Migración
Discurso Presidente Abinader donde anuncia 15 medidas para enfrentar la migración ilegal
Discurso Presidente Abinader donde anuncia 15 medidas para enfrentar la migración ilegal
6 de Abril 2025 | 19:05
DISCURSO INTEGRO: DOC-20250406-WA0156.
Querido pueblo dominicano:
Nos ha tocado vivir tiempos que ponen a prueba nuestro carácter. En estos casi cinco
años hemos enfrentado todo tipo de desafíos; pero, actuando con responsabilidad,
hemos sabido estar a la altura en cada momento.
Reconozco que muchos están preocupados por la amenaza que representa Haití.
Preocupados por la migración irregular que provoca. Preocupados por la carga que esto
representa para nuestros hospitales, nuestras escuelas; los riesgos para nuestra
seguridad y el peso sobre nuestra economía.
Yo también comparto su preocupación.
Porque sabemos lo que sucede más allá de nuestra frontera. Sabemos que Haití atraviesa
la hora más oscura de su historia, por múltiples crisis. Una crisis de seguridad, por las
bandas criminales que controlan su territorio; una crisis medioambiental, por la
deforestación y la falta de agua; una crisis económica, por la falta de medios de
producción; una crisis política, por la ausencia de institucionalidad democrática, y la peor
de las crisis, la crisis de abandono, causada por la actitud irresponsable de la comunidad
internacional que ha dejado a Haití librada a su propia suerte. Ninguna de esas crisis la
causamos nosotros, pero todas tienen consecuencias que sí nos afectan.
Durante demasiado tiempo, las advertencias fueron ignoradas. La frontera se mantuvo
vulnerable. Las leyes no se hicieron cumplir. Se permitió que el problema creciera sin
respuestas, sin soluciones, sin liderazgo.
Eso terminó conmigo. Porque liderar es asumir el costo de hacer lo correcto cuando es
más fácil mirar hacia otro lado.
¡Ningún gobierno había actuado con la responsabilidad firme con la que estamos
actuando hoy!
Nuestra frontera está más vigilada que nunca, porque mantenemos a miles de soldados
en vigilancia permanente; porque estamos construyendo el muro que muchos otros ni
siquiera se atrevieron a prometer; porque mantenemos operativos continuos para
repatriar a miles de indocumentados y levantamos nuestra voz en todos los foros
internacionales para exigirle acción a la comunidad internacional. Nunca accedí a la
presión de detener las deportaciones de parte de organismos internacionales y
gobiernos. Fui el único presidente que no firmó el tratado migratorio presentado en la
Cumbre de las Américas del 2022. Aumentamos en un 30 % el número de militares en la
frontera y les triplicamos el salario. Compramos blindados, vehículos y equipamientos
como no se realizaba en décadas. Nuestra nación está actuando con más
responsabilidad que nunca ante un problema que parece de imposible solución. Una
tormenta perfecta en una isla compartida por el país más pobre del hemisferio
occidental con su gobierno colapsado y nosotros, el país de mayor crecimiento
económico en las Américas.
Pero ante esa tormenta, la República Dominicana no se rendirá ni se arrodillará.
Hoy nos convoca un deber ineludible, un desafío que no elegimos, pero que debemos
enfrentar con valentía y con determinación: el desafío de un desplazamiento migratorio
irregular de un pueblo que tiene sus calles tomadas por la violencia, abandonado a la
desesperanza, donde el orden ha sucumbido frente el caos.
No podemos ignorarlo. No podemos fingir que no nos afecta. Pero tampoco podemos
permitir que el desorden y la inseguridad traspasen nuestras fronteras.
Nuestra nación tiene derecho a su paz. Nuestra gente tiene derecho a su seguridad.
Nuestra soberanía no es negociable.
Por eso, hoy anuncio un conjunto de 15 medidas firmes, claras, para algunos dolorosas,
pero necesarias para proteger nuestro país y garantizar el respeto a nuestras leyes.
A partir de este momento,
(1) se ampliará la capacidad de supervisión de las tres
brigadas fronterizas actuales en seis áreas operativas bajo la supervisión, cada una, de un
oficial superior; además,
(2) reforzaremos la vigilancia fronteriza con mil quinientos
soldados adicionales que se suman a los nueve mil quinientos que ya prestan servicio en
la frontera. Esto enviará un mensaje claro e innegociable: Las bandas criminales haitianas
no encontrarán refugio en nuestra tierra. La violencia que destruye a Haití no cruzará a la
República Dominicana.
Aceleraremos la construcción del muro fronterizo:
(3) El ministro de Defensa tiene la
instrucción de iniciar inmediatamente la licitación para construir 13 kilómetros
adicionales a los 54 kilómetros de muro ya construidos. Así fortaleceremos nuestra
capacidad de respuesta ante cualquier amenaza que intente cruzar a nuestra tierra.
Quien facilite el tráfico irregular de personas, deberá enfrentar las consecuencias. Y
queremos que estas consecuencias sean las más drásticas. Por eso, hemos incluido en el
anteproyecto de reforma del Código Laboral que se discute en el Congreso mecanismos
de supervisión y de sanciones que harán más costoso para los empleadores incumplir
con la ley;
(4) además, estaremos depositando la próxima semana en el Congreso
Nacional un anteproyecto de reforma del marco legal migratorio existente, que debe ser
conocido con carácter de urgencia, para el endurecimiento de las sanciones en los
siguientes casos: funcionarios gubernamentales, civiles y militares que faciliten o
participen en el ingreso de inmigrantes indocumentados, y a organizaciones o individuos
reincidentes en el tráfico de personas en condición de ilegalidad; además,
propondremos establecer sanciones duras para casos no previstos en la legislación
actual, tal como: propietarios de viviendas o locales comerciales que alquilen sus
inmuebles a personas con estatus migratorio irregular.
Como saben, desde hace casi dos años no emitimos visas desde nuestros consulados en
Haití, porque están cerrados desde el 2023. El problema es la entrada irregular; por eso,
tenemos que ser firmes; recomendamos a aquellos que se encuentren en nuestro
territorio en condición irregular que deberán marcharse voluntariamente o serán
buscados y repatriados. Con este fin, (5) estamos incorporando setecientos cincuenta
nuevos agentes migratorios y (6) continuaremos con la instalación de oficinas de control
migratorio en todas las provincias, para ampliar la capacidad operativa de la Dirección
General de Migración.
Sabemos que para muchos la frontera es una oportunidad para el comercio. La apertura
de los mercados binacionales ha sido, por años, un puente para el comercio; pero
también ha permitido que algunos crucen no para intercambiar bienes, sino con la
intención de quedarse en nuestro territorio al margen de la ley. Es hora de fortalecer las
reglas que rigen estos intercambios, garantizando que el comercio siga fluyendo, pero
con el orden y la seguridad que nuestra soberanía exige. (7) Modificaremos el reglamento
de operación de los mercados para asegurarnos de que sea una puerta abierta al
comercio, pero no para la migración irregular.
Seremos justos, pero también firmes.
La ley solo tiene valor cuando se hace cumplir. Es evidente que para enfrentar el desafío
migratorio no bastan solo los controles fronterizos, también debemos arrancar de raíz los
delitos que lo alimentan. Para garantizar la investigación y persecución que conduzcan a
condenas ejemplarizantes de todos los delitos y explotación vinculada a la migración
irregular (8) sugeriremos a la Procuraduría General de la República crear la Procuraduría
Especializada en Asuntos Migratorios.
Este es un problema que requiere de la cooperación de todos. Por eso (9) solicitaremos
la colaboración de los Gobiernos locales para ampliar la eficiencia de las repatriaciones
en todo el territorio nacional. También estoy instruyendo en (10) la creación de un
Observatorio Ciudadano sobre el Funcionamiento de la Política Migratoria, para
supervisar cumplimiento y proponer correctivos desde la sociedad civil. Este
observatorio, que operará con absoluta autonomía e independencia, será coordinado
por el periodista Miguel Franjul.
Los dominicanos tienen derecho a recibir atención médica sin que se les desplace. No
podemos seguir practicando una liberalidad que compromete nuestros recursos. Para
controlar la afluencia a los hospitales públicos de personas en condición migratoria
irregular (11) estableceremos un protocolo, que deberá estar listo para su aplicación el
lunes 21 de abril, donde se obligue al personal de los hospitales del SNS a exigir los
siguientes requisitos: una identificación, carta de trabajo en el país y prueba domiciliaria;
además, se acordará una tarifa para todos los servicios brindados. En el caso de no
cumplir con ninguno de estos requisitos el paciente será atendido y, una vez
recuperado, repatriado inmediatamente. Se establecerá un agente migratorio en cada
hospital para garantizar el cumplimiento de este protocolo.
Los derechos de los dominicanos no serán desplazados. Nuestra identidad no será
diluida. Nuestra generosidad no será aprovechada. Aquí la solidaridad tiene límites.
Nuestra economía crece y es un ejemplo para la región, pero el desarrollo de nuesta
nación no puede depender de la ilegalidad y la falta de control. Es momento de ordenar,
con determinación, la presencia de trabajadores indocumentados en sectores que
impulsan nuestra economía.
Para lograrlo, (12) comenzaremos por estudiar nuestra
normativa migratoria ante la situación actual de Haití. Hemos decidido nombrar al doctor
Milton Ray Guevara como coordinador de una comisión que ejecutará esta tarea.
La preocupación por la pérdida de empleos para nuestros ciudadanos que genera la
migración irregular no puede ser ignorada ni minimizada.
Por eso (13) impulsaremos
ahora, en la discusión salarial tripartita, la dominicanización del empleo promoviendo un
aumento de un 25 % en las zonas francas y de un 30 % en el sector turístico. Porque
cuando el trabajo se valora y se paga bien atrae a la gente.
El progreso no debe ser un dilema entre recibir ayuda o ganar un salario, sino la
posibilidad de una vida mejor recibiendo los dos. Para ello, (14) garantizaremos que los
beneficiarios del programa Supérate puedan incorporarse al trabajo en el sector
construcción y agrícola, sin perder su apoyo.
Por demasiado tiempo, la agricultura y la construcción han dependido de la mano de
obra ilegal. La producción del campo y la construcción de nuestras ciudades no pueden
seguir dependiendo solamente del trabajo manual que incentiva la migración irregular.
Debemos continuar cambiando esa realidad, acelerando el proceso de mecanización
agrícola e incorporando técnicas de construcción de baja intensidad de uso de mano de
obra. (15) El fondo administrado por el Banco Nacional de Desarrollo y Exportaciones
(Bandex), creado en este gobierno para estos fines, y que ha prestado dos mil
ochocientos millones hasta ahora, será ampliado para facilitar a las asociaciones y
cooperativas de productores los recursos de su transformación tecnológica. El sector
privado de la construcción y el agrícola deben pactar con el Gobierno su industrialización
y mecanización, en un período prudente de tiempo.
Al pueblo dominicano le digo: sí, entendemos su preocupación, porque es nuestra
preocupación también. Estamos ocupándonos con incansable perseverancia, y lo
haremos hasta el final.
A la comunidad internacional le decimos: cumplan con su deber. Haití necesita ayuda,
porque la República Dominicana no puede ni debe cargar con una crisis que no le
pertenece.
Habrá quienes nos critiquen. Habrá quienes nos exijan cargar con una crisis que no
hemos creado. A ellos les decimos: ya cargamos demasiado, pero nunca sacrificando la
seguridad, la estabilidad y el bienestar del pueblo dominicano.
Esta es la hora de la determinación. Esta es la hora de la unidad. Porque ninguna nación
puede resolver sus problemas dividida, y ningún desafío encuentra solución en la
indiferencia. El problema migratorio exige algo más que críticas sin propuestas; demanda
colaboración, responsabilidad y acción. Por eso propongo que todos -políticos,
empresarios y sociedad civil- fortalezcamos el Pacto Nacional para la Formulación y
Ejecución de Políticas de Estado ante la Situación de Haití firmado en el Palacio Nacional
en el 2023. Con este Pacto buscamos poner orden donde por decadas existió desorden,
un Pacto para garantizar soluciones sin ceder soberanía, un Pacto para hacer cumplir la
ley con firmeza y justicia. Colaboremos todos, porque la historia nos juzgará no por lo
que critiquemos, sino por lo que fuimos capaces de construir juntos.
Los pueblos que resuelven sus problemas son aquellos que se mantienen unidos, con
principios claros y el coraje de defenderlos. Nuestra causa es justa. Nuestra decisión es
firme. Nuestra determinación es inquebrantable.
A todo el pueblo dominicano le digo: confiemos en nuestra fuerza, en nuestra unidad, en
nuestro derecho a decidir nuestro destino.
Porque esta nación ha defendido su identidad y seguridad antes. Y la defenderemos de
nuevo. Y la defenderemos siempre. Y lo haremos con la cabeza en alto, con la ley en la
mano y con el corazón en la patria.
Que Dios bendiga a la República Dominicana.