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“Bernabéu fue al hotel a fichar soviéticos tras la final de 1960… Florentino supera sus hazañas”

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Stefano Bizzotto (Bolzano, Italia, 1961) repasa en su nuevo libro ‘Historia del mundo en 12 partidos de futbol’ los momentos futbolísticos que marcaron los acontecimientos sociales y bélicos más conocidos. El periodista italiano recalca la relación entre fútbol e Historia. Imposible, en muchos casos, hacer una división clara.

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 Stefano Bizzotto repasa en su nuevo libro ‘Historia del mundo en 12 partidos de futbol’ algunos grandes momentos futbolísticos.  

Stefano Bizzotto (Bolzano, Italia, 1961) repasa en su nuevo libro ‘Historia del mundo en 12 partidos de futbol’ los momentos futbolísticos que marcaron los acontecimientos sociales y bélicos más conocidos. El periodista italiano recalca la relación entre fútbol e Historia. Imposible, en muchos casos, hacer una división clara.

¿Por qué elige los 12 partidos que elige y echa en falta alguno que le hubiera gustado incluir?

Originalmente, se suponía que los partidos a tratar serían once, como los miembros de un equipo de fútbol. Luego, el editor me señaló que el último en orden cronológico databa de 1990. Han pasado 35 años desde entonces y, sobre todo, han sucedido muchas cosas. Así que decidí “cruzar la frontera” hacia el nuevo siglo con el partido de 2015 en París. ¿Hay otros partidos que me hubiera gustado incluir? Quizá el “derbi” entre Alemania del Este y Alemania del Oeste de 1974, o el Brasil-Uruguay de 1950, pero ya lo había tratado extensamente en mi libro anterior de 2018, así que habría sido una especie de “copiar y pegar”. No me pareció bien…

¿Fue difícil documentarse de los momentos más antiguos, por ejemplo aquel partido que describe entre soldados en la I Guerra Mundial?

Ciertamente, no fue fácil. Pero ‘la tregua de Navidad’ era un tema que me había fascinado ya en 2014, con motivo del centenario. Hubo libros y documentales que me permitieron recopilar suficiente material para darle a esos momentos particulares un trasfondo futbolístico.

¿Personajes como Matthias Sindelar, Valentino Mazzola o Víctor Ponedelnik, de los que usted habla en distintos capítulos, son más importantes en la historia del fútbol de lo que se cree?

Fueron grandes campeones que sin embargo tuvieron la desgracia de hacer valer sus cualidades en épocas en las que el fútbol no tenía el seguimiento mediático de hoy. La televisión no existía o estaba apenas en sus inicios, sin mencionar las redes sociales e Internet. Pienso en la mala suerte que tuvo Valentino Mazzola. Murió en las circunstancias que conocemos cuando aún le quedaban por lo menos cuatro o cinco años de carrera al más alto nivel, pero sobre todo se había visto obligado a afrontar la guerra, que le había privado de otras tres o cuatro temporadas como protagonista absoluto. Por lo que ha demostrado en relación a la brevedad de su carrera futbolística, Mazzola debe ser considerado una figura central en la historia del fútbol italiano.

DIARIO AS

¿Siendo italiano, se podía escribir de la tragedia de Superga y ser original? ¿Cómo?

Elegí contar la historia del Gran Torino desde una perspectiva no tradicional. El protagonista del capítulo es Benito Lorenzi, quien con el Inter fue el último en enfrentarse a ese gran equipo en suelo italiano. Si Lorenzi hubiera marcado contra el Torino, el equipo de Valentino Mazzola no habría partido hacia Lisboa y por tanto no se habría producido el desastre de Superga. En cierto sentido, quería contar la historia del dolor de un jugador, de un rival, igual si no mayor que el dolor de quien perdió a un familiar en ese accidente. No es casualidad que Lorenzi se convirtiera en una especie de “segundo padre” para los hijos de Valentino. Y uno de ellos, Sandro, escribió posteriormente páginas importantes en la historia del fútbol italiano.

Cuenta en el libro que Bernabéu trató de fichar a los mejores jugadores soviéticos tras la final de 1960, allí mismo, en París. ¿Sirve de paralelismo con Florentino Pérez y su idea de contar con los mejores del mundo en el Madrid?

La comparación Santiago Bernabéu-Florentino Pérez es más apropiada que nunca. Eran otros tiempos, claro, pero Bernabéu también intentó fichar a los mejores jugadores de aquella época. Se suponía que el Real Madrid representaría la cima del fútbol mundial, y los resultados demuestran que ha ganado su apuesta con creces. Sesenta años después, Florentino consiguió lo mismo: una hazaña aún más difícil teniendo en cuenta la competencia que no tenía Bernabéu.

¿Hubiera tenido el mismo peso histórico el repechaje entre El Salvador y Honduras y la Guerra de las Cien Horas sin la pluma de Kaspucinski como altavoz?

Hay que separar las dos cosas: el playoff y la guerra. Este último llegó a conocimiento mundial principalmente gracias a Kapuscinski, el único periodista europeo que lo informó en vivo. Sin él, el conflicto no habría tenido la misma resonancia. No creo, sin embargo, que Kapušcinski haya contribuido a dar a conocer el aspecto deportivo del doble enfrentamiento entre ambas selecciones. Trató el tema marginalmente, véase la misteriosa figura de Amelia Bolaños, pero no fue más allá.

Otro personaje del libro es Caszely: ¿faltan jugadores rebeldes como él hoy en día? ¿Quién encarna en la actualidad un rol de reivindicador social como el suyo?

En el fútbol actual me cuesta identificar jugadores que encarnen valores similares a los de Caszely. Para encontrarlo tengo que remontarme al francés Thuram, con sus luchas contra el racismo, y antes de él al francés Cantona y al brasileño Sócrates con su “democracia corintia”. En términos más generales, el fútbol del siglo XXI ha transformado a sus actores más destacados en algo parecido a empresas: se fijan en el volumen de negocio y cada vez hay menos espacio para batallas similares a la que libró Caszely hace medio siglo.

¿Es cierto que Mobutu amenazó a sus jugadores si perdían por más de 3-0 ante Brasil y de ahí la famosa falta en la que un jugador del Zaire patea una falta en contra?

El único hecho cierto es que el jugador Mwepu Ilunga salió de la barrera y pateó el balón porque estaba aterrorizado ante la perspectiva de un cuarto gol para Brasil. Él y sus camaradas en Zaire seguramente habrían enfrentado graves consecuencias, tal vez incluso la muerte a manos de los sicarios del dictador Mobutu. Este último, según se filtró entonces, habría aceptado una derrota por un margen máximo de tres goles: y en ese momento el resultado era precisamente 3-0 a favor de Brasil. Nunca sabremos qué habría pasado si hubiera habido un cuarto gol. Mobutu era un dictador sin escrúpulos, con miles de muertos en su conciencia. Sin embargo, reprimir a un equipo entero, que además venía de un Mundial y, por lo tanto, estaba en el ojo público, no habría sido una “misión” fácil de cumplir.

¿Qué papel juega la propaganda en historias como la de Eigendorf, fallecido en un accidente clave en el pulso entre las dos Alemanias?

Refugiándose en Occidente, Lutz Eigendorf había provocado una especie de terremoto en el mundo del deporte y no sólo en Alemania del Este. Fue uno de los jugadores más destacados, pero sobre todo jugó en el Dinamo de Berlín, el equipo de la Stasi, y fue el protegido de Erich Mielke, quien era el número uno indiscutible de la policía secreta. Mielke no podía aceptar que su “ahijado” se hubiera arrojado a los brazos de la Alemania capitalista y que nunca perdiera la oportunidad de criticar el sistema deportivo -y no sólo eso- de la RDA. El accidente que le costó la vida está rodeado de demasiados misterios como para no pensar en una relación de causa y efecto con su conducta de vida. ¿Eigendorf asesinado? Nunca lo sabremos, pero la sospecha de que los hombres de Mielke tuvieron algo que ver en esto es fuerte.

Otro país dividido y troceado fue Yugoslavia. ¿Hubiera sido campeona del mundo de no haberse producido la guerra y las terribles disputas en los Balcanes?

El Mundial de 1990 lo ganó Alemania Occidental, pero llegó a la final habiendo perdido el brillo de la primera parte del torneo. Argentina fue Maradona y poco más, Brasil se perdió en el camino. Quizás el equipo más fuerte fue Italia, pero se mostró impreciso desde los once metros. Realmente podría haber sido el Mundial de Yugoslavia. Me refiero a la “vieja” Yugoslavia, fuerte con todos sus campeones: serbios, croatas, bosnios. Y en cambio nunca volveríamos a ver a ese equipo, arrastrado por los acontecimientos que culminarían en la guerra de los Balcanes.

¿Después del intento de atentado en el Stade de France en el Francia-Alemania de 2015, en qué escenario se encuentra el fútbol mundial a nivel de seguridad? El Mundial es en EE UU en plena situación de inestabilidad global.

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Afortunadamente, después de los acontecimientos de 2015, el fútbol ya no ha sido blanco de ataques terroristas. Esto no quiere decir que no debamos mantener un alto nivel de atención: es lo que nos dicen las noticias cotidianas, con los numerosos conflictos repartidos por el mundo. No es casualidad que el Papa Francisco haya hablado con frecuencia de una “tercera guerra mundial a pedazos”. Y el fútbol puede ser una herramienta mortal en manos de quienes cultivan la guerra, es decir, el terror. Sinceramente, no puedo decir qué escenarios se abrirán de cara al Mundial de 2026. Uno de los principales temas de Trump siempre ha sido el muro que separará a México de Estados Unidos. Sin embargo, su segundo mandato de cuatro años en la Casa Blanca comenzó con la batalla por los aranceles que involucró principalmente a Canadá. México y Canadá, los mismos países que junto con Estados Unidos serán anfitriones del Mundial. Se avecinan meses complicados, pero, por otro lado, la política lleva décadas explotando la popularidad del deporte para sus propios fines. Basta recordar los numerosos boicots que han caracterizado los Juegos Olímpicos…

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