No es nada fácil ser un actor popular entre el público, con gran reputación entre los críticos, haber trabajado en muchos rodajes a lo largo de toda una vida y, además, en diferentes disciplinas. Hay muy pocos intérpretes que encajen en esta descripción y José Luis López Vázquez es uno de ellos.
La carrera del madrileño se extiende hasta los 262 títulos como actor, pero intervino también en proyectos trabajando desde otros departamentos, como escenografía, vestuario o producción. Eso sin contar con que también se dedicó al teatro y a spots publicitarios. En otras palabras, Vázquez fue un actor todoterreno que consiguió una hazaña al alcance de muy pocos.
RTVE
Vázquez era el hijo de una modista y un funcionario público que nació en Madrid en 1922. Curiosamente, su carrera comenzó a destacar con trabajos como diseñador de vestuario y escenógrafo, a los que se dedicó durante la década de los 50 y 60 a eso, pero lo combinaba con su faceta como actor, con la que debutó a los 24 años en el teatro. Cinco años después saltó al cine y, poquito a poco y con mucho trabajo, llegó a la impresionante cifra de 262 películas en su haber.
«Hubo un año, fue en 1967, en el que hizo diez películas», declaró su hijo José Luis en un documental estrenado en RTVE Play. Como declaró Félix Cábez, comisario de la exposición dedicada a la figura del actor que se celebró en la Casa de la Cultura de Collado Villalba en 2023:
Creo que pocos actores hay con la carrera tan larga, tan extensa y tan compleja como la de López Vázquez. Desde luego en España ninguno y yo no sé si en el mundo habrá habido alguno equivalente
«Hizo 262 películas, que se dice rápido. Teatro muchísimo, televisión también, publicidad, etc. Y la faceta personal no era demasiado conocida. Es un personaje de una época, que son los años 40 y 50, en el que la privacidad de una figura tan conocida era posible tenerla al margen de la fama», continúa en la entrevista con El Confidencial.
Entre sus trabajos, cintas tan reputadas internacionalmente como Mi querida señorita, dirigida por Jaime de Armiñán que estuvo nominada al Oscar en la categoría de Mejor película de habla no inglesa. La estatuilla fue a parar a Buñuel por El discreto encanto de la burguesía, pero la cinta de Armiñán influyó en Sidney Pollack y se dice que le sirvió de inspiración para Tootsie, con Dustin Hoffman. Años antes también optó al premio por Plácido, cinta rodada en 1961 que nació de su colaboración con Luis García Berlanga. De nuevo, se quedó con las ganas de subir al escenario.
Lo que sí recibió fueron reconocimientos como el Goya de Honor (2004), el Premio Nacional de Teatro (2002), la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (1997), y la Medalla de Oro de Bellas Artes (1985). Marco Ferreri, Luis García Berlanga, Carlos Saura, José Antonio Nieves Conde, José María Forqué, Mario Camus o George Cukor. El actor trabajó con los directores más grandes y tuvo tiempo para convertirse, además, en una figura cercana para el público.
