo de altura en el Oeste era el de los Warriors y los Clippers en el Chase Center. El resto, nada. Tampoco para unos Lakers que hicieron los deberes en los dos partidos anteriores: primero en Dallas, en el retorno de Luka Doncic, que fue de un enorme peso emocional. Y luego en casa ante los Rockets, con el esloveno de nuevo inconmensurable, liderando la victoria ante un rival que no se jugaba nada y permitiendo que el último partido fuera para descansar. Y así pasó, no sólo con el base y con LeBron James, sino con los más habituales. Los angelinos jugaron en Portland un partido intrascendente, en el que los Blazers tampoco tenían nada por lo que luchar, sin los ya mencionados, pero también sin Dorian Finney-Smith, Gabe Vincent, Rui Hachimura, Austin Reaves o Jarred Vanderbilt. Que vieron tranquilamente en el banquillo cómo se desarrollaban los acontecimientos mientras tenían la vista puesta en el resto de partidos, que resolverían el monumental atasco del Oeste y les daría rival para la primera ronda de playoffs.
Los Blazers eran un rival que buscaba darse una alegría antes de poner rumbo a un largo verano. Chauncey Billups ha encontrado algo parecido a brotes verdes en la entidad de Portland y se ha ganado la renovación en el puesto tras cuatro temporadas, mejorando el equipo en 15 victorias respecto al curso pasado. Eso sí, la franquicia arrancó tarde y no llegó a tiempo para la lucha por el play in. Eso sí, cada vez se parecen más a un equipo, algo que es muy positivo si tenemos en cuenta que no ha pasado tanto tiempo desde que Damian Lillard saliera rumbo a los Bucks y pusiera fin a una era de esas que gustan, pero no terminan de cerrar el círculo, con una presencia perenne en playoffs pero con un techo bajo que les impedía luchar por el título. La reconstrucción ahora sigue su curso y se hará con el exjugador de los Pistons a los mandos. Y nombres como Scoot Henderson, Shaedon Sharpe o Afernee Simons pueden ser una parte muy importante de un futuro que no está tan teñido de gris como hace unos meses. La juventud llegan, los triples que antes no entraban llegan a su destino y la defensa mejora. Al final, el 36-46 de récord ha sido insuficiente, pero también esperanzador. Que no es poco.
A pesar de ser un partido intrascendente, los Lakers no dejaron de recibir lo que fue una auténtica paliza (81-109). Pero poco importaba. Tuvieron minutos los menos habituales en ambos equipos (Henderson, Sharpe, Simons o Jerami Grant no jugaron para los locales) y todo se resolvió por la vía rápida, con un 60-36 de parcial entre el segundo y el tercer periodo que inclinó definitivamente la balanza antes de los minutos de la basura, que en esencia fueron todos. Los angelinos no llegaron a ir por delante en ningún momento, perdieron 20 balones y manejaron desventajas de hasta 33 puntos. Pero la cosa estaba en otro lado, con todos pendientes del Warriors-Clippers que se disputaba en el Chase Center y que decidiría el sexto puesto de la Conferencia Oeste y el rival de los de púrpura y oro en primera ronda. Presuponiendo que el resto de los involucrados iban a resolver sus encuentros sin problema (algo que hicieron Nuggets, Grizzlies y Timberwolves sin demasiados apuros) había dos opciones: si ganaba lo que quedaba de la dinastía, volveríamos a ver un duelo histórico con LeBron. Pero si lo hacía el hermano malo de Los Ángeles, los Wolves serían los elegidos.
En medio de todo eso, los Lakers hicieron un partido muy pobre ante unos Blazers que contaron con los 23 puntos de Dalano Banton, los 13 (con 10 rebotes) de Rayan Rupert, los 10 (con 11 rechaces) de Kris Murray, los 14 de Toumani Camara, los 12 (con 12 rebotes, 8 de ellos ofensivos) y los 15 (con 3 de 5 en triples) de Matisse Thybulle. En los angelinos, hubo expectación por ver a Bronny James, que hizo un popurrí de estadísticas (4+3+6, con 4 robos), pero estuvo muy mal en el tiro (2 de 10, con 0 de 2 en triples). El mejor de los Lakers, en una noticia muy positiva porque puede tener su hueco en la fase final si se dan los circunstancias, fue un Dalton Knecht que llegó a los 27 puntos, con 9 de 21 en tiros de campo y 5 de 12 en triples. Al final, partido intrascendente y resultado intrascendente que permite a los Blazers llevarse una merecida alegría en una temporada en la que han aprobado. Y a los Lakers poner el punto y final a una regular season estupenda (51-31 y terceros del Oeste) con un JJ Redick que sale reforzado antes de afrontar las eliminatorias por el título. Ahí, en los playoffs, se decidirá el destino de Luka Doncic, LeBron James y compañía. Llega el momento de la verdad. Lo que más importa. La lucha por el título.
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