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Adelardo: “Aún suena genial oír que fuimos campeones del mundo”
Adelardo Rodríguez (Badajoz, 1939) fue el capitán del Atlético en aquella histórica Copa Intercontinental. Con motivo de los 50 años de la conquista del trofeo, el legendario centrocampista recuerda con AS cómo era el equipo rojiblanco en los años 70, cómo fue el paso de Luis del terreno de juego al banquillo y lo que supuso aquel título de campeón del mundo.
Leyenda del Atleti y jugador con más partidos en la historia del club (553) hasta que le rebasó Koke, conquistó tres Ligas, cinco Copas, una Recopa y, hace hoy 50 años, levantó la Intercontinental.
Adelardo Rodríguez (Badajoz, 1939) fue el capitán del Atlético en aquella histórica Copa Intercontinental. Con motivo de los 50 años de la conquista del trofeo, el legendario centrocampista recuerda con AS cómo era el equipo rojiblanco en los años 70, cómo fue el paso de Luis del terreno de juego al banquillo y lo que supuso aquel título de campeón del mundo.
—Vayamos al principio de todo. El Atleti había perdido la final de la Copa de Europa con el Bayern, pero los alemanes renuncian a la Intercontinental. ¿Cómo se enteran de que es el Atlético quien la juega?
—No fue el Bayern porque no quería ir a Argentina. Decían allí que les trataban muy mal y no sé qué más. Debían de tener miedo. La UEFA al final mandó al Atleti, porque éramos los subcampeones…
—Y tras la renuncia del Bayern, ¿qué pensaban en el Atleti? ¿Les preocupaba esa dureza?
—Pues que si hay que ir a la guerra, se va a la guerra. Al final, patadas dan en todos sitios. El fútbol era también eso. Años antes, en otras Intercontinentales, hubo encuentros muy duros y otros equipos europeos decidieron no ir. Pero nosotros dimos el paso adelante, era un título especial.
—Para entonces, desde diciembre del 74, ya estaba Luis Aragonés al mando del equipo…
—Luis tenía mucho carácter y mucha personalidad ya como futbolista. Claro que se veía que iba a ser técnico. Lo que sí recuerdo es un detalle del mismo día en que le nombraron entrenador. Según le comunicaron que iba a tomar el lugar de Juan Carlos Lorenzo, fuimos a felicitarle como compañero y a ponernos a su total disposición y él nos contestó muy serio, nos dijo que iba a ser muy exigente, pero tratándonos de ustedes. Del tú al usted en unas horas. Fue chocante, porque después de unos cuantos años jugando juntos, pasábamos a ser jefe y empleados. Era su forma de ser.
—Y llegamos entonces a marzo. El equipo no iba demasiado bien en Liga y toca el viaje a Argentina para el partido de ida de la Intercontinental. ¿Cómo fue?
—Han pasado tantos años… Había que ir. Habíamos hecho una Copa de Europa muy buena, batiendo a rivales buenísimos y la final se escapó de una manera impensable, con un tiro del Bayern que se cuela entre tantas piernas… Nos motivaba esa Intercontinental.
—¿Y el partido fue tan duro como se esperaba?
—No, para nada. Era una final, quizá fue más duro que otros encuentros, pero fue normal entre dos equipos que quieren ganar un título.
“Luis pasó de ser compañero a jefe y ya en el día de su nombramiento nos hablaba de usted”
Entrenador de la noche al día
—Y la vuelta, en casa. ¿Cómo fueron aquellos días previos al encuentro?
—Luis nos llevó a El Escorial y todos estábamos convencidos de que podíamos salir campeones. Era un premio tras la buenísima Copa de Europa que habíamos hecho el año antes. Teníamos mucha moral.
—¿Y del partido qué detalles recuerda?
—El Calderón estaba lleno a reventar, era uno de los partidos más importantes que se habían jugado allí. La gente también tenía muchas ganas y había mucha confianza. Era un título muy relevante y para el club fue muy especial. Hicimos un buen partido contra Independiente, defendimos muy muy bien y el gol de Ayala fue la locura. Nos lo merecíamos y lo celebramos, unos a hombros de otros…
—Además, era su partido con 500 con el Atleti.
—Sí, la directiva me entregó un recuerdo por esos 500 encuentros. Nadie lo había conseguido. Ahora se juegan muchos más partidos, pero era una cantidad muy importante…
—¿Cómo sonaba eso de campeones del mundo?
—Sí, sí. Aún suena genial. Es que era un título importante para todos y para el club.
—Esta tarde se reúnen en el Metropolitano los héroes de la Intercontinental…
—Sí, allí vamos a coincidir compañeros de aquella plantilla y a alguno casi no lo veo desde entonces. Será emocionante. Estábamos muy bien como compañeros, muy unidos. Ese Atleti era un equipo con mucha fe también y muchas ganas de hacer cosas grandes.
—Y casualmente 50 años después, el Atleti peleará otra vez por ser campeón del mundo.
—Es un título muy importante para el club. Salir campeón del mundo son palabras mayores.
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