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El Athletic perdona la vida al Rangers

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EI Athletic perdonó la vida al Rangers y esperemos que no lo lamente en la vuelta de cuartos en su campo dentro de una semana. Una roja al equipo escocés, un gol anulado por fuera de juego y un penalti detectado justo antes de esa acción que no logró embocar Berenguer dejaron el choque como estaba dos horas antes y San Mamés decidirá. Un empate a cero puede parecer buen botín cuando se empieza una ronda tan avanzada fuera de casa, pero es puro vinagre para los leones y un arma peligrosísima por el crecimiento anímico de los azules. Kelly, gran sorpresa en la alineación de Ferguson en el bando protestante, fue un muro, un impenetrable defensor de la meta. Tercer partido sin gol de los de Valverde, todos con 0-0, nadie podría creerlo hace semanas, antes al equipo se le caían los tantos de los bolsillos. El problema empieza a ser más que serio. No pasaba desde la 86-87. Así que ya se puede hablar de sequía alarmante. Y parece mentira que un equipo que ganó la pasada Copa en los penaltis esté atravesando semejante episodio de terror cada vez que va al punto fatídico. De los siete lanzados este año, cinco fallos, incluso se vieron tres en un mismo partido, ante el Girona. Berenguer, Iñaki y Herrera no acertaron. Y Vesga erró ante el Sevilla. Solo ha marcado Sancet. Pocas veces se verá un choque más accidentado, con dos jugadores locales saliendo en camilla y un adversario que acabó empeñado en no perforar su portería jugando contra nueve. No avasalló al final y desperdició una ocasión de oro para asomarse a semifinales.

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 Los leones desperdician un penalti y muestran una alarmante incapacidad para desbordar a un rival que acabó con nueve.  

EI Athletic perdonó la vida al Rangers y esperemos que no lo lamente en la vuelta de cuartos en su campo dentro de una semana. Una roja al equipo escocés, un gol anulado por fuera de juego y un penalti detectado justo antes de esa acción que no logró embocar Berenguer dejaron el choque como estaba dos horas antes y San Mamés decidirá. Un empate a cero puede parecer buen botín cuando se empieza una ronda tan avanzada fuera de casa, pero es puro vinagre para los leones y un arma peligrosísima por el crecimiento anímico de los azules. Kelly, gran sorpresa en la alineación de Ferguson en el bando protestante, fue un muro, un impenetrable defensor de la meta. Tercer partido sin gol de los de Valverde, todos con 0-0, nadie podría creerlo hace semanas, antes al equipo se le caían los tantos de los bolsillos. El problema empieza a ser más que serio. No pasaba desde la 86-87. Así que ya se puede hablar de sequía alarmante. Y parece mentira que un equipo que ganó la pasada Copa en los penaltis esté atravesando semejante episodio de terror cada vez que va al punto fatídico. De los siete lanzados este año, cinco fallos, incluso se vieron tres en un mismo partido, ante el Girona. Berenguer, Iñaki y Herrera no acertaron. Y Vesga erró ante el Sevilla. Solo ha marcado Sancet. Pocas veces se verá un choque más accidentado, con dos jugadores locales saliendo en camilla y un adversario que acabó empeñado en no perforar su portería jugando contra nueve. No avasalló al final y desperdició una ocasión de oro para asomarse a semifinales.

Hummels, un veterano curtido en mil batallas, arruinó a la Roma en la vuelta de octavos ante un Athletic atascado. Colocó una pista de despegue para los leones hacia la siguiente fase. Y en esta ocasión Pröpper parecía imitar al veterano alemán al correr enorme riesgo en una entrada sobre Iñaki Williams en el minuto 13 del primer asalto entre el Athletic y el Rangers. El árbitro le castigó con una amarilla de inicio, pero, avisado por el VAR, comprobó que era el último defensor ante una ocasión manifiesta de gol, así que lo mandó a vestuarios. En un partido de tanto voltaje, estar casi 80 minutos con uno menos representa una fatiga inhumana. Todos pensaban que era cuestión de tiempo para decantar el cruce para el lado rojiblanco, pero resulta que se convirtió en una losa para el que se quedaba en superioridad y en un punto para cerrar filas en los británicos. El Athletic no se sacó la espina de Escocia, en donde había perdido en sus dos visitas en grandes competiciones europeas, ante el Dunfermline y con el propio Rangers, en ambos casos en la Copa de Ferias. No hay forma de ganar allí y si no se hizo esta noche, no se logrará jamás.

El ambiente en el Ibrox Stadium, con casi tres mil gargantas bilbaínas, ponía los pelos de punta. Como dicen las leyendas que lo han pisado, es como retroceder en el tiempo cien años, volver a la época en la que los árbitros no estaban casados con el videoarbitraje, precisamente el artilugio que acaparó el protagonismo en el partido. Una prueba de madurez para los leones, que siguen con paso dubitativo. Ferguson estaba encolerizado por las cinco derrotas consecutivas en casa y movió el arbolito del once. Para empezar, el meta Butland a descansar cerca de su sitio en el banquillo. Un movimiento clave. Bajrami e Igamane también fueron sacrificados. Cerny, uno de sus mejores futbolistas, arrancó con su clásica conducción de fuera hacia dentro para descorchar un choque con ritmo y pasión. Sannadi le dio réplica con un disparo raso cruzado.

La expulsión cambió los planes de los protestantes. Ferguson mudó el plan sobre la marcha. Puso a sus muchachos en un 4-4-1 con dos líneas juntitas y Dessers arriba a la espera de vendimiar algo. Se echaron un paso atrás, dejaban la iniciativa al rival, que no encontró espacios para dañar la armadura escocesa. De hecho, en el minuto 22 pudo girarse Dessers en un balón peligroso que se marchó cerca de la meta de Agirrezabala. Andaba Iñaki con chispa, participando en casi todas las jugadas de peligro. Con remates y pases, pero a veces se liaba o le taponaban los disparos. No estaba a su altura Nico ni de lejos.

Había fases de ida y vuelta y eso es del gusto de los leones, a los que se les atragantan más otro tipo de partidos, con rivales cerrados. Pero luego se cerró mucho el paisaje. Costaba generar ocasiones claras, porque Nico y Sancet entraban poco en juego, estaban ansiosos queriendo resolver rápido y eso les atenazaba. No se estaba notando que maniobraban con uno más. Sannadi tuvo una ocasión clara en el minuto 40, que le adivinó Kelly, este hizo después una palomita ante Sancet. Es bravo y no regatea esfuerzos el espigado nueve, pero esta cita se le quedó grande. El Athletic apretaba, pero no ahogaba, le empezaba a pesar el hecho de no hacer diana. Cuando un equipo está en inferioridad se crece mientras mantiene el castillo con empate a cero; si los rojiblancos no tenían fluidez o controles limpios, se les echaba un enemigo de azul encima.

Valverde llamó al orden en el descanso y la cosa cambió, pero sólo fugazmente. Su equipo empezó a abrir el campo y poner buenos centros y el Rangers ya no salía en jugadas, se limitaba a despejar balones, les estaban generando mucha incertidumbre. El juego era mucho más dinámico, obligaban a bascular a los azules, y eso les costaba una barbaridad. El flanco diestro era una mina de oro. Una gran cabalgada de De Marcos en el 58 permitió un gran servicio para Sannadi, pero este puso mal el pie y falló un gol cantado. Se marchó el balón fuera por muy poco. Luego dejó su sitio a Guruzeta, aunque antes tuvo una disputa aérea con Rice y este dio un susto que sobrecogió a la grada. Cayó a plomo y quedó inmóvil inicialmente. Fue atendido durante ocho minutos con Ibrox en silencio y con caras de preocupación. Por fortuna, al ser retirado en camilla, el jugador de los protestantes devolvió los aplausos de los aficionados, síntoma de que estaba bien.

Ese parón frenó el ímpetu vizcaíno. Pero fue uno de muchísimos frenazos entre revisiones de VAR, problemas físicos y protestas. Hasta que llegó el galimatías del minuto 77. Vivian puso un pase largo a Berenguer, que rompió muy bien al espacio. Paró la pelota y le cayó a Guruzeta, que remató y le atajó el portero. El rechace golpeó en el punta. El segundo rebote lo empujó a la red Berenguer, pero en fuera de juego. Lo que nadie había visto y tuvo que comprobar el árbitro Kovács, de nuevo desde la pantalla, es que Sterling extendió el brazo casi en horizontal y le pegó la bola ahí antes de que llegara a Berenguer. Un lío que acabó aún con más caos: un tiro del extremo en el penalti muy bajo, al medio que atajó con los pies Kelly. Una acción que añadía épica y sentimiento heroico a los protestantes. Aún incrementado cuando se quedaron con nueve para cinco minutos de los 12 que se estiró el pulso, por lesión en el tobillo de Sterling, que también salió en camilla, cuando ya se habían realizado los cinco cambios. La Catedral decidirá y vale ganar por un gol. Visto así suena a paisaje idílico, pero la sensación es bastante frustrante. La cosa va mejor que con el 2-1 ante la Roma. Otra final antes de la final. De tanto ir el cántaro a la fuente…

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Cambios

Gorka Guruzeta (61′, Maroan Sannadi), Beñat Prados (61′, Íñigo Ruíz de Galarreta), Connor Barron (66′, Bailey Rice), Jefté (67′, Ridvan Yilmaz), Alex Berenguer (73′, Oihan Sancet), Hamza Igamane (84′, Cyriel Dessers), Andoni Gorosabel (92′, Óscar De Marcos), Ross McCausland (94′, Václav Cerny), Nedim Bajrami (94′, Ianis Hagi)

Tarjetas

Arbitro: István Kovács
Arbitro VAR: Catalin Popa, Marcel Birsan
Robin Pröpper (12′,Roja), Ruiz de Galarreta (27′,Amarilla), Ferguson (27′,Amarilla), Maroan Sannadi (53′,Amarilla), Benat Prados (100′,Amarilla)

 

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