Cine
«Mientes todo el tiempo»: Travis Fimmel odia ser actor y prefiere esconderse en su rancho y renovar el cobertizo
Travis Fimmel ha protagonizado la película Warcraft y series como Vikingos, que le han llevado a ser conocido en todo el mundo. También Raised by Wolves, un título que muchos comenzaron a ver porque Fimmel estaba en el reparto; y Dune: la profecía, serie dentro del conocido universo de cie…
Artículo original publicado en SensaCine
El protagonista de ‘Vikingos’, ‘Warcraft’ y ‘Tarzán’ no quiere ser famoso
Travis Fimmel ha protagonizado la película Warcrafty series como Vikingos, que le han llevado a ser conocido en todo el mundo. También Raised by Wolves, un título que muchos comenzaron a ver porque Fimmel estaba en el reparto; y Dune: la profecía, serie dentro del conocido universo de ciencia ficción que no ha tenido muy buena acogida.
Posiblemente sea uno de los actores más populares de la pequeña pantalla y también uno de los más carismáticos. Por la razón que sea, los espectadores se sienten atraídos por este australiano y su profunda mirada azul. Pero bajo esa faceta de actor se esconde un hombre que nunca ha querido dedicarse a esto y que disfruta más renovando su cobertizo que paseando por una alfombra roja.
En una entrevista con GQ, le preguntaron cómo se dio cuenta de que podía ser actor y la respuesta nació desde la más absoluta sinceridad: «Simplemente salí y lo intenté. Tomé un curso. Nunca quise ser actor, jamás. Sigo sin quererlo».
No, no quiere ir a fiestas exclusivas ni protagonizar campañas publicitarias. Fimmel se dio a conocer como imagen de Calvin Klein a principios de los 2000. Nadie conocía su nombre, pero estoy segura de que si haces una búsqueda rápida en Google recordarás el anuncio casi al instante. Él reniega de su pasado y no le gusta hablar de cómo empezó. Su verdadera felicidad se encuentra en el rancho en el que vive a las afueras de Los Ángeles.
Lo estoy arreglando todo. El cobertizo. Renovando la casa. Poniendo vallas. Me dedico a arreglar el exterior: los árboles, construir cosas en la terraza. Disfruto haciendo estas cosas. Disfruto no ver nada allí, hacerlo, y luego ver algo que antes no estaba allí
Pero su día a día son los estudios de grabación y conseguir papeles que le digan algo. Por suerte, ha llegado a un status como actor que le permite no tener que hacer muchas pruebas porque, como él mismo dice, las audiciones son una pesadilla. «Lo odio. Lo odio por completo. Es muy poco realista. Hay gente a la que le gusta levantarse y hablar delante de la gente. Yo no era de los que disfrutaban leyendo en voz alta en clase», confiesa a dicho medio, «Muchas veces me he ido a mitad de las audiciones, avergonzado. No recuerdo el último trabajo que conseguí por una audición de verdad. Es horrible. Nervioso, sudoroso, avergonzado. Me siento como un monito. Entro en pánico. Salgo de ahí».
Si por él fuera, viviría en Australia, pero sabe que tiene que quedarse en Estados Unidos si quiere tener trabajo. «Sí, prefiero estar en casa todo el tiempo. La gente tiene la misma mentalidad allí; todos crecimos igual. Pero… por desgracia, hay mucho trabajo en el extranjero. Ya sabes, solo hay 26 millones de personas en Australia. Tienes que trabajar en el extranjero para tener un nombre», confiesa a Esquiredesde una casa que ha alquilado temporalmente en Echuca, cerca de donde creció.
Fue en esta conversación donde aseguró que se retiraría de la actuación en cuanto tuviera dinero suficiente para poder jubilarse. «Bueno, todavía no he ganado suficiente dinero para jubilarme. En cuanto lo haga, me mudaré a casa definitivamente… No sé qué más voy a hacer. ¿Qué mantiene a un hombre trabajando en las minas? ¿Qué mantiene a un carpintero trabajando todo el tiempo? ¿Qué hace que alguien se levante por la mañana e vaya a trabajar? ¿Qué nos mantiene haciéndolo? Me alegro mucho por la gente que ama su trabajo; celosa y feliz. Pero a mí no me motiva. No me motiva», asegura.
