El aliento de Verstappen en el cogote

“No necesito que nadie me diga de lo que Max es capaz, ya sé lo bueno que es”. La frase es de Lando Norris, que comienza a sentir el aliento de Verstappen en el cogote cuando solo se han celebrado tres grandes premios. Norris partía este Mundial como el favorito al título de Fórmula 1 por una simple razón: pilota el coche más rápido. Porque, no nos engañemos, el coche sí es decisivo en la F1. Algunas voces más originales preferían señalar a Oscar Piastri, con el sencillo argumento de que maneja el otro McLaren. La escudería británica, con uno o con otro, ocupaba claramente la pole de las apuestas.

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McLaren había dominado todos los sectores del último GP de Japón hasta que llegó la hora de la verdad: la clasificación y la carrera. Y ahí resurgió Mad Max. El campeón.  

“No necesito que nadie me diga de lo que Max es capaz, ya sé lo bueno que es”. La frase es de Lando Norris, que comienza a sentir el aliento de Verstappen en el cogote cuando solo se han celebrado tres grandes premios. Norris partía este Mundial como el favorito al título de Fórmula 1 por una simple razón: pilota el coche más rápido. Porque, no nos engañemos, el coche sí es decisivo en la F1. Algunas voces más originales preferían señalar aOscar Piastri, con el sencillo argumento de que maneja el otro McLaren. La escudería británica, con uno o con otro, ocupaba claramente la pole de las apuestas.

McLaren ya tuvo el año pasado una segunda parte de temporada mejor que la de sus rivales, que desembocó en la corona de constructores, mientras que Max dosificaba la ventaja que había logrado en la primera mitad del Campeonato, con siete triunfos en diez carreras. Ese arranque fue clave en la conquista del título, obviamente, pero no lo único. Verstappen demostró luego quesin el mejor coche, también es el mejor piloto.Como vuelve a demostrarlo ahora.

Los naranjas habían dominado todos los sectores del últimoGP de Japón hasta que llegó la hora de la verdad: la clasificación y la carrera. Y ahí resurgió Mad Max. El campeón. En tres citas ha habido tres poles y tres victorias diferentes: Norris, Piastri y Verstappen. Y lo que apuntaba a un paseo mundial de los McLaren, con los Mercedes y los Ferrari algún peldaño por debajo, se puede convertir en un combate de dos contra uno frente al cuádruple campeón, en una lucha mecánicamente desigual, porque el Red Bull, en la presente campaña, se erige como el cuarto monoplaza de la parrilla. Ni siquiera el segundo. El factor corrector es, obviamente, Max Verstappen. Y ahí radica el enigma que se plantea a partir de esta misma semana en Bahréin. ¿Se impondrá el mejor coche o el mejor piloto? La cosa se pone interesante.

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