Mateo, Juan y Benito son amigos, pero las decisiones les han llevado por caminos diferentes. Mateo es guardia civil, Juan es pescador y narcotraficante y Benito es depositario judicial. Su relación es el corazón de Tierra de nadie, un ‘thriller’ inspirado en hechos reales que va de menos a más.
La historia, ambientada en Barbate, arranca con Mateo, apodado El Gallego, quien ha interceptado el barco de unos narcos intentando meter droga en Cádiz. La misión sale bien, pero algo huele a chamusquina. La corrupción en la Guardia Civil asoma la cabeza y Mateo desconfía de sus compañeros de trabajo. Mientras tanto, Juan, a quien se conoce como El Antxale, ve cómo su liderazgo con la droga en la zona se tambalea con la llegada de un grupo de narcos sudamericanos. Mientras tanto, Benito, llamado El Yeye, se ve envuelto, sin quererlo, en una pelea muy peligrosa entre bandas.
Los primeros minutos de Tierra de nadie, filme que nació a partir del testimonio del depositario judicial Óscar Rodríguez -el personaje de Benito está inspirado en él-, son toda una declaración: hay violencia, hay sangre y hay ganas de contar un buen ‘thriller’, pero las buenas intenciones no duran demasiado y pronto aparecen algunas fisuras en el tono del filme. Con el personaje de Mateo en acción, el filme recuerda a los ‘blockbuster’ hollywoodienses, pero es como si las piezas que le rodean no terminasen de encajar para formar un puzzle completo.
En su intento por darle peso emocional y carga dramática a sus protagonistas, Tierra de nadie se afloja en lugar de tensarse. Es importante mostrar la parte íntima de Mateo -quiere formar una familia-, Juan -desencantado con su vida y buscando, a la fuerza, mejorar su situación- y Benito -que sueña con un futuro mejor- para que el público se preocupe por ellos, pero, salvo algunos momentos preciosos entre los tres -una noche de borrachera y fútbol y un final de vida o muerte-, la parte más personal desentona y queda algo forzada.
El rugido de ‘Tierra de nadie’: Su recta final
Sony Pictures
Albert Pintó, que de eso de mantener la tensión y la sorpresa sabe bastante, se coloca detrás de las cámaras de Tierra de nadie. El director, que ha trabajado en La Casa de Papel (2017) y Nowhere (2023), demuestra su buena mano con la acción y el suspense en algunas escenas del filme, pero este no es el trabajo en el que más brilla.
La película cuenta con un trío de ases en su elenco principal. Luis Zahera, Karra Elejalde y Jesús Carroza son, respectivamente, Mateo, Juan y Benito. Zahera, con carisma y un puntito de locura, despunta y da empaque al filme, pero no encaja del todo con los personajes satélites como los de Elejalde y Carroza, correctos en sus papeles.
Tierra de nadie es una oda a la amistad a ritmo de ‘thriller’ que estalla, despunta y ruge con fuerza en su tercer acto. La película se convierte en su recta final en una suerte de ‘survival movie’ en la que los tres protagonistas se ven acorralados y superados en número. Merece la pena haber pasado por todo lo anterior para llegar ahí.