Ni sartén ni horno: la receta de torrijas en freidora de aire es mucho más fácil y saludable

Llega la temporada de Semana Santa y en las casas empieza a rezumar el olor a azúcar, canela, miel o limón. Desde que empieza el tiempo de Cuaresma, el recetario de España deja un sinfín de ideas de dulces que junta en las cocinas a niños y mayores y entre los que hay una receta estrella: las torrijas. También conocidas en otras zonas de la Península Ibéricas como torrejas, este dulce que utiliza ingredientes básicos como el pan y la leche se convierte en el gran manjar de estas fechas.

Sin embargo, para algunos, el mayor inconveniente de este postre es la gran cantidad de aceite que recoge al prepararlo. Y, es que, la receta tradicional dicta que las torrijas se frían bien en una sartén. No obstante, existen otras versiones más saludables que quitan el exceso de grasa que, incluso, a más de una persona puede llegar a afectar por la salud. Algo tradicional en esto de buscar la receta más sana sería utilizar el horno. Pero, ahora, en los hogares hay otro electrodoméstico estrella que puede tener el mismo resultado. ¿Has probado a hacer torrijas en freidora de aire? ¡Te contamos el paso a paso!

Ingredientes

• 1 barra de pan del día anterior (preferiblemente pan tipo baguette o similar)
• 1 litro de leche (puede ser leche de vaca, de almendras, de avena, etc.)
• Cáscara de limón.
• Canela en rama o en polvo.
• 3 huevos.
• Unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
• Opcional: miel, azúcar o edulcorante natural al gusto (stevia, eritritol, xilitol, etc.).

Cómo hacer torrijas en freidora de aire

1. Corta el pan en rebanadas de aproximadamente 1-2 cm de grosor. Mejor que el pan sea del día anterior porque estará más firme y absorberá mejor la leche.
2. En una olla grande, vierte la leche y añade la cáscara de limón y la canela en rama o en polvo. Calienta la leche a fuego medio hasta que esté caliente pero no hirviendo. Luego, retira la olla del fuego y deja reposar para que los sabores se mezclen.
3. Mientras tanto, bate los huevos en un plato hondo lo suficientemente grande como para remojar las rebanadas de pan.
4. Una vez que la leche haya reposado un poco, retira la cáscara de limón y la canela. Si decides endulzar la leche, puedes agregar el edulcorante en este punto y mezclar bien.
   Sumerge las rebanadas de pan en la leche durante unos segundos, asegurándote de que estén bien empapadas, pero sin que lleguen a deshacerse.
5. Activa tu freidora de aire y utiliza un programa de 10 minutos con una temperatura de 200 grados. Vigila el cocinado y a mita de tiempo da la vuelta a las rebanadas.
6. ¡Y listo! Es el momento de decorar las torrijas a tu gusto: un poco de azúcar, un poco de miel, o simplemente canela.

Cómo se pueden conservar las torrijas

El mayor problema que te encontrarás al conservar las torrijas es que no hay nada como comerlas recién hechas. Este dulce se disfruta mucho más poco tiempo después de haberlo cocinado. Aun así, se entiende que no todos los días se va a estar elaborando esta receta, por lo que es mejor dejar unas porciones de más y conservarlas para aprovecharlas otro día en desayunos o meriendas. Y si te preguntas cuál es la mejor manera de guardarlas, tenemos la solución a la mayor duda.

Lo más importante es que el recipiente a utilizar sea el vidrio, ya que conserva mejor los alimentos (y más si van directos a la nevera). Las torrijas tienen la fortuna de ser un alimento que aguanta bien a temperatura ambiente, sobre todo si se hacen en aceite, ya que la grasa actúa como un conservante natural. Pero, en esta ocasión, al ser más saludable lo mejor es que se conserven en un sitio fresco y comerlas entre las 24 o 48 horas siguientes.

¿Cuánto duran las torrijas en la nevera?

A veces no queda más remedio que hacer una buena cantidad y lo que sobre guardarlo para otra ocasión. Pero, ¿cuánto tiempo pueden estar en la nevera? Lo normal y lo más recomendado es que no pasen más de tres días refrigeradas. Así, evitamos que las torrijas pierdan su frescura y sabor. Para ello, además, deben estar muy bien conservadas, por lo que hay que almacenarlas en un recipiente hermético. Esta forma de mantenerlas evitará que se sequen u absorban olores de otros alimentos de la nevera

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