Baloncesto
Histórico Golden en el tercer título de NCAA para Florida Gators

Los Gators son de nuevo campeones de la mejor liga universitaria estadounidense. El conjunto de Florida logra el éxito por tercera vez en su historia, en una Final Four repleta de números uno y en la que el esperado Cooper Flagg no pudo alcanzar la meta. Ante la atenta mirada de Hakeem Olajuwon, leyenda de Houston por partida doble si contamos su inolvidable carrera profesional, y en Texas, el territorio amigo, Houston se dejó la vida una vez más y el título otra vez más. No hay redención para ellos, tampoco para uno de los técnicos más afamados, Kelvin Sampson, que además vio en el otro lado a un imberbe Todd Golden, que ni llega a los cuarenta de edad, hacer historia en su cara. Haciendo honor al apellido: es de oro.
Florida Gators es la nueva campeona de la NCAA. Se cargó en la final a los Cougars, que venían de ganar a la Duke de Flagg. Título histórico del joven Golden.
Los Gators son de nuevo campeones de la mejor liga universitaria estadounidense. El conjunto de Florida logra el éxito por tercera vez en su historia, en una Final Four repleta de números uno y en la que el esperado Cooper Flagg no pudo alcanzar la meta. Ante la atenta mirada de Hakeem Olajuwon, leyenda de Houston por partida doble si contamos su inolvidable carrera profesional, y en Texas, el territorio amigo, Houston se dejó la vida una vez más y el título otra vez más. No hay redención para ellos, tampoco para uno de los técnicos más afamados, Kelvin Sampson, que además vio en el otro lado a un imberbe Todd Golden, que ni llega a los cuarenta de edad, hacer historia en su cara. Haciendo honor al apellido: es de oro.
El preparador es el más joven en ganar el título masculino de la NCAA como entrenador principal, tiene 39 años, desde Jim Valvano. Sus Gators se apuntaron este hito con un 63-65 en el majestuoso Alamodome de San Antonio, donde la asistencia al magno evento fue de 66.602 espectadores. Con una remontada y destacados como Richard (18) en primer término y Condon (12+7) y Clayton (11+7) en el tramo de definición vencer este torneo por tercera vez, igualando en el palmarés a Villanova. Ojito a su futuro.
Los Cougars eran los favoritos, aunque por poco, y llevaron la batuta en mano durante más de media hora. Ejerciendo el papel que querían. Les pudieron los fallos y no cazar a la presa cuando más fácil lo tenían. Los floridanos se escaparon vivos, regresaron, miraron a los ojos a sus oponentes y procedieron a darles matarile en un cierre de partido no apto para cardiacos. Cargarse a la Duke de Flagg en semifinales les dejó con la obligación del triunfo. No se cumplieron las expectativas. Numerosos errores en segundas oportunidades, una de las claves para que los Gators tuvieran vida hasta los últimos segundos. Venció el que mejor supo ver a largo plazo. El cocodrilo se va a su charca con el tercer campeonato nacional entre sus afilados dientes.
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En plantilla de los Gators, dos nuevos campeones con pasado en el Madrid: Olivier Rioux, que a los trece años era un gigante cuando pasó por la cantera blanca, y Urban Klavzar, esloveno que inicia este año su periplo universitario después de su etapa merengue. Los que sí pisaron parqué por ese lado no anduvieron finos en el comienzo. Pocas alternativas, demasiados fallos, un único haz de luz llamado Will Richard -cuatro triples en la primera mitad- y margen corto pero favorable a los Cougars. Francis se lucía con un par de movimientos a lo Olajuwon, que lo gozaba, Wilson le metía belleza a un pase colgado y Cryer manejaba con versatilidad. El menudo exterior a las órdenes de Sampson, al traspasar la línea del descanso, mutó en jugón: tres triples más una de dos, acabaría con 19 puntos. Era el ritmo a seguir. Houston se había puesto fuerte en la defensa, tanto en la cabecera para robar como en la pintura para contener, algo de lo que ha hecho gala como característica. Y se notaba. Pero desperdiciaban mucho: 2/14 en triples en la primera mitad. No fueron mejores los porcentajes visitantes, simplemente valieron a la hora de la verdad. La furia cambió de lado al despertarse Walter Clayton, el mejor pupilo de Golden, y Houston comenzó a quedar anulada, una caricatura de sí misma. Un par de 2+1 y ese aire de Jamal Murray que tiene el base-escolta al conducir el balón. Habían estado 12 abajo (42-30). Partido nuevo en el equivalente al último cuarto y a gozar. Sólo lo hizo un conjunto. El australiano Condon encestó una canasta para remontar y dio dos peleas por balón en defensa que erizaron el pelo, el carácter que no había mostrado al principio. Martin colocó por delante a los Cougars. Minuto definitivo. Y llegó la pena. Emanuel Sharp, con 63-65 en el electrónico, tuvo un tiro para ganar más allá del arco, se levantó y prefirió no lanzar y sí botar cuando estaba en salto, protegiendo el balón esperando a un compañero y que no hubiera violación de reglas, una ayuda que no vino; Condon ganó otro porfía, se fue al suelo y ahí expiró el tiempo. Crueldad para el hijo del legendario Derrick Sharp, mito del Maccabi en la Euroliga. Así es el baloncesto, un aprendizaje en segundos.
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