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Khalida Popal: “Después de tres años de lucha, la FIFA nos ha escuchado”
La participación oficial de la selección femenina de Afganistán cada día está más cerca de volver a ser una realidad. Después de tres años de empuje, la FIFA ha accedido a escuchar y colaborar con la situación del fútbol femenino afgano, una vez los talibanes lo eliminaran en 2021 tras su llegada al poder. Una noticia festejada por su principal valedora: Khalida Popal (Kabul, 1987). Ya que la fundadora y primera capitana de la selección asiática es toda una referencia a nivel mundial en dar voz a los derechos de las mujeres. Con motivo de la ‘Women’s Football Week’, organizada en Bilbao, la exjugadora exiliada en Dinamarca repasa con AS sus dificultades para practicar el deporte que ama, el actual conflicto que vive su país o la situación de las mujeres refugiadas por Europa que utilizan el balón como herramienta de escape.
Khalida Popal, la excapitana de la primera selección de Afganistán, celebra con AS el anuncio de la FIFA por apoyar al equipo femenino de su país.
La participación oficial de la selección femenina de Afganistán cada día está más cerca de volver a ser una realidad. Después de tres años de empuje, la FIFA ha accedido a escuchar y colaborar con la situación del fútbol femenino afgano, una vez los talibanes lo eliminaran en 2021 tras su llegada al poder. Una noticia festejada por su principal valedora: Khalida Popal (Kabul, 1987). Ya que la fundadora y primera capitana de la selección asiática es toda una referencia a nivel mundial en dar voz a los derechos de las mujeres. Con motivo de la ‘Women’s Football Week’, organizada en Bilbao, la exjugadora exiliada en Dinamarca repasa con AS sus dificultades para practicar el deporte que ama, el actual conflicto que vive su país o la situación de las mujeres refugiadas por Europa que utilizan el balón como herramienta de escape.
Hace varias semanas conoció Lezama en una visita institucional. ¿Qué impresiones le dejó el club rojiblanco?
Ha sido muy gratificante para mí conocer su historia y su filosofía. A lo largo del tiempo, el club ha sido uno de los mejores socios del fútbol femenino en general y especialmente en Europa. Me han fascinado todas las facilidades que les dan a las jugadoras. Les tratan de una manera muy profesional.
Ya habrá podido comprobar de primera mano que Bilbao es una ciudad muy futbolera.
Ya he podido ver mi mural por ahí (ríe). Eso habla de lo que es la ciudad. No es solo fútbol. Si tu vas a otros países, donde ellos mismos se denominan países de fútbol, la cultura no corresponde con esos valores, porque no respetan ni aprecian la parte social. En Bilbao, sin embargo, disfruto de la responsabilidad social que tiene la sociedad y cómo el fútbol conecta a las personas. Eso es lo que más me gusta de la ciudad. Estoy muy contenta de tener aquí mi propio mural, por lo que puedo decir que estoy como en casa.
“El Athletic ha sido uno de los mejores socios del fútbol femenino en Europa”
Khalida Popal
En España el fútbol femenino está en pleno auge y tiene grandes referentes como Alexia Putellas o Aitana Bonmatí. ¿Hay alguna jugadora española que le inspire especialmente?
Sí, hay bastantes. No me gustaría quedarme con nombres específicos sino con el nivel colectivo. Durante el Mundial vimos que toda la selección tuvo un papel fundamental para llevarse el trofeo. Me encanta el fútbol español y me encanta cómo juega la selección. Tienen una manera asombrosa de jugar y personalmente les apoyé mucho en el Mundial. Son atletas pero también unos grandes referentes. Hay muchas jugadoras que me gustan, pero me quedo con Aitana Bonmatí.
Hoy en día miles de niños y niñas persiguen un sueño que usted también tuvo. ¿De dónde le vino esa pasión por el fútbol?
Mi pasión por el fútbol viene de las calles de Kabul. Crecí jugando al fútbol con los demás niños. Cuando empecé a disfrutarlo y a tener un sentimiento de pertenencia con este deporte, me tocó enfrentarme a la justicia. Desde ese momento mi pasión cambió.
En casa tuvo a dos grandes ejemplos como su madre y su abuelo. ¿En qué le ayudaron de pequeña?
Es muy pero que muy importante tener el apoyo de la familia para que los jugadores sigan intentándolo en nuestras culturas. Especialmente si estamos hablando de refugiados, migrantes u otras personas provenientes de diferentes culturas. Los padres son muy importantes en el desarrollo de las jugadoras. Tú te conviertes en jugadora por el apoyo que recibes y eso es lo que yo tenía. Mi madre y mi abuelo significan mucho para mí porque ellos me hablan acerca de la vida, la responsabilidad y cómo podía usar mis talentos como el fútbol y el discurso para devolver la pasión a mi comunidad. Ese es el objetivo principal de mi vida. Hoy en día soy quien soy, tanto por el apoyo que recibí en mi casa como por el que recibí de la gente de fuera.
¿Qué papel cree que juega el fútbol en la lucha por los derechos de las mujeres en sociedades donde estos son limitados?
El fútbol es una poderosa herramienta para conseguir cambios en la sociedad. Tenemos muchos casos. Cuando vuelvo a España y me preguntáis sobre la situación de la selección femenina de Afganistán, eso da pie a una importante conversación sobre la seguridad del deporte o la seguridad de las mujeres jóvenes e incluso los hombres. Estas son las plataformas que podemos utilizar para generar cambios, no solo en el deporte, también en otros ámbitos. El fútbol tiene un gran poder para conectar a las comunidades.
Fue una de las pioneras en la creación de la selección femenina de Afganistán. ¿Cuáles fueron los mayores obstáculos?
Ha sido uno de los procesos más duros y difíciles que recuerdo. Porque no empieza como un movimiento para jugar juntas al fútbol, sino un movimiento para hacer justicia. Nos enfrentamos a múltiples amenazas simplemente por el hecho de querer jugar al fútbol siendo mujeres. Nos decían que no deberíamos estar practicando ningún deporte. No nos permitían ni jugar, ni pisar un terreno de juego. Debíamos estar al servicio de la sociedad. Tuvimos que pagar un peaje para seguir jugando al fútbol.
“El fútbol y el deporte nos dan paz”
Khalida Popal
Aunque su labor no solo se limitaba al terreno de juego. Incluso formó parte de la directiva en la federación afgana de fútbol.
Fue un gran logro para mí. Hice historia siendo la primera mujer que trabajaba en la federación como directiva. Además, siendo una de las más jóvenes. Trabajé junto con unos hombres que no creían que las mujeres debían tener voz en estos puestos. No solo fue un gran hito para mí, sino que sirvió para abrir más puertas y servir de inspiración a otras mujeres. Sobre todo para las jóvenes. Se demostró que se pueden superar los límites y tener un papel importante en la sociedad. Utilicé esa experiencia para probarme y decir que puedo hacerlo. Fue una batalla continua, pero me alegro de haber abierto esas puertas. Cuando entré era la única mujer, y cuando salí ya no lo era. Ese es el mayor logro de mi carrera.
A lo largo de los años ha recibido amenazas y ha tenido que abandonar su país rumbo a Dinamarca. ¿Qué le hizo tomar esta decisión?
No me sentía segura en Afganistán. Por culpa de mi activismo, la vida de mi familia estaba en peligro. No podía poner a ellos en riesgo, como tampoco podía poner en riesgo mi voz. Era muy importante seguir con mi activismo para enseñar a las mujeres jóvenes el valor de la resistencia. Podría servirles como inspiración y no quise perder esa voz. Así que decidí dejar el país y darle más visibilidad desde la distancia.
En Dinamarca, varias lesiones de rodilla le han obligado a abandonar su carrera como futbolista y centrarse en otros proyectos como el ‘Girl Power Organisation’. ¿En qué consiste esta organización?
Desafortunadamente, la vida deportiva de muchos atletas, especialmente mujeres, se ve frenada por lesiones de rodilla. Por lo que padezco de todos los futbolistas que sufren operaciones de este calado. Yo he tenido que pasar por cuatro intervenciones en la misma rodilla a lo largo de mi carrera. No quería que ese tipo de recuperaciones me quitaran de mi misión, así que teniendo en cuenta mi experiencia como refugiada, decidí montar mi propia organización. Quería poner solución a esa lucha de las mujeres refugiadas. Para mí el fútbol siempre ha sido una herramienta para educar. Las mujeres tienen que aprender los derechos que poseen y con el fútbol podemos luchar por ello. Esa es la base de la organización. Apoyamos mujeres y chicas de otras comunidades, especialmente de comunidades refugiadas, para que conozcan sus derechos, tengan habilidades para vivir y puedan contar su propia historia. Quiero contar mi propia historia como refugiada, no quiero que nadie la cuente por mí. Tratamos de ello. El fútbol y el deporte nos dan paz, salud mental y alegría para estas comunidades. Así como historias asombrosas de resistencia. No soy la única. Hay muchas historias en otras comunidades con mucho para contar.
Tras la vuelta al poder de los talibanes en 2021, el fútbol femenino en Afganistán quedó eliminado y tuvo que acudir al rescate de las jugadoras. ¿Cómo fue esa operación?
Fue la operación más peligrosa de mi vida. Cuando el país se colapsó, los talibanes les esperaban fuera de la puerta, porque estas jugadoras eran conocidas por las redes sociales. Sus caras y fotos estaban a la vista de todos. Hasta un vecino que no quería saber nada de deporte sabía dónde estaban. Sus vidas estaban en peligro. Una vez más utilicé mi voz y mi plataforma para darles apoyo internacionalmente. Hablé con gobernadores, abogados, gente importante del deporte y todos unimos fuerzas para organizar el rescate. Ahora viven como refugiadas y en mi organización les estamos brindando apoyo en ese proceso de integración.
Ahora militan en Australia en las instalaciones del Melbourne Victory y sin la licencia permanente para competir. ¿Ve qué se pueda dar en un futuro cercano?
Sí que lo creo. La selección nacional femenina está actualmente en Australia jugando bajo la licencia del Melbourne Victory. Luego tenemos a otros equipos más jóvenes militando en Portugal, Alemania y Reino Unido. Además de algunos en Estados Unidos. Hemos estado empujando tres años para que la FIFA apoye a nuestra selección nacional y la reconozca como tal. Después de esta lucha, ha accedido a escucharnos y hemos empezado a colaborar para garantizar la seguridad de estas jugadoras y poder competir al igual que lo hacen los chicos.
“El rescate a las futbolistas de la selección femenina fue la operación más peligrosa de mi vida”
Khalida Popal
En una entrevista concedida a este medio, se mostró decepcionada por la posición de la FIFA ante la situación de Afganistán. ¿Por qué ha cambiado la situación?
Hace dos días tuvimos una conferencia de prensa donde la FIFA oficializó su compromiso para apoyar el fútbol femenino afgano, lo cual veo como un gran progreso. Espero que encontremos la mejor opción para apoyar a estas mujeres y que de una vez por todas puedan representar a nuestro país.
En el ‘Women’s Football Week’ de San Mamés se fomenta la igualdad en el fútbol. ¿Qué lecciones puede aprender el fútbol europeo de la lucha de las mujeres afganas?
Esta cumbre es increíble para visibilizar el deporte femenino. Me gusta el nombre ‘Women’s Football Summit’, suena bastante fuerte. Actualmente, aquí se congrega gente con mucho poder en la industria del fútbol. Ya sean diferentes fundaciones, clubes, redes u otro tipo de entidades. Sirve como enlace para que nos conectemos entre todos. Porque dependemos el uno del otro. Para que el mundo conozca la situación de Afganistán, hemos tenido que trabajar como colectivo. En una extrema situación como la de mi país, fuimos capaces de ayudar a todas esas jugadoras que corrían peligro. Con la ayuda de todos es posible que todo pueda pasar. Tenemos que hacer que el deporte sea inclusivo, seguro y para todos. Afortunadamente, vemos cada vez más esa inclusión en el deporte. Tengo la esperanza de que el fútbol se convierta en accesible para cualquier mujer.
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