Baloncesto
Los Pistons son la historia del año
Los Cavaliers perdieron cinco partidos en los 66 primeros de la temporada (56-10) y ahora han perdido cinco de los ocho últimos que han jugado. Están 59-15, a la caza de una victoria 60 que se les resiste y que les pondría en esa cifra por primera vez desde 2010, justo antes de la fuga de LeBron James a Miami. Lo bueno para los de Ohio es que tienen cuatro partidos y medio de ventaja sobre unos Celtics que llegan (54-19) a toda máquina, y solo les quedan ocho por jugar. El primer puesto del Este parece a salvo, ahora que ven lejos ya a los Thunder (61-12) por el de la NBA completa, si bien tienen que fijarse en cómo los Celtics parecen estar afinando la puesta a punto justo cuando se acercan los playoffs, la hora de la verdad, mientras que ellos tienen aspecto de equipo cansado. Crujido por los vaivenes del curso y el esfuerzo de hacerlo, eso que vaya por delante, tan estupendamente bien.
Minutos formidables y sufrimiento final en la victoria, sin Cade Cunningham, contra el mejor equipo del Este. Los Pistons han triplicado ya sus victorias.
Los Cavaliers perdieron cinco partidos en los 66 primeros de la temporada (56-10) y ahora han perdido cinco de los ocho últimos que han jugado. Están 59-15, a la caza de una victoria 60 que se les resiste y que les pondría en esa cifra por primera vez desde 2010, justo antes de la fuga de LeBron James a Miami. Lo bueno para los de Ohio es que tienen cuatro partidos y medio de ventaja sobre unos Celtics que llegan (54-19) a toda máquina, y solo les quedan ocho por jugar. El primer puesto del Este parece a salvo, ahora que ven lejos ya a los Thunder (61-12) por el de la NBA completa, si bien tienen que fijarse en cómo los Celtics parecen estar afinando la puesta a punto justo cuando se acercan los playoffs, la hora de la verdad, mientras que ellos tienen aspecto de equipo cansado. Crujido por los vaivenes del curso y el esfuerzo de hacerlo, eso que vaya por delante, tan estupendamente bien.
Pasar por Detroit es como la prueba del algodón. Los Pistons van al máximo de energía siempre, en todos los cuartos de todos los partidos. El que no iguala esa vibración contra ellos, pierde. Y los Cavs perdieron (133-122). La diferencia de piernas fue escandalosa. Los Pistons, lanzados, habían tenido dos días de descanso en su casa. Los Cavs estaban en el tercer partido en cuatro noches y no juegan dos seguidos en la misma ciudad desde hace casi cinco semanas. Más les vale que esta bajada de ritmo sea pasajera, la gestión de este final del calendario, o las cosas se pondrán difíciles en las eliminatorias. Como mínimo, y muy muy difíciles, cuando asomen los Celtics.
Los Cavs fueron zarandeados en el tercer cuarto y perdían 108-89 a falta de nueve minutos para el final. Su reacción, cuando todo parecía listo, habla bien de ellos. Siguen siendo un equipo mejor que la mayoría, incluso en este momento en el que no están con la versión prime. A falta de 3:31 el partido estaba 119-117 básicamente por el empeño de Donovan Mitchell, que anotó 22 de sus 38 puntos en el último parcial. La pena es que ahí no acompañó un Darius Garland (21 puntos, 6 asistencias) que había tirado del carro en la primera parte. Y que Jarrett Allen y Evan Mobley jugaron un partido fantasmal, impropio. Los Pistons cerraron la victoria con un 12-1, su público enfervorecido con el robo de balón y mate, para sellar la noche, de un Ausar Thompson que está literalmente en todas las partes de la pista (18 puntos, 10 rebotes, 4 tapones).
Si los Cavs quedan pendientes de revisión, a ver cómo evolucionan en estas últimas semanas de fase regular, los Pistons están en estado de gracia y en uno de esos tramos de efervescencia en los que los parece que estarían encantados si nada más acabar un partido tuvieran que jugar otro. Y después, otro más. No tenían a Cade Cunningham ni a Tobias Harris, pero no importó: el que aparece, hace lo que le toca. La defensa tiene momentos apabullantes y un colectivo en formato jauría ganan todo las batallas (pequeñas y grandes) que marcan la temperatura de los partidos: rebotes, segundas oportunidades, transición… hasta tiraron mejor de tres que unos Cavs en de serie B.
Sin Cade ni Harris, aparecieron Dennis Schröeder (17 puntos, 7 rebotes, 10 asistencias), otra vez excelente después de esas semanas de opaca depresión en los Warriors. Un gran fichaje invernal. Y Tim Hardaway Jr, que jugó su particular partido del año (32 puntos, 7/11 en triples) e hizo duelo de fusiles con Malik Beasley (19 puntos). El resto fue la energía de Jalen Duren, el citado Thompson, Isiaih Stewart y un Ronald Holland II que parece que está poniendo su tiro en suspensión en un punto mucho más prometedor que el de principio de temporada. Con eso, hará carrera NBA.
J.B. Bickerstaff fue despedido por los Cavs y se hizo cargo de unos Pistons que despidieron a Monty Williams, que había hecho un trabajo tenebroso el pasado curso. Ahora, Bickerstaff (al que pareció que le cargaban más muertos de la cuenta en Ohio) aspira a ser Entrenador del Año con un equipo que juega con un compromiso contagioso, feliz. Y que va a jugar playoffs sin pasar por el play in: está 42-32 y ya es, con ocho partidos todavía por jugar, el primer equipo de la historia que triplica su número de victorias entre una temporada y otra, de 14 a 42. Una de las historias del año en la NBA, sin duda.
Si el curso pasado fue uno de los peores equipos de siempre, una miseria insoportable, ahora todo es diferente en la MoTown. Mejor. Esta será su primera temporada con balance ganador (ahora 56,8% de victorias) desde 2016 después de cinco en las que ni rascaron 25 partidos. Que se dice pronto. Están a tres de los 45 triunfos que no alcanzan desde 2008, que fue también el año de su última victoria en playoffs (perdieron 4-2 contra los Celtics en la final del Este: desde entonces, tres eliminaciones por 4-0). En este partido rompieron una racha de doce derrotas seguidas contra los Cavs, en la misma temporada en la que han acabado con casi todas sus maldiciones: dieciséis seguidas contra los Knicks, doce contra los Celtics, diez contra los Clippers… también han ganado 21 partidos ya a domicilio, su techo desde, otra vez, 2008. Unos buenos tiempos que están regresando, y bien que hay que celebrarlo, a Detroit. Una ciudad que no es una cualquiera en la historia de la NBA.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí