‘Italianada’ en Múnich

Que el Inter de Inzaghi defiende como nadie no es nada nuevo. Emprendió su viaje a Múnich con tan solo dos goles en contra en los diez partidos de Champions disputados hasta la fecha. Puro hormigón. Pero limitar al conjunto nerazzurro a sus cualidades defensivas tampoco le haría justicia a un equipo que, este martes, se doctoró en ataque sobre uno de los escenarios y contra uno de los equipos más complicados del continente: el todopoderoso Bayern. Supo resistir el Inter a un comienzo furioso por parte del hexacampeón de Europa para volver a meterse en el partido a base de carácter y posesión y terminar imponiéndose por 1-2 gracias a dos goles de Lautaro y Frattesi que le ponen las cosas muy complicadas al Bayern de cara a la vuelta en Milán.

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 El Inter desquició a un Bayern sin Musiala y sin chispa para sacar petróleo de su visita a Baviera.  

Que el Inter de Inzaghi defiende como nadie no es nada nuevo. Emprendió su viaje a Múnich con tan solo dos goles en contra en los diez partidos de Champions disputados hasta la fecha. Puro hormigón. Pero limitar al conjunto nerazzurro a sus cualidades defensivas tampoco le haría justicia a un equipo que, este martes, se doctoró en ataque sobre uno de los escenarios y contra uno de los equipos más complicados del continente: el todopoderoso Bayern. Supo resistir el Inter a un comienzo furioso por parte del hexacampeón de Europa para volver a meterse en el partido a base de carácter y posesión y terminar imponiéndose por 1-2 gracias a dos goles de Lautaro y Frattesi que le ponen las cosas muy complicadas al Bayern de cara a la vuelta en Milán.

La primera sorpresa saltó aproximadamente una hora antes del pitido inicial en Múnich. Sorprendió a todos Kompany a la hora de elegir sustituto de Musiala, baja durante semanas debido a un desgarro muscular. Todo el mundo esperaba que, por fin, llegara la hora de Müller, sobre todo después del lío que se había formado como consecuencia de su no renovación en verano, pero el míster tenía otros planes. Pasaron por reconvertir a Guerreiro, lateral, en mediapunta contra un Inter que, salvo Carlos Augusto por Dimarco, saltó al terreno de juego con lo esperado: Bastoni ejerciendo de líder atrás, Calhanoglu moviendo los hilos en el centro del campo y, arriba, Thuram y Lautaro con el fusil.

El comienzo fue para el conjunto local. El plan de Kompany pasó por presionar la salida de balón a su rival y funcionó. Le duraba poco el cuero a los de Inzaghi y los muniqueses, con un Olise desatado por el flanco derecho, comenzaron a taladrar el muro nerazzurro. No se derrumbó por falta de puntería. Guerreiro envió el cuero fuera, Olise a las manos de Sommer y Kane al palo. Pero el Inter, en su peor momento, dio un paso al frente. Recuperó el esférico. Metió al Bayern atrás. Y comenzó una oleada de ataques, de los cuales uno terminó en golazo: centro raso de Carlos Augusto, taconazo hacia atrás de Thuram y delicatessen con el exterior de Lautaro hacia el fondo de la red.

Enmudeció el Allianz después de que el argentino fusilara a Urbig, sustituto del lesionado Neuer, y no volvió a despertar hasta el 85 de partido. Diez minutos antes, con 15 por jugarse y después de ver que los suyos no eran capaces de generar peligro, a Kompany no le quedó otra que dar entrada a Müller para un último arreón. Y la leyenda del Bayern no falló a la cita. Cinco minutos antes del final supo colocarse en la boca de gol para empujar un centro de Laimer hacia el fondo de la red. Estalló Müller. Estalló el coliseo bávaro. Hasta que otro jugadón del Inter, iniciado por Sommer, terminó en la segunda asistencia de Carlos Augusto, esta vez para un Frattesi que había entrado en el 74 y tampoco perdonó a bocajarro. Letal.

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