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1×1 del Real Madrid contra el Alavés en Liga: Camavinga se lame las heridas

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Lo necesitaba. Y lo logró. Camavinga brilló. Y decidió. Con un tanto de bandera que redondea una tarde de postín. Para lamerse las heridas de una campaña con demasiado vaivén. Dentro de un partido casi sin fuegos artificiales. Más efectivo que efectista. De tres puntos para seguir soñando con la Liga. Pero sin encontrar ese juego que ilusione con la remontada. Y con una jugada por encima incluso del zurdazo de Cama, el plantillazo de Mbappé a Antonio Blanco. Una ida de olla que le echó del partido y que amenaza incluso la final de Copa. A priori, la sanción no pasará de tres partidos. Sin afectar a La Cartuja. Pero, sea como fuere, inexplicable. Ahora, tiempo para buscar “algo increíblemente loco”.

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 El francés no solo marca el gol, sino que completa un partido estupendo. La nota negativa, Mbappé y su entrada salvaje sobre Antonio Blanco. Volvió Ceballos.  

Lo necesitaba. Y lo logró. Camavinga brilló. Y decidió. Con un tanto de bandera que redondea una tarde de postín. Para lamerse las heridas de una campaña con demasiado vaivén. Dentro de un partido casi sin fuegos artificiales. Más efectivo que efectista. De tres puntos para seguir soñando con la Liga. Pero sin encontrar ese juego que ilusione con la remontada. Y con una jugada por encima incluso del zurdazo de Cama, el plantillazo de Mbappé a Antonio Blanco. Una ida de olla que le echó del partido y que amenaza incluso la final de Copa. A priori, la sanción no pasará de tres partidos. Sin afectar a La Cartuja. Pero, sea como fuere, inexplicable. Ahora, tiempo para buscar “algo increíblemente loco”.

Courtois: Prácticamente espectador de lujo. Un par de disparos a las manos y poco más. No pudo engrasar los guantes para el Arsenal.

Lucas Vázquez: El Alavés apenas apareció por la banda de lateral y ello restó problemas al de Curtis. En ataque aportó presencia, una alternativa más para la combinación. Poco exigido, pero voluntarioso. Y realizó un despeje crucial cuando la bocina del final ya tintineaba y acarició un tanto de falta directa.

Asencio: A punto estuvo de celebrar su primer gol con el Madrid. En realidad, lo hizo. Porque había logrado imponerse en el salto y el balón acabó en la red. Sin embargo, la falta previa de Rüdiger anuló todo. No vivió una tarde plácida, pues Mendizorroza cargó contra él (”Asencio muérete”), pero su rendimiento no se vio afectado. Muy tranquilo con balón y sin sufrir ante los tímidos ataques del Alavés. Y estuvo providencial en un corte sobre la bocina del descanso ante Kike García. Sigue creciendo.

Rüdiger: Fue decisivo en campo rival. Con un pase espectacular al que Güler no logró quitarle el envoltorio y con una carga sobre Owono que anuló el tanto de Asencio. Y en el propio estuvo solvente. Sin ‘peros’, y ese es el mejor mensaje que puede mandar un defensa. En forma.

Fran García (77′): Antes del 0-1 pasó ciertos apuros en área propia, con un par de despejes defectuosos. Pero no sufrió más. Aunque tampoco le buscaron las cosquillas. En territorio hostil sí que trató de ofrecer salida a sus compañeros, pero no lo encontraron en posiciones favorables. Mendy no llega al Arsenal, Camavinga no podrá jugar por sanción y Alaba suspendió en el Emirates como ‘tres’. Por tanto, todo apunta que para Fran, el Alavés fue un rodaje para el miércoles.

Tchouameni: Crecimiento enorme de Aurélien. Lejos quedan aquellos pitos contra el Celta. Muy lejos. A pesar de arrancar con algún titubeo en salida, fue un cerrojo. Si bien con balón no arriesgó, sin él estuvo estupendo. Imperial en el juego aéreo, en los duelos a ras del suelo, muy atento en las coberturas y a su propia espalda. Indiscutible en estos momentos.

Camavinga: No hay mejor bálsamo que el gol. Aunque no sea tu tarea. No es la de Camavinga, pero le regenera. Y no un tanto cualquiera, uno con mayúsculas. Combinación con Valverde y, desde la frontal, zurdazo a la red. La guinda a un encuentro muy sólido. Muy firme en el duelo y con alguna conducción de marca registrada. No estará en el intento de remontada al Arsenal (sancionado), pero es un gran paso para volver a estar. A su nivel. Y eso es mucho.

Valverde (92′): Más que Halcón, fue un Fénix. Porque comenzó la tarde con dudas. Más de las habituales. De hecho, una pérdida ante la presión de Alavés fue el germen de un disparo con peligro. Pero, a partir de ahí, creció. Fue capital en el gol de Camavinga, con una pared que permitió armar el zapatazo a su compañero. Y también en el repliegue y el cierre ante los intentos babazorros. Acarició, además, el tanto propio con un cañonazo que silbó al lado de la madera. Muy esforzado. Como siempre. De hecho, es el primer jugador en las cinco grandes ligas en llegar a los 50 partidos esta temporada. Y sumando…

Güler (62′): La varita de Altindag volvió a echar chispas. Tras unas titularidades intrascendentes, Güler sacó su zurda a pasear. Casi abre la lata con un gran desmarque, aunque no tocó el balón tras un pase excelente de Rüdiger. Pero de su bota nació el primero. De un servicio lleno de veneno a Camavinga al que el francés y Valverde le terminaron de sacar brillo. Con mucha voluntad por ofrecerse y cómodo por detrás de la zaga. La roja a Mbappé dibujó su camino al vestuario antes de lo esperado.

Rodrygo (62′): Motivado, centrado en demostrar que la izquierda es su banda. Y no tardó en tratar de alzar la voz. Antes del tanto, suyas fueron las mejores jugadas individuales. Muy enérgico en el desborde, la falta de tino en la decisión final le privó de festejar. Con ganas… y sin premio.

Mbappé: Desaparecido… hasta que se le cruzaron los cables. De la nada y de repente, Mbappé realizó una entrada salvaje, un plantillazo, sobre Antonio Blanco. No solo arriesgando su partido, pues la roja fue clara, sino su participación en Copa. Si el Comité decide sancionarle con cuatro o más partidos, adiós a La Cartuja. Una ida de olla. Inexplicable.

También jugaron

Vinicius (62′): Fue parte del plan rotacional y, prácticamente en su primera intervención, forzó la expulsión de Manu Sánchez. Con muchas ganas, vivo de piernas y dejó un par de desbordes sensacionales. Brotes verdes.

Bellingham (62′): Necesitaba un respiro. Y Ancelotti se lo dio. Tuvo tiempo para tener una ocasión clarísima… y fallarla. Solo ante Owono no estuvo inspirado.

Brahim (77′): La sorpresa de un once con muchos cambios. Por su ausencia. Sin apenas tiempo, estuvo cerca de marcar y se mostró muy activo.

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Ceballos (92′): La mejor noticia, su vuelta a los terrenos de juego. Quizá pronto para ser titular ante el Arsenal, pero sí para participar. Dejó una conducción fantástica que forzó una amarilla.

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