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Movistar Estudiantes: trabajo y Schmidt para doblegar al Morón

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No era un partido trampa, pero sí era uno raruno. Enfrentarse a un rival que no se juega nada, que está liberado de cualquier tipo de responsabilidad, no es fácil. El Naturavia Morón llegaba así al Movistar Arena: desahuciado, descendido, pero con el espíritu rebelde de aquel que puede fallar, caerse y levantarse sin ningún tipo de temor. Un rival complejo, difícil de fijar sobre la cancha. Pero que sucumbió (87-70).

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​Los colegiales vencen al colista sin Jayson Granger, que descansó. El estadounidense reventó el partido con cuatro triples seguidos en el tercer cuarto.  

No era un partido trampa, pero sí era uno raruno. Enfrentarse a un rival que no se juega nada, que está liberado de cualquier tipo de responsabilidad, no es fácil. El Naturavia Morón llegaba así al Movistar Arena: desahuciado, descendido, pero con el espíritu rebelde de aquel que puede fallar, caerse y levantarse sin ningún tipo de temor. Un rival complejo, difícil de fijar sobre la cancha. Pero que sucumbió (87-70).

RESUMEN

87 – Movistar Estudiantes (25+27+17+18): C. Díaz (4), Alonso (11), Garino (6), Alderete (3), Kravic (16) -cinco titular-, Andric (7), Sola (7), Rubio (0), Schmidt (18), J. Rodríguez (5) y Barro (10).

70 – Naturavia Morón (20+17+17+16): Marín (2), M’Madi (10), Tamba (7), J. Jiménez (7), Norris Jr. (11) -cinco titular-, Santana (8), G. Jiménez (0), Da Silva (7), Pol Rubio (0), Burgos (5), Parejo (13) y R. García.

Árbitros: Palanca, Cañigueral y Calvo. Sin eliminados.

Incidencias: Movistar Arena; 4.823 espectadores.

La calidad y la rotación del Movistar Estudiantes, que no contó con Jayson Granger por descanso, fueron un infranqueable muro para unos andaluces que lo hicieron bien en el primer cuarto, flojearon en el segundo y fueron golpeados al alba del tercero para luego recuperarse y llegar con cierta vida al ecuador del último. Aunque nunca tuvieron opciones de llevarse la victoria, la que habría sido su cuarta de la temporada.

Su resistencia se resquebrajó a tres minutos del descanso. Parcial de 6-0 para irse 15 abajo al descanso (52-37). Kravic ya había mostrado los dientes con 10 puntos (18+13 rebotes y 27 de valoración) y Barro respiraba un poco con 8 (10+5). En total, 28 tantos en la pintura ante un rival que vio como el cielo se le vino encima nada más empezar el tercer periodo.

En apenas, 3:10, el Estudiantes llegó al +29. Fue una increíble demostración de potencial y de acierto ofensivo. Abrió fuego Francis Alonso y continuó Devin Schmidt, que regresaba al ruedo tras perderselas dos últimas jornadas por una lesión en el músculo oblicuo. El estadounidense (18 tantos al final) reventó el duelo con cuatro triples seguidos para completar un parcial de 15-1 que colocaba el 67-38.

El Morón estaba en la lona, pero se levantó. Ya que estaba en Madrid, ¿por qué no molestar? Empezó poco a poco. Un triple por aquí, un robo por haya. Varias penetraciones sin defensa y en 9 minutos, y después de hacer 22 tantos, estaban solo 11 abajo (71-60). Los ramireños solo anotaron 9 puntos en ese lapso. Dos (Kravic) tan solo en los 6:50 últimos del tercer periodo.

A partir de ahí, el duelo se embarró. Los andaluces nunca lograron bajar de la decena y el Estu, a trompicones y buscando quitarse los nervios de un posible resbalón, veían como su ventaja subía y bajaba sin ningún tipo de orden ni concierto.

Finalmente, victoria, la 24 de la temporada antes de visitar el Fernando Martín el próximo sábado para enfrentarse al Flexicar Fuenlabrada (18:30 horas) que navega con su mismo balance.

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