Espectáculo
“Mobile Suit Zeta Gundam”, secuela que redefinió un género

En marzo de 2025 se cumplen 40 años del estreno de “Mobile Suit Zeta Gundam, una de las obras más influyentes de la franquicia Gundam y del anime en general.
Estrenada originalmente en 1985, esta serie no solo dio continuidad al universo iniciado por “Mobile Suit Gundam” en 1979, sino que elevó la narrativa, la estética y la ambición temática del género mecha.
Dirigida por Yoshiyuki Tomino, creador de la saga, Zeta Gundam consolidó el subgénero del “Real Robot”, al representar a los mechas como armas militares realistas y a sus pilotos como individuos atrapados en conflictos éticos y políticos.
La continuación de una saga bélica
Ambientada en el año UC 0087, ocho años después de los eventos de la serie original, Zeta Gundam se adentra en una nueva etapa del conflicto humano en el espacio.
De la Federación Terrestre, entidad a la que pertenecían los protagonistas de la serie anterior, ha surgido una nueva fuerza opresiva conocida como los Titanes, encargada de aplastar a los disidentes de las colonias espaciales.
Frente a esta fuente de tiranía surge la AEUG (Anti-Earth Union Group), un grupo rebelde que busca justicia para los habitantes del espacio. A través de esta inversión de roles, la serie propone un análisis más complejo de la guerra y la autoridad, alejándose del esquema tradicional de héroes y villanos.
El precio de ser piloto de un Gundam
El protagonista, Kamille Bidan, el joven que se convierte en el piloto de un Gundam Mk-II robado y más tarde al Zeta Gundam, el mobile suit que el mismo diseño. Aquí Kamille representa un nuevo tipo de héroe.
Adolescente, emocional y con arranques impulsivos, Kamille se distancia de la sobriedad de Amuro Ray, protagonista de la primera entrega. A lo largo de la serie, Kamille madura como piloto y como persona, enfrentando la pérdida, el trauma y los dilemas morales que plantea la guerra.
Su evolución refleja uno de los grandes aportes de Zeta Gundam: su capacidad de representar el costo psicológico del conflicto en los individuos.
Uno de los regresos más notables es el de Char Aznable, antiguo antagonista de la serie original, quien aquí adopta la identidad de Quattro Bajeena y lucha del lado de la AEUG. Su transformación y ambigüedad moral enriquecen la historia, y su vínculo con Kamille aporta capas adicionales al relato.
Este arco será clave en el desarrollo posterior de la saga, culminando en “Mobile Suit Gundam: Char’s Counterattack” (1988), una de las películas más importantes de la franquicia.
Logros técnicos y críticas
Técnicamente, la serie supuso un gran salto respecto a su antecesora. Con diseños de personajes de Yoshikazu Yasuhiko y diseño mecánico de Kunio Okawara, Mamoru Nagano y Kazumi Fujita, Zeta Gundam introdujo el MSZ-006 Zeta Gundam, un mecha transformable que se convirtió en ícono del anime.
Además, las batallas, más dinámicas y coreografiadas, y el tono visual más oscuro, sentaron las bases para muchas producciones posteriores.
Sin embargo, la serie no está exenta de críticas. Algunas decisiones narrativas, especialmente relacionadas con personajes infantiles o secundarios, pueden parecer exageradas o poco realistas desde una perspectiva moderna. También se le reprocha que algunos conflictos podrían haberse resuelto con mayor profundidad. Aun así, estos detalles no empañan la calidad general de la obra.
Un tono más oscuro
Uno de los aspectos más recordados de Zeta Gundam es su tono sombrío. La serie marcó un antes y un después por su representación de la muerte, la pérdida y la desesperanza.
Tanto personajes principales como secundarios mueren de manera violenta y repentina, lo que llevó a popularizar el tropo del anime conocido como “Kill ‘Em All”, asociado al estilo narrativo de Tomino.
Aun así, este enfoque, lejos de ser gratuito, refleja la filosofía de la saga: la guerra tiene consecuencias reales y dolorosas, incluso para los protagonistas.
Continuidad en las plataformas
Además, con el auge de las plataformas de streaming, las nuevas generaciones han podido descubrir joyas como esta serie. Por ejemplo, hoy en día, “Mobile Suit Zeta Gundam” se encuentra disponible en servicios como Crunchyroll, Netflix y Amazon Prime Video y forma parte del catálogo esencial para explorar el corazón del universo Gundam.
De todas formas, desde su estreno, “Mobile Suit Zeta Gundam” no solo expandió el universo narrativo de Gundam, sino que ayudó a cimentar a la franquicia como una de las más importantes de la industria japonesa.
La saga ha generado múltiples secuelas, precuelas y líneas temporales alternativas, pero es el Universal Century (UC), donde se inscribe esta serie, el que ha logrado mayor profundidad y continuidad.
En esta cronología, cada historia está conectada con eventos anteriores y posteriores, construyendo un universo coherente que abarca décadas ficticias de conflictos.
Esta son algunas de las series (en orden de continuidad) en las que se puede seguir el desarrollo de la historia principal de “Mobile Suit Zeta Gundam”:
- “Mobile Suit Gundam” (1979): esta serie puede aparecer en las plataformas resumida en tres películas.
- “Mobile Suit Zeta Gundam” (1985) .
- “Mobile Suit Gundam ZZ” (1986) .
- “Mobile Suit Gundam: Char’s Counterattack” (1988): esta entrega de la saga no es una serie, sino una película animada en la que se ve el desenlace de varias subtramas, incluyendo la rivalidad entre Amuro Ray y Char Aznable.
- “Mobile Suit Gundam Unicorn” (2010–2014).
Un legado que permanece 40 años después
En su 40 aniversario, “Mobile Suit Zeta Gundam” sigue siendo una referencia ineludible para cualquier amante del anime. Su legado ha perdurado no solo por su importancia dentro de la continuidad del Universal Century, sino por su capacidad de reflejar las contradicciones humanas en tiempos de crisis.
Su influencia se extiende más allá de Japón, habiendo sido inspiración directa para otras obras mecha como “Neon Genesis Evangelion” o “Code Geass”.
Ya sea por su impacto narrativo, su innovación técnica o su valor histórico, Mobile Suit Zeta Gundam sigue siendo una obra maestra del anime, y un testimonio de cómo una secuela puede redefinir un género y dejar una huella imborrable cuarenta años después de su estreno.