Fue uno de los actores más prometedores de su generación y siempre le recordaremos por su trabajo en películas como Bienvenidos a Zombieland o La Red Social, pero Jesse Eisenberg, que ahora tiene 41 años, está explorando una nueva faceta en la industria audiovisual como director de sus propios largometrajes. La segunda de sus películas como director, A Real Pain, que se estrenó en las salas de cine españolas el pasado mes de enero de 2025, fue una de las protagonistas en la pasada edición de los Premios Oscar.
En los premios organizados por la Academia de Hollywood, los más prestigiosos de la industria, la obra de Eisenberg fue nominada en dos categorías: por un lado Mejor guion original, también obra del actor, que finalmente fue a parar a manos de Sean Baker por Anora, y por otro Mejor Actor de Reparto, que nadie dudaba que ganaría Kieran Culkindespués de que la carismática estrella de Succession se lo hubiera llevado en todos los certámenes previos a la gala de los Oscar.
A Real Pain bien pudo estar entre las nominadas a Mejor película, pero, aunque finalmente no se colase entre las 10 candidatas seleccionadas, es de lo mejorcito que hemos visto pasando por las salas de cine en los últimos meses. Ahora, tres meses después de su estreno, en apenas una semana podremos ver A Real Pain desde casa: Disney+ la incorpora a su catálogo el próximo 16 de abril.
Sin duda, Jesse Eisenberg puede estar orgulloso de su segundo trabajo como director: la película tiene una puntuación prácticamente perfecta de un 96% en Rotten Tomatoes y los espectadores también están más que satisfecho con un impresionante 81% de críticas positivas.
En SensaCine, le otorgamos 4,5 de 5 estrellas en nuestra crítica, describiéndola como «una reflexión sobre cómo nos relacionamos con los traumas del pasado desde el presente».
‘A Real Pain’: revivir el holocausto desde un asiento de primera clase
Sobre ‘A Real Pain’
David (Jesse Eisenberg) y Benji (Kieran Culkin) son dos primos judíos estadounidenses que acostumbraban a ser uña y carne pero que, con el paso de los años, se han ido distanciando. Tras la muerte de su abuela vuelven a reencontrarse para cumplir con uno de los grandes deseos de su ser querido: viajar a Polonia para conocer el país donde creció. Pero lo que inicialmente parece un viaje al pasado, pronto resulta ser un acto de equilibrio emocional con numerosos obstáculos.
Especialmente porque los dos primos no pueden ser más diferentes: David es una persona que ama la estructura y necesita orden en su vida. Benji, por otro lado, es un espíritu libre y carismático que rebosa espontaneidad e ideas poco convencionales. Estas diferencias crean tensión, especialmente porque su relación se ve afectada por un acontecimiento reciente que ha generado tensión entre ambos pero que no se han atrevido a abordar. Así, el viaje se convierte no sólo en una búsqueda de pistas en el pasado de su familia, sino también en un intento de reparar su propia relación.
