Los primeros recuerdos que Ryan Coogler tiene del cine es ser un niño y estar horrorizado por lo que está viendo en pantalla. Se le quedaron marcadas las escenas de Jurassic Park donde el T-Rex persigue a los protagonistas que van en un coche o cuando el velociraptor abre una puerta con sus dientes y, aunque hoy no sería considerado cine de terror, él salió espantado de la oscuridad de la sala. Ahora, a sus 38 años, ha hecho su carta de amor a todas las cosas que amaba de ir al cine y se llama Los Pecadores –The sinners en su versión original-.
Después de dirigir Black Panther (2018) y su secuela, Wakanda Forever (2022), Coogler se tira hacia el cine de vampiros, que no solo da miedo -que también- sino que divierte y hechiza con sus números musicales. En el centro de la historia están los gemelos Smoke y Stack, ambos interpretados por Michael B. Jordan, que están de regreso en su Misisipi natal después de haber trabajado para Capone en Chicago. Tienen un maletín lleno de dinero y su objetivo es hacer un club donde los negros puedan divertirse en libertad. Pero un mal mayor que el Ku Klux Klan está a punto de caer sobre ellos.
No es la primera vez que Jordan y Coogler trabajan juntos. De hecho, es la quinta vez que colaboran como director-actor. Coogler no ha dirigido ni un solo largometraje sin contar con Jordan en el reparto.
Su relación «no ha hecho más que fortalecerse con los años», asegura el actor en un encuentro con la prensa al que ha acudido SensaCine. «Siendo esta mi primera película desde que dirigí mi propio proyecto, tengo un sentido más profundo de empatía por lo que Ryan pasa día a día, todos los sombreros que debe usar, la cantidad de lugares en las que tiene que estar al mismo tiempo». Siendo amigos desde hace tiempo y teniendo experiencia como director -se estrenó con Creed III, una saga que precisamente había comenzado Coogler-, Jordan servía como «un par de ojos extra» en el set.
Realmente no puedo explicar la comunicación no verbal que tenemos. Eso solo ha mejorado con los años
«Michael [B. Jordan] es un tipo empático. Creció en sets de cine y televisión. Y lo que más me gusta de trabajar con él es su increíble ética de trabajo», dice el director sobre su protagonista, «la amabilidad es la norma y eso es contagioso en un set, ya que establece el tono con el que todos trabajarán. Es inaceptable gritarle a un asistente personal si Michael nunca lo hubiera hecho. ¿Entiendes? Mike nunca había alzado la voz».
Además de la amabilidad, Jordan tuvo que ser muy disciplinado en su trabajo, ya que interpreta a dos personajes al mismo tiempo: Smoke y Stack. En las notas de producción de la película cuenta que construyó un pasado diferente a cada uno de ellos para poder adentrarse en la dinámica de los gemelos. Fue un proceso largo que tardó unas 2-3 semanas en adaptar a su rutina, pero después fue todo viento en popa.
«Quiere desafiarse a sí mismo. Constantemente», cuenta Coogler sobre Jordan, «y lo genial fue que eso lo experimenté con cada miembro del elenco. Con todos los que pasaron por el proceso y pisaron el set. Intentaban ser mejores que en su última película».

Warner Bros.
En torno a los hermanos Smoke y Stack hay todo un grupo de secundarios que asientan el tono de la cinta. Están los dos amores del pasado de los hermanos gemelos: Mary, una joven que no termina de encajar en el mundo de los hermanos; y Annie, exesposa de Smoke con el que guarda una tragedia familiar. Ellas completan a los personajes protagonistas y ayudan al espectador a entenderlos desde otra perspectiva. «Me encanta cómo en la escena donde vemos a Annie y a Smoke por primera vez. ¿Son dientes de león los que flotan detrás del humo? Me encanta. Es tan hermoso todo», confiesa Wunmi Mosaku, que interpreta a Annie.
La otra figura del pasado era Mary, interpretada por Hailee Steinfeld. Mientras Annie es el ancla a tierra de Smoke, Mary es algo que atormenta a Stack porque, para él, no termina de encontrar su sitio. «Me encanta eso de este personaje y cómo encaja en la historia. Puede que una persona ajena no crea que pertenece a ese lugar, pero ella lo sabe y lo siente», dice Steinfeld. Sobre el rodaje, que fue principalmente nocturno, asegura que se lo pasaron en grande: «Me encantó entrar y oír el crujido de los zapatos de todos sobre la madera. Fue toda esta gente la que lo hizo posible, la que lo unió. Y tuvimos un equipo increíble que dieron vida a esto y lo hicieron sentir como un espacio seguro al que podíamos irnos de casa».
En el lado opuesto está la gran amenaza a la que se enfrentan Smoke, Stack y todos los que se acercan al viejo granero a huir de sus problemas diarios. El gran «villano» de la cinta está intepretado por Jack O’Connell, sobre el que no podemos decir mucho más para no revelar ‘spoilers’. «Creo que villano es una descripción justa. Aunque él no se cree un villano. Probablemente haya una manera más fácil de hacer las cosas. En la película, lo hacemos de la manera difícil para Remick. Él se centra en la camaradería y el amor. Todo lo que quiere es morderte en el cuello y eso es amor eterno. Solo un pequeño mordisco, ¿sabes? Constantemente dice: ‘Prometo que no te haré daño’. Está el camino fácil, pero luego terminamos yendo por el camino difícil», responde O’Connell cuando le preguntan por su personaje.
Más allá de ser un vampiro que quiere morderte el huello, Remmick representa el racismo radical que existía en los años 30 en lugares como Misisipi. «Hay una verdadera riqueza, una verdadera profundidad, creo, en la escritura de Ryan y lo que buscábamos era que no fuera superficial. Estaba arraigado en algo que tiene raíces en la historia y eso para mí era lo principal», continúa.
Los pecadores (Sinners) se estrena en cines el viernes 11 de abril.