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La defensa del Girona hace aguas
El Girona atraviesa una racha terrible. Ocho partidos sin ganar, clavado en los 34 puntos y con todas las alarmas encendidas. Es cierto que el descenso está todavía relativamente lejos y sobre todo que queda mucho margen de maniobra (además con un calendario no excesivamente complicado) pero nadie las tiene todas en Montilivi. Los paralelismos con el último descenso son evidentes y eso es lo que tratarán de evitar por todos los medios. Y, lo primero que deben de hacer, es cerrar la portería.
Solo el Valencia y los tres equipos en descenso han encajado más que los de Míchel
El Girona atraviesa una racha terrible. Ocho partidos sin ganar, clavado en los 34 puntos y con todas las alarmas encendidas. Es cierto que el descenso está todavía relativamente lejos y sobre todo que queda mucho margen de maniobra (además con un calendario no excesivamente complicado) pero nadie las tiene todas en Montilivi. Los paralelismos con el último descenso son evidentes y eso es lo que tratarán de evitar por todos los medios. Y, lo primero que deben de hacer, es cerrar la portería.
El Girona ha encajado 46 goles en 30 partidos, siendo el quinto peor equipo de la competición en este aspecto. Solo lo supera el Valencia, que arrancó la temporada de la peor forma posible (47) y los tres equipos situados en puestos de descenso: Leganés (46), Las Palmas (51) y Valladolid (69). Unos números que reflejan que el sistema defensivo de los de Míchel se está resintiendo. En los últimos ocho partidos han encajado 17 goles, más de dos por partidos. Y claro, sumar victorias así se complica mucho.
Es evidente que la apuesta del Girona no es la de un equipo que priorice defender o que se caracterice por un estilo defensivo, sino todo lo contrario, pero es evidente también que algo ha cambiado en la manera de defender del equipo. Acostumbrados a tener mucho más balón del que tienen ahora, se han resentido tanto en los tramos de control del rival como sobre todo en las transiciones defensivas. Míchel ha ido haciendo cambios tanto por necesidad como por convencimiento, pero por el momento no ha dado con la tecla.
Al Girona le han penalizado mucho los errores en la salida. Son un equipo que apuesta siempre por salir jugando y cualquier robo en el inicio de la jugada supone una acción muy clara para el rival. Así han encajado más de un gol. Y le ha costado el puesto a David López. Un fijo la temporada pasada y buena parte de esta, acumula cuatro partidos como suplente. Entre él, Blind y Krejci no han aportado la seguridad necesaria. La falta de competencia en los carriles (Miguel solo tiene por detrás a Blind, que juega de central, y Arnau a un Francés que ha jugado muy poco) tampoco ayudan.
La última línea de defensa no es otra que Paulo Gazzaniga, al que no se le puede achacar la culpabilidad de la fragilidad defensiva, pero al que tampoco se puede premiar por la temporada que está haciendo. Está en un nivel correcto, en la línea del equipo, pero se le echan en falta paradas de las que suman puntos.
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