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EE. UU. presiona a Panamá por el control del Canal

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​Aunque Panamá pronto podría permitir que los buques de guerra estadounidenses utilicen el Canal de Panamá de forma gratuita, persisten las preocupaciones sobre la soberanía.  

Los buques de guerra de EE. UU. podrían beneficiarse pronto de un uso gratuito y prioritario del Canal de Panamá, pero aún queda mucho camino por recorrer antes de que se resuelvan las tensiones en uno de los pasos comerciales más importantes del mundo.

El valor estratégico de Panamá– para EE. UU. y muchas otras naciones navieras – se debe a su canal de 82 kilómetros, que permite a los barcos pasar con facilidad entre los océanos Pacífico y Atlántico sin necesidad de descargar o tener que bordear Sudamérica.

El canal ha vuelto al centro de atención desde el regreso de Donald Trump como presidente de EE. UU., en el mes de enero. Trump se opone al creciente poder de China en la región y ha hablado en repetidas ocasiones sobre la necesidad de «recuperar” el canal, que EE. UU. cedió a Panamá en 1999. No ha descartado una invasión militar para lograr ese objetivo.

En medio de la tensión causada por la retórica de Trump, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, se reunió esta semana con el presidente panameño, José Raúl Mulino, para reforzar las relaciones. El comunicado conjunto que publicaron el miércoles (9.4.2025) tenía un tono amistoso, pero aún quedan puntos conflictivos.

La «soberanía inalienable» de Panamá, perdida en la traducción

Mulino ya ha tomado medidas para apaciguar a la administración Trump en lo relativo a China. Tras una visita del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, en febrero, Panamá confirmó que abandonaría la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, que impulsa grandes proyectos de infraestructura como puertos y aeropuertos en todo el mundo.

Por otro lado, el Gobierno de Mulino ha presionado a conglomerados chinos que operan puertos en Panamá para que abandonen el país.

El primer punto del comunicado conjunto Hegseth-Mulino abordó directamente otro tema clave para Trump: los peajes del canal. Trump ha calificado repetidamente las tarifas que paga EE. UU. por usar el canal como un «mal negocio”, a pesar de que, bajo el tratado de neutralidad del canal, todos los países pagan las mismas tarifas.

Aunque Panamá ha dicho que es imposible otorgar paso gratuito a EE. UU. bajo esos términos, parece que los buques de guerra estadounidenses podrían beneficiarse de un esquema de compensación sin costo y acceso prioritario. «Primero y gratis”, destacó Hegseth tras las conversaciones con Mulino.

Y, aunque las fuerzas armadas panameñas son las únicas autorizadas a usar el canal, ambos países han acordado realizar ejercicios militares conjuntos. Sin embargo, Panamá ha dejado claro que no aceptará el restablecimiento de bases militares estadounidenses en su territorio.

Pero queda un punto de discordia evidente. La versión en español del comunicado conjunto, publicada por Panamá, señalaba que «Hegseth reconoció el liderazgo de Panamá y su soberanía inalienable sobre el Canal de Panamá y sus áreas adyacentes”. Sin embargo, esa frase no aparecía en la versión en inglés publicada por el Pentágono.

Natasha Lindstaedt, politóloga de la Universidad de Essex en el Reino Unido, afirma que, casi con certeza, la omisión es una maniobra para mantener a Panamá en vilo respecto a las intenciones de la administración Trump.

«Creo que fue intencional no incluirlo en la versión en inglés, para hacer que Panamá sienta inseguridad y que la situación no está resuelta”, comenta Lindstaedt a DW.

Hegseth (en el centro) recorrió el martes las esclusas de Miraflores del Canal de Panamá en la ciudad de Panamá.Imagen: Matias Delacroix/AP Photo/picture alliance

La soberanía del canal, un punto de fricción histórico

EE. UU. construyó el Canal de Panamá entre 1904 y 1914, creando una vía acuática entre las costas pacífica y caribeña del país. Esto permitió a los buques estadounidenses —incluidos los navales— transitar fácilmente entre los dos océanos.

Las negociaciones para devolver el control del canal a Panamá comenzaron bajo la administración de Kennedy en los años 60, y continuaron con presidentes demócratas y republicanos, hasta que Jimmy Carter firmó los tratados con el líder nacionalista panameño Omar Torrijos en 1977.

Esos tratados establecieron que Panamá tomaría el control del canal el 31 de diciembre de 1999, bajo la condición de que operara de forma neutral. Al contrario de lo que afirma Trump, el canal no fue regalado a los panameños, ni está controlado por China.

Posibilidad de una intervención militar

Pero China sí tiene influencia en el canal: es el segundo mayor usuario después de EE. UU., y empresas chinas operan puertos en ambos extremos.

Eso preocupa a EE. UU., especialmente a la beligerante administración de Trump. El presidente ha sido claro en su intención de neutralizar la creciente influencia de China en el mundo, como lo demuestra su nueva guerra comercial transpacífica.

Aunque Hegseth dijo que la seguridad de EE. UU. se garantizaría mediante una asociación con Panamá, Trump no ha dejado de insinuar la posibilidad de una intervención militar para recuperar el canal.

Jorge Heine, exembajador de Chile en China y experto en relaciones internacionales en la Universidad de Boston, cree poco probable que un EE. UU. liderado por Trump llegue a ese extremo. «El presidente Trump combina una retórica que, a veces, puede sonar extremadamente agresiva”, subraya a DW. «Pero, al mismo tiempo, ha dado a entender que realmente no está interesado en ser belicista, ni en desplegar fuerzas militares estadounidenses de manera tan agresiva como algunos de sus predecesores”, valora Heine.

(gg/ms)

   Aunque Panamá pronto podría permitir que los buques de guerra estadounidenses utilicen el Canal de Panamá de forma gratuita, persisten las preocupaciones sobre la soberanía. 

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