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En busca de “algo increíblemente loco”

Llegaba el Madrid avisado al Emirates. Por sus propios antecedentes. Por una Liga convertida en quimera cuando parecía en la mochila. Por patinazos varios. El último, ante el Valencia. Y llegaba a su terreno. A la Champions. Una competición cuyo himno se mimetiza con el propio. Pero de nada sirvieron ni las advertencias ni el contexto. En Londres no hubo redención, sí hecatombe. En el templo gunner, los cañoneros jugaban en casa. Declan Rice se disfrazó de David Beckham y Mikel Merino volvió a demostrar que es un 9, nada de falso. Pum, pum, pum. Y el Madrid, inerte. Y sin plan. Tanto, que alguno dio gracias. “Nos han podido marcar más de tres. En la vuelta necesitamos algo increíblemente loco”, asumió Bellingham. Aunque, acto seguido, cambió el discurso. “Si hay un sitio donde puede pasar una locura así, es en nuestra casa”. Desde las entrañas del desastre, Jude comenzó la conjura. Invocó al Bernabéu. A la remontada. Y no fue el único. “Si hay un equipo que puede, es el Madrid”.
El mensaje, tras la hecatombe del Emirates, es claro: “Si hay un equipo que puede, es el Madrid”. Lo lanza Bellingham, Courtois, Lucas Vázquez, Ancelotti… Manual de una remontada.
Llegaba el Madrid avisado al Emirates. Por sus propios antecedentes. Por una Liga convertida en quimera cuando parecía en la mochila. Por patinazos varios. El último, ante el Valencia. Y llegaba a su terreno. A la Champions. Una competición cuyo himno se mimetiza con el propio. Pero de nada sirvieron ni las advertencias ni el contexto. En Londres no hubo redención, sí hecatombe.En el templo gunner, los cañoneros jugaban en casa. Declan Rice se disfrazó de David Beckham y Mikel Merino volvió a demostrar que es un 9, nada de falso. Pum, pum, pum. Y el Madrid, inerte. Y sin plan. Tanto, que alguno dio gracias. “Nos han podido marcar más de tres. En la vuelta necesitamos algo increíblemente loco”, asumió Bellingham. Aunque, acto seguido, cambió el discurso. “Si hay un sitio donde puede pasar una locura así, es en nuestra casa”. Desde las entrañas del desastre, Jude comenzó la conjura. Invocó al Bernabéu. A la remontada. Y no fue el único. “Si hay un equipo que puede, es el Madrid”.
Ese es el mensaje. Interno y externo. El sentir de un vestuario que vio cómo el Arsenal sonrojaba al vigente campeón. Y lo dañaba en el orgullo. Conscientes de que se necesita un milagro. Un imposible. Pero no lo es tanto cuando el Madrid y la Champions están en el ajo. Es el más difícil todavía, pero un ochomil ya escalado. En repetidas ocasiones, además.
Seis veces se ha enfrentado el Bernabéu a una desventaja de tres goles en Europa… y tres veces la ha remontado. Al Derby County en la 74-75 (5-1, tras el 4-1 de Inglaterra), al Anderlecht en la 84-85 (el 3-0 en Bélgica quedó en nada tras el 6-1 en Chamartín) y al Borussia Mönchengladbach (4-0 para superar el 5-1 en Alemania). De seis imposibles, tres. El 50%. Ya lo decía Juanito.Noventa minuti en el Bernabéu son molto longo.

“Es un club que transgrede la lógica históricamente. Y además eso genera en la gente una fe un poco insensata, porque no está basada en argumentos sólidos. El antecedente es el que ha creado el mito, el que ha creado la leyenda”, trataba de simplificar Valdano en este periódico. Los argumentos sólidos los puso en juego el Arsenal. No solo superó al equipo blanco en goles. También en posesión (53,5%-46,5%), remates totales (12-9), a portería (11-3), intervenciones en área rival (30-13), pases totales (490-435), pases en el último tercio (155-116) y saques de esquina (5-3). Pero también los puso el Bayern en las últimas semis y Joselu cambió el chándal de aficionado por la capa de héroe. O el PSG de Mbappé cuando, de repente, apareció Benzema. O el City hasta que Rodrygo obró un milagro sobrenatural. A esa otra cara se aferra el Madrid. A ese embrujo irracional. A una fábrica de imposibles que se llama Santiago Bernabéu.
“En el Bernabéu pasan cosas”
Empezando por Ancelotti: “Si miras al partido de esta noche, parece que no hay posibilidades. Pero en el fútbol pasan cosas impredecibles. Nadie esperaba que Rice marcase dos goles de falta y los ha hecho. Todo puede pasar en este deporte. Tenemos que creer, confiar; porque a veces, muchas, pasan cosas en el Bernabéu”. Y para que esas cosas pasen, Courtois tiene clara al receta: “Hay que corregir los fallos. Y a intentar ganar. Si metemos dos goles rápidos, el tercero viene solo”.
Salir a morder. Un antónimo a lo ocurrido en el Emirates. Conseguir que la llama de la grada se traslade al campo. Desde el pitido inicial. Que al Arsenal se le caiga el Bernabéu encima. Porque el ambiente no será el de un día más. Ya se están movilizando las masas. Para buscar ese imposible. Otro más.
Desde el mismo césped del Emirates lanzó Lucas Vázquez el mensaje: “Si un equipo en el mundo puede darle la vuelta somos nosotros”. Si hay patinazo, o no hay actitud, ese coliseo se encargará de poner el pulgar hacia abajo. Y elevar los silbidos al cielo. Pero el antes y el arranque será una caldera. Para buscar “algo increíblemente loco”. Otra vez.
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