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La apuesta por Corberán refuerza a Corona
“Y nuestro entrenador… Carlos Corberán”. La primera vez que se escuchó por la megafonía de Mestalla el nombre de Carlos Corberán el público reaccionó con indiferencia. Nada que ver con la respuesta de la grada los días en los que Marcelino, Bordalás, también Gattuso y sobre todo Baraja tomaron los mandos del Valencia por primera vez. Ahí quedaba claro que el efecto Mestalla solo lo recuperaría el técnico de Cheste por lo que hiciera su equipo en el césped. A fin de cuenta, Corberán era prácticamente un desconocido para el común de los aficionados, que quizás sabía que era valenciano, alguno habría leído que había sido ayudante de Bielsa y quizás había oído hablar de su buen hacer en la segunda división inglesa. Sin embargo, 98 días después de aquella primera vez contra el Real Madrid, Mestalla se puso en pie para aplaudir con fuerza cuando en los prolegómenos contra el Sevilla por megafonía dijeron lo de “y nuestro entrenador… Carlos Corberán”.
El entrenador es el nombre propio de la reacción del Valencia, que ha pasado de verse en Segunda a soñar con pelear por Europa.
“Y nuestro entrenador… Carlos Corberán”. La primera vez que se escuchó por la megafonía de Mestalla el nombre de Carlos Corberán el público reaccionó con indiferencia. Nada que ver con la respuesta de la grada los días en los que Marcelino, Bordalás, también Gattuso y sobre todo Baraja tomaron los mandos del Valencia por primera vez. Ahí quedaba claro que el efecto Mestalla solo lo recuperaría el técnico de Cheste por lo que hiciera su equipo en el césped. A fin de cuenta, Corberán era prácticamente un desconocido para el común de los aficionados, que quizás sabía que era valenciano, alguno habría leído que había sido ayudante de Bielsa y quizás había oído hablar de su buen hacer en la segunda división inglesa. Sin embargo, 98 días después de aquella primera vez contra el Real Madrid, Mestalla se puso en pie para aplaudir con fuerza cuando en los prolegómenos contra el Sevilla por megafonía dijeron lo de “y nuestro entrenador… Carlos Corberán”.
El de Carlos Corberán es el nombre propio de la temporada en el Valencia. Los números del equipo le ponen en el foco: 25 puntos desde su llegada, firmando una segunda vuelta de Champions. El Valencia llegó a estar en dos ocasiones en enero (antes de jugar contra la Real Sociedad y el Celta) a 7 puntos de la salvación y tras su victoria del viernes se colocó 9 puntos por encima del descenso. Si ahora se sigue mirando de reojo hacia abajo es por la costumbre de los últimos años, porque en verdad está más cerca de la séptima plaza (a 6 puntos, dependiendo de lo que haga el Celta) . Todo ello gracias a recuperar Mestalla como fortín (18 de 24 puntos posibles desde que llegó Corberán, cayendo únicamente contra el Real Madrid y el Atlético) y a una racha de seis jornadas seguidas sin perder, las tres últimas con victoria.
Chema Moya
Corberán se ha ido ganando desde diciembre al vestuario, al público y a la propiedad. Kiat Lim, a través de redes sociales, personificó en el técnico su alegría por la victoria en el Santiago Bernabéu. El pasado viernes, de nuevo, puso su atención en el entrenador, dándole ‘Me gusta’ a un reel de la cuenta oficial del Valencia CF en el que se mostraba la reacción de Corberán tras el triunfo ante el Sevilla. El hijo del máximo accionista y desde hace poco más de un mes presidente del club de Mestalla reconoce con ello el trabajo de Corberán y, a su vez, pone énfasis en la decisión que se tomó en elegirle como sustituto de Rubén Baraja, un fichaje que ha reforzado la figura de Miguel Ángel Corona de cara a la propiedad, que fue quien puso su nombre encima de la mesa con todo lo que ello implicaba, y que contó con el respaldo del director corporativo Javier Solís en la negociación.
Los argumentos de Corona para el fichaje de Corberán
La reacción de la entonces presidenta Layhoon Chan cuando se le expuso la opción de Carlos Corberán vino a ser: “A ver cómo le explicamos esto a Peter Lim”. Lo que la dirección deportiva proponía era despedir a Rubén Baraja, al que habían renovado cuatro meses antes y cuyo finiquito por ello rondaba los seis millones de euros, e incorporar a un entrenador sin currículum en la élite y por el que había que pagar alrededor de 2,5 millones en concepto de traspaso. De ahí que, anticipándose a un “no” de Peter Lim, se tuviera otra alternativa, la de Quique Sánchez Flores, la única que se contemplaba entre los entrenadores libres por su amor hacia el club de Mestalla.
Corona, no obstante, tenía claro que su primera opción era Corberán. La fórmula para presentarle la propuesta a Lim fue cuánto cuesta la operación Corberán vs cuánto supone de pérdidas un descenso a Segunda División. La reflexión era arriesgada para sus propios intereses, porque el nombre de Corberán era todo lo contrario a un paraguas a ojos de la opinión pública y la operación económica en sí misma le ponía a Corona en el punto de mira de la propiedad. Pero el director deportivo, aunque en el fútbol dos y dos no siempre son cuatro, de ahí la fuerza de la apuesta, estaba convencido de la valía del técnico de Cheste, en que su método y su energía salvarían al Valencia del descenso. Y Corberán le ha dado la razón.
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