Baloncesto
Nadie ha conseguido ganar la Euroliga con este condicionante: la maldición que amenaza a Olympiacos

Desde que la Euroliga dio otro paso adelante, firmó con la multinacional IMG un contrato de diez años y cambió el formato al actual de todos contra todos en la temporada 2016-17, ningún vencedor de la fase regular ha logrado trasladar su dominio a la Final Four. Ninguno. Por un motivo u otro, incluso tras finales muy ajustadas, el mejor del tramo liguero nunca conquistó el trono. Y ya van siete ediciones (la de 2020 se suspendió por la pandemia) con fiasco del mejor de octubre a abril. Eso sí, el líder siempre superó el playoff de cuartos y avanzó a la Final Four.
Desde que la competición se juega con el formato de todos contra todos, el mejor de octubre a abril es incapaz de completar el trabajo en la Final Four.
Desde que la Euroliga dio otro paso adelante, firmó con la multinacional IMG un contrato de diez años y cambió el formato al actual de todos contra todos en la temporada 2016-17, ningún vencedor de la fase regular ha logrado trasladar su dominio a la Final Four. Ninguno. Por un motivo u otro, incluso tras finales muy ajustadas, el mejor del tramo liguero nunca conquistó el trono. Y ya van siete ediciones (la de 2020 se suspendió por la pandemia) con fiasco del mejor de octubre a abril. Eso sí, el líder siempre superó el playoff de cuartos y avanzó a la Final Four.
Que el mejor de la liga regular nunca gane ha provocado incluso que se hable de la maldición del primer puesto, que no es otra cosa que la dificultad de dominar de principio a fin una competición tan igualada. Y con tantos candidatos al título que se resuelve con un formato tan impredecible como una semifinal y una final a un partido separadas por 48 horas. Un desenlace menos justo deportivamente, aunque con más gancho para el conjunto del baloncesto europeo que un playoff.
Como decíamos, los hay supersticiosos que ven el liderato como un mal fario, algo incluso a evitar. El Olympiacos, finalmente el dominador este año, como en 2023, cuando perdió la final ante el Real Madrid por el canastón postrero de Sergi Llull, tiene la ocasión de romper la racha negra y demostrar que se puede dominar la fase regular y acabar como campeón.
Suspicacias
Sin embargo, hasta que los de Bartzokas han asegurado definitivamente la primera plaza al superar en su último compromiso al Maccabi (99-93), había quien ponían en duda que quisieran terminar líderes por perder de manera consecutiva con el Estrella Roja, el Asvel Villeurbanne y el AS Mónaco y sufrir frente al colista, el Alba Berlín. Más que tratar de evitar la maldición parecía una desconexión temporal de los Fournier, Vezenkov y compañía tras haber hecho previamente los deberes, y también una pérdida de competitividad por algunas bajas.
Su rival por el liderato, el Fenerbahçe, cayó en la jornada 33 en Estambul ante el Barça cuando podía haber dado el zarpazo. En cualquier caso, esa primera plaza permite al Olympiacos evitar al Fenerbahçe y al Panathinaikos hasta la final, los equipos que han demostrado mayor fortaleza, y cruzarse en cuartos, en principio, con el que pase como octavo (el que atrape el segundo billete del play in). Dado el momento actual de forma de todos los contendientes, el Real Madrid y el París Basketball parecen adversarios a evitar. También el Anadolu Efes, que se presentará al playoff después de encadenar ocho triunfos.
La ‘maldición’ del primer puesto año a año
Si repasamos las Euroligas desde la citada campaña 2016-17, en aquel primer curso del formato de todos contra todos el líder fue el Real Madrid con un balance de 23-7, una victoria más que el CSKA (aún había 16 equipos, no los 18 actuales, y, por lo tanto, solo 30 jornadas); pero acabó campeón el Fenerbahçe, que afrontó en casa la Final Four y tenía un equipazo con Udoh, Bogdanovic y compañía pese a concluir quinto la fase regular. Solventó a tiempo el problema de las lesiones.
Al año siguiente (2017-18), escenario muy parecido: líder el CSKA (24-6) y triunfador final el Madrid de Doncic y Causeur, que había sido quinto y que, de nuevo como el Fener un año antes, llegó a la Final Four, a Belgrado, en el momento más boyante tras recuperar efectivos, incluido a Llull, en una temporada en la que acumuló 265 partidos de baja.
En la 2018-19, el cartel de primero se lo colgó el Fenerbahçe de Obradovic (25-5) y el de campeón, en Vitoria, el CSKA, que había concluido segundo a solo un triunfo de los turcos.
El tropiezo del Barça
Al año siguiente la competición se paró en marzo por la pandemia mundial y luego se canceló definitivamente. Así que en la 2020-21 se retomó con ganas. El Barcelona de Jasikevicius, Mirotic y Higgins completó una liga regular modélica (24-10, ya con 18 equipos y 34 jornadas) y en la final en Colonia, sin espectadores en la grada, cayó frente al Anadolu Efes de Ataman, con Micic y Larkin al frente, que se había metido como tercero.
En la temporada 2021-22, con la clasificación alterada tras la invasión de Ucrania y la sanción a los equipos rusos (se excluyó al CSKA, el Zenit y el Unics Kazán), el Barça repitió como primero (21-7) y el vencedor en la Final Four de Belgrado fue el Efes, que alcanzó la cita como sexto tras una gran remontada y superó en la final al Madrid por un solo punto (57-58).
Los Sergios frenan a Vezenkov
Una campaña más tarde (2022-23) el equipo blanco se tomó la revancha en Kaunas tras vencer en la final al Olympiacos de Sloukas y Vezenkov con la canasta decisiva de Llull sobrepasando al gigante Fall y con el mejor Chacho y Tavares. Los griegos habían sido primeros (24-10) y el Madrid, tercero igualado con el segundo, el Barça, con apenas un triunfo menos que los de El Pireo.
Y llegamos a la última Euroliga finalizada (2023-24) con el Madrid dominador de la fase regular con récord de triunfos (27-7) Una hazaña que no le sirvió para abrazar una gloria que le arrebató en la final de Berlín el Panathinaikos de Ataman, Sloukas, Nunn y Lessort, segundo en la fase regular cuatro victorias por detrás de los merengues.
Tampoco el 4º, el 7º ni el 8º
El Olympiacos luchará con la maldición e intentará levantar el trofeo continental tras ser primero de la fase regular. Aunque tampoco nadie lo ha logrado tras terminar cuarto (AS Mónaco este vez), séptimo u octavo. A ver este año en Abu Dabi, en los Emiratos Árabes, si alguien lo consigue.
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