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Cine

En este western, John Wayne fue reemplazado por Harrison Ford: estuvo en desarrollo durante 7 años y fue un fracaso en taquilla

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En El rabino y el pistolero, un rabino polaco viaja a San Francisco y, después de que le den una paliza y se lleven todas sus pertenencias, se encuentra con un ladrón de bancos de buen corazón. El rabino fue Gene Wilder y el ladrón era un papel destinado a John Wayne, pero éste no pudo asumir…

Artículo original publicado en SensaCine

​Algunos dicen que el actor estaba realmente interesado. Otros que le parecía una «vulgaridad»  

Algunos dicen que el actor estaba realmente interesado. Otros que le parecía una «vulgaridad»

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Warner Bros.

En El rabino y el pistolero, un rabino polaco viaja a San Francisco y, después de que le den una paliza y se lleven todas sus pertenencias, se encuentra con un ladrón de bancos de buen corazón. El rabino fue Gene Wilder y el ladrón era un papel destinado a John Wayne, pero éste no pudo asumirlo y Harrison Ford ocupó su lugar.

Habría sido un largometraje curioso de ver, con Wayne en una comedia, pero los planes tuvieron que cambiar. La cinta tiene toda una historia de quebraderos de cabeza detrás, con un desarrollo demasiado largo y unos resultados nefastos en taquilla.

La producción estuvo en desarrollo siete años, tiempo en el que estuvieron tanteando al actor de Centauros del desierto para que se animase a hacer una comedia. Ya había rechazado participar en Sillas de montar calientes, clásico de Wilder, porque no se quería desviar demasiado de su imagen de tipo serio y rudo. Ya dijo él que había «creado un personaje en la pantalla que puede ser rudo, cruel y tener un código diferente al de la persona promedio«, aunque, eso sí, añadió que «nunca ha sido cruel, mezquino ni insignificante».

Wayne rechazó el trabajo. Algunos, como John J. Puccio de Movie Metropolis, escribieron que el actor estaba «entusiasmado con la idea», pero que prefirió decir que no por cuestiones de salario. Hay quien dice que en realidad estaba espantado por la «vulgaridad» del guion. Sea como sea, no era la mejor opción para un Wayne que estaba enfermo de cáncer y murió a los 72 años poco antes del estreno de la cinta.

En la autobiografía de Wilder, Kiss Me Like a Stranger: My Search for Love and Art, admitió que él mismo no creía realmente que pudiera conseguir que Wayne actuara como su compañero de pantalla en El rabino y el pistolero:

¿Estás bromeando? ¿Cómo podríamos conseguir a John Wayne?

Warner Bros.

El propio Wilder había rechazado participar en la cinta cuando leyó uno de los primeros borradores. Le ofrecieron la película en 1976 y no le convenció. Volvieron a intentarlo al año siguiente y, aunque le pareció mejor, también dijo que no. Ya en el segundo borrador revisado se dio cuenta de que iban por buen camino.

El caso es que después de la negativa de Wayne -para pesar del director Robert Aldrich, que siempre le vio en el papel- se puso a revisar el trabajo de un «actor joven y prometedor»: Harrison Ford. «Creo que cada vez que Aldrich miraba a Harrison, veía a John Wayne», declaró el productor Mace Neufeld, «Harrison lo sabía, pero siempre era divertido estar con él, muy gracioso».

A pesar de todos los esfuerzos, El rabino y el pistolero fue un fracaso en taquilla. Tan solo recaudó 9,3 millones de dólares para un presupuesto de 9,2. El consenso de Rotten Tomatoes es claro: «Ni siquiera un genial Gene Wilder ni un apuesto Harrison Ford pueden rescatar la película de una monótona procesión de escenas cómicas que nunca llegan a formar una historia memorable». El mayor problema de la cinta fue que no supo desarrollar una premisa ingeniosa.

Por suerte, este fracaso no afectó a la carrera de Ford, que terminaría convertido en una de las grandes estrellas de Hollywood.

 

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