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Hundimiento antológico de los Warriors

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Al margen del partido entre Thunder y Lakers disputado en Oklahoma, en el Chase Center se celebraba el otro partido de la jornada. Uno que podía servir para clarificar el galimatías de la Conferencia Oeste o para complicarlo más. Pero también para ver un duelo de playoffs a pocos días de que comiencen. De hecho, estamos a una semana de que finalice la regular season, que culminará el domingo en horario europeo, con dos turnos de baloncesto y emoción (uno a las 19:00 y otro a las 21:00) en los que se terminarán de decidir las posiciones para la fase final… y para el play in, que todo el mundo quiere evitar pero que alguien tiene que jugar. Hasta entonces, toma y daca constante para todos menos para los mencionados Thunder (con el primer puesto del Oeste asegurado), para los Cavaliers (en la misma situación, pero en el Este) y para los equipos que ya no se juegan nada y que pululan por las pistas de la NBA para pasar el rato mientras piensan en las vacaciones y en el futuro después de meses extenuantes. Es lo que nos encontramos por estas fechas. Eso, y un enorme tedio en el mes de marzo que no hay manera de resolver por muchas opciones e ideas que se le ocurran a según quién. Tras tanto alboroto (con el traspaso de Luka Donic) y tantos eventos (los partidos de París, el All Star) la gente tiene ganas de playoffs. Y a muchos les sobra esta última parte.

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​Lo poco que queda de la dinastía pierde en el peor momento un partido clave contra los Rockets y se queda casi sin opciones de alcanzar a los Lakers. La actuación de Curry, pésima.  

Al margen del partido entre Thunder y Lakers disputado en Oklahoma, en el Chase Center se celebraba el otro partido de la jornada. Uno que podía servir para clarificar el galimatías de la Conferencia Oeste o para complicarlo más. Pero también para ver un duelo de playoffs a pocos días de que comiencen. De hecho, estamos a una semana de que finalice la regular season, que culminará el domingo en horario europeo, con dos turnos de baloncesto y emoción (uno a las 19:00 y otro a las 21:00) en los que se terminarán de decidir las posiciones para la fase final… y para el play in, que todo el mundo quiere evitar pero que alguien tiene que jugar. Hasta entonces, toma y daca constante para todos menos para los mencionados Thunder (con el primer puesto del Oeste asegurado), para los Cavaliers (en la misma situación, pero en el Este) y para los equipos que ya no se juegan nada y que pululan por las pistas de la NBA para pasar el rato mientras piensan en las vacaciones y en el futuro después de meses extenuantes. Es lo que nos encontramos por estas fechas. Eso, y un enorme tedio en el mes de marzo que no hay manera de resolver por muchas opciones e ideas que se le ocurran a según quién. Tras tanto alboroto (con el traspaso de Luka Donic) y tantos eventos (los partidos de París, el All Star) la gente tiene ganas de playoffs. Y a muchos les sobra esta última parte.

Por eso los Warriors han sabido salir muy fortalecidos de todo el embrollo. Ignorando a propios y extraños, se han convertido en un nuevo equipo tras el traspaso de Jimmy Butler y han empezado a acumular una cantidad ingente de victorias que les han llevado del averno a la luz. Cuando parecía que el proyecto estaba caduco tras la salida de Klay Thompson (que se fue a Dallas para jugar con Doncic, vaya) y la llegada de la senectud, parece que lo poco que queda de la última gran dinastía que ha visto la NBA se va a dar un merecido festín. Han conseguido salir incluso de puestos de play in y están en eso, en evitar esa especie de previa en la que fueron eliminados la temporada pasada por los Kings en lo que parecía el final de los finales. Pero no, como grandes campeones que son, han resurgido de sus cenizas como el ave fénix y quieren vivir una última gran aventura. Y ya han avisado a caminantes: recibían en su feudo a los Rockets con cinco victorias consecutivas, las tres últimas ante rivales directos, dos de ellas fuera de casa: ante los Grizzlies en Memphis (con 52 puntos de Stephen Curry), contra los Lakers en Los Ángeles y, en última instancia, frente a los Nuggets. Desde luego, dar por muerto a este equipo es un ejercicio de valentía. Cuidadito con ello.

En la otra cara de la moneda estaba un auténtico equipazo, que es en lo que se han convertido los Rockets en esta temporada con todo merecimiento. Los texanos sumaban, antes de este partido, 14 victorias en los últimos 16 encuentros, lo que les ha permitido tener más ventaja que nadie para el segundo puesto del Oeste. Bajo el manto protector que da el cobijo del ala de Ime Udoka, un buen entrenador a pesar de sus vaivenes personales (el escándalo que protagonizó en Boston no se olvidará fácilmente), la franquicia de Houston ha superado la barrera de las 50 victorias por primera vez desde la 2018-19, con James Harden de mesías. Y jugará playoffs por primera vez desde 2020 en la burbuja de Orlando, donde fueron eliminados en semifinales de Conferencia por los Lakers de LeBron James, con permiso de Rajon Rondo. Nada queda ya de ese proyecto del que se tardaron mucho en recoger las migajas. Tras años perdidos, los Rockets han resurgido con Alperen Sengun como gran héroe, veteranos para apuntalar la dinámica del equipo (Fred VanVleet, campeón en 2019 con los Raptors) y una plantilla física y compensada que ahoga en defensa a sus rivales y no por ello deja de producir puntos. Nadie cree que llegarán muy lejos en playoffs, pero está claro que cualquiera que se enfrente a ellos va a tener que sudar la gota gorda para eliminarles. Y al final, el duelo ante los Warriors era una buena manera de calibrar el estado real del equipo a muy poco para que empiecen los playoffs.

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Los Warriors perdían por 2-1 los enfrentamientos directos de esta temporada ante los Rockets. Y en este último asalto la historia fue también para los texanos, que se impusieron en una gran victoria por 96-106. Y todo ello con un naufragio total y absoluto de un Stephen Curry que se quedó en 3 puntos, con 1 de 10 en tiros de campo y 1 de 8 en triples, en la que fue la definición perfecta de la noche aciaga de los locales. Gary Payton anotó 16 tantos, Buddy Hield 20, Brandin Podziemski 19 y Jimmy Butler 13, pero el esfuerzo fue insuficiente para inclinar la balanza ante unos Rockets espectaculares. Los texanos contaron con 24 puntos de Dillon Brooks (10 de 13 en tiros de campo, 3 de 4 en triples), 14 de Amen Thompson (con 6 rebotes y 6 asistencias), 19 de Alperen Sengun (con 14 rechaces, 7 de ellos ofensivos), 21 de Jalen Green y 16 de Jabari Smith, este último desde el banquillo. Llegaron a ganar de 16, transformaron hasta 26 puntos en transición y mostraron un nivel físico muy superior al de un rival que fue un mero títere en manos de unos Rockets que siguen ampliando su genial racha y ganan un duelo que bien se podía dar en estos playoffs. Algo muy a tener en cuenta, ya que están a la vuelta de la esquina. Vivir para ver.

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