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Dovbyk impone su ley
Adaptarse a la Serie A siempre ha sido un reto complicado para los delanteros, y Artem Dovbyk no fue una excepción. El ucraniano llegó cargado de expectativas, inevitables para un jugador que fue Pichichi de LaLiga dejando atrás a Bellingham, Lewandowski, Griezmann y Vinicius. El comienzo, sin embargo, no fue fácil, como el de toda la Roma, que cambió tres entrenadores y llegó incluso a temer que le tocaba luchar por la salvación.
El ex del Girona está siendo clave en el renacimiento de la Roma: sus goles valieron al menos 15 puntos. Ranieri, encantado: “Y todavía no hemos visto su mejor versión…”.
Adaptarse a la Serie A siempre ha sido un reto complicado para los delanteros, y Artem Dovbyk no fue una excepción. El ucraniano llegó cargado de expectativas, inevitables para un jugador que fue Pichichi de LaLiga dejando atrás a Bellingham, Lewandowski, Griezmann y Vinicius. El comienzo, sin embargo, no fue fácil, como el de toda la Roma, que cambió tres entrenadores y llegó incluso a temer que le tocaba luchar por la salvación.
El ex del Girona anotó cuatro goles en sus primeras 14 apariciones en el Calcio, las de la crisis giallorossa que terminó con la llegada de Claudio Ranieri.
Gracias a ’Sir Claudio‘, los capitalinos han resurgido y presumen del mejor rendimiento de las cinco grandes ligas desde 2025: encadenan en este momento una racha de siete victorias consecutivas y vuelven a soñar con clasificarse para la Champions. Y Dovbyk explotó con el resto del equipo: anotó siete goles en los últimos 12 partidos, y su puntería tuvo un peso enorme.
De los 52 puntos que la Roma ha conquistado hasta ahora, al menos 15 llegaron gracias a los tantos del ex del Girona. Las victorias contra Udinese (1-2), Como (2-1), Cagliari (1-0), Lecce (1-0), los empates contra Genoa (1-1), Monza (1-1) y Bolonia (2-2). A estos encuentros se podrían sumar las victorias contra Udinese (3-0) y Genoa (3-1), en las que Dovbyk tuvo el papel fundamental de abrelatas.
Las dificultades del comienzo son un recuerdo para él y para todo el equipo, que le arropa y cree en su potencial. Ranieri le defiende en cada rueda de prensa: “Todavía no hemos visto al verdadero Artem. Le tenemos que buscar más en la profundidad, como a él le gusta. Le pedí al equipo entender eso”. Además, el técnico recordó que, con su familia en Ucrania, el jugador vive un momento personal muy complejo: “Debemos pensar siempre que este chico, cada mañana, se levanta pensando en sus seres queridos sin saber si están vivos o no. No podemos ni imaginar lo que pasa por su cabeza. Necesita también nuestro cariño”.
Un cariño que el ariete, tras la victoria ante el Lecce (llegada gracias a su gol), afirmó sentir: “Todos me apoyan, y yo intento darlo todo para ayudar al equipo. Lo reconozco, no ha sido sencillo al principio, seguimos trabajando y ahora las cosas llegan…”. Tiene razón: los goles no mienten. En todo el curso suma 16 (dos en la Europa League, tres en la Copa italiana) y, además, desde el año 2000 es el único, junto con Abraham y Borja Mayoral, que logró anotar al menos 10 en su primer campeonato de Serie A con los romanisti. Ranieri tiene razones para creer en él.
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