Cine
Es la actriz más reconocida de la historia del cine, pero debutó hace 48 años en un olvidado drama sobre hockey. ¿La reconoces?

A los veinte años, durante la universidad, la muy popular Mary Louise Streep («Meryl» para los amigos) se subió a un escenario para interpretar La señorita Julia. Era 1969, y algo imparable despertó en su interior. Dos años después conseguía su título cum laude en interpretación, y en 1975 s…
Artículo original publicado en SensaCine
En 1977 nadie imaginaba que acabaría nominada a 21 Óscars
A los veinte años, durante la universidad, la muy popular Mary Louise Streep («Meryl» para los amigos) se subió a un escenario para interpretar La señorita Julia. Era 1969, y algo imparable despertó en su interior. Dos años después conseguía su título cum laude en interpretación, y en 1975 su máster en Yale. Así consiguió lo que quería: ser una actriz de teatro y musicales. ¿Cómo? ¿Cine? Eso no llegaría hasta que el año siguiente vio a Robert De Niro en Taxi Driver y pensó «Esto es exactamente lo que quiero hacer». Y vaya que si lo hizo.
La primera vez que Meryl Streep salió por televisión lo hizo, paradójicamente, como actriz de teatro, interpretando Secret Service dentro del programa Great Perfomances, que filmaba obras de teatro para la cadena pública estadounidense. Eso fue en enero de 1977. En febrero, sin embargo, llegaría su momento de debut oficial en la película Juego Mortal, un telefilm en el que interpretaba a la esposa de un jugador de hockey acusado de matar a un rival durante un partido por culpa de su juego agresivo.
En su momento la película gustó bastante, pero no fue el salto a la fama de Streep. De hecho, muchos se equivocan y creen que su debut fue en la película donde realmente empezó a ser conocida: Julia, que se estrenó en octubre de ese mismo año y en la que tenía una pequeña escena en un flashback junto a Jane Fonda. Salió de aquella película odiando el negocio: se equivocó en sus diálogos, aborreció la peluca que le pusieron, solo quiso dejar el cine para siempre y centrarse en el teatro. ¡Imaginad lo que nos habríamos perdido!
Por suerte para todos, el año siguiente fue el propio Robert De Niro, por el que entró en el negocio, el que la vio en un escenario e insistió en contratarla para una pequeña película llamada El Cazador. El resto os lo sabéis perfectamente: fue su primera nominación al Óscar (lo ganaría el año siguiente, por Kramer contra Kramer) y un gigantesco paso adelante para convertirse en una de las actrices más queridas del mundo. ¡No es poco para alguien que quiso marcharse corriendo de las cámaras sin mirar atrás!