Baloncesto
Un sueño de 120.000 kilómetros
Aquel 2+1 de Homesley del viernes 28 de marzo le regaló al Gran Canaria un tercer partido de la semifinal de la Eurocup que parecía imposible unos segundos antes. Ese 69-68 para batir al Bahcesehir fue el primer paso de la penúltima travesía del equipo de Lakovic surcando cielos y carreteras de media Europa. De pronto, cuando todo parecía perdido, hubo que reactivar un plan de viaje que dura desde entonces.
El Gran Canaria visita Samokov (Bulgaria) para enfrentarse al Hapoel Tel Aviv en el primer partido de la final de la Eurocup.
Aquel 2+1 de Homesley del viernes 28 de marzo le regaló al Gran Canaria un tercer partido de la semifinal de la Eurocup, que parecía imposible unos segundos antes. Ese 69-68 para batir al Bahcesehir fue el primer paso de la penúltima travesía del equipo de Lakovic surcando cielos y carreteras de media Europa. De pronto, cuando todo parecía perdido, hubo que reactivar un plan de viaje que dura desde entonces.
Resulta que, menos de 48 después, tocaba recibir al Unicaja, a quien también despachó el Granca en la última jugada. Tras aquella agónica bandeja de Albicy, un par de horas de descanso y de nuevo, al aeropuerto. Cuestiones de la insularidad, la expedición grancanaria, compuesta por 22 personas entre jugadores, cuerpo técnico, delegado, preparador físico, dos fisioterapeutas y Willy Villar, el director deportivo, partió hace ocho días hacia Estambul haciendo escala en Valencia. El desempate ante el Bahcesehir no tuvo lugar hasta el miércoles, así que tocaron tres noches a orillas del Bósforo.
A la mañana siguiente, el jueves, llegó la dulce despedida de Turquía. Como el sábado el Granca jugaba en Bilbao, el desplazamiento fue directo hasta el País Vasco, donde el equipo pernoctó el mismo jueves, viernes y sábado. ¿Pasar por Gran Canaria? Nada de eso. Tras haber hecho todos los viajes previos en vuelos comerciales, el club contrató un chárter que partiera desde Bilbao el mismo domingo con dirección a Bulgaria, hacia Sofía, para allí desplazarse una hora en guagua hasta Samokov, donde está exiliado el Hapoel Tel Aviv.
En suelo búlgaro toca dormir otras tres noches para pegarse mañana otro madrugón. El regreso a casa tendrá lugar también en un vuelo que ahora partirá a las 6:00 pero teniendo que hacer escala en Múnich. Otra valla más que saltar en este viaje lleno de obstáculos.
Hubo que sacar la billetera para contratar el vuelo chárter que llevara a la expedición amarilla hasta Bulgaria. Resulta que, según ha podido saber AS, la única opción en un vuelo comercial era haberse trasladado hasta Salónica, en Grecia, para desplazarse luego en autobús hasta Samokov durante cuatro horas, llegando apenas 24 antes del primer partido de la final.
Una vez el equipo vuele mañana a Gran Canaria habrá completado una travesía de nueve noches fuera de casa y diez días allende el Atlántico, una travesía al más puro estilo de la NBA.
La logística del viaje conlleva además un elevadísimo número de bultos para todos los peregrinos. Así, cerca de 400 kilos de equipaje han acompañado estos días al Granca. Se calculan alrededor de 15 por cada una de las 22 personas presentes desde el día 31 de marzo, a los que hay que añadir otras tres maletas de 25 kg con material médico, de los fisioterapeutas, la ropa de partido…
Mañana, ya en casa y con poco más de 48 horas para preparar el segundo partido de la final con una mochila previa cargada de aviones, horas de espera de baloncesto, el Gran Canaria habrá recorrido esta temporada, solo hasta dicho momento, 118.900 kilómetros y cogido 68 vuelos. Y todo por los sueños. Ganar la Eurocup por segunda vez en tres años espera cuando se abran los ojos. Antes toca vengarse del Hapoel, que ya le ganó dos veces en la primera fase y de qué manera: 79-66 en Samokov y 64-87en la Isla. El viaje no es perfecto. Pero cómo lo estamos disfrutando. Para qué parar ahora.
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